25
Febrero, 1952.
Nadie te prepara para ver a quien amas, destinado a amar a otra persona. Al menos, a Hoseok nadie se lo explicó. Se suponía que él jamás viviría situaciones así.
Lo doloroso que sería ver como las manos de Min Yoongi tocaban otras manos con delicadeza.
El mareo que provocaría su sonrisa, la más hermosa de todas, dedicada a alguien que no era él.
El ardor que sentiría en el pecho al presenciar como sus labios acariciaban los de otra persona.
Y jamás, como nunca imaginó, odiar tanto ver como la persona que amaba, veía con amor a otra.
Aquella boda fue la más esperada en el pueblo después de muchos años. Al regresar de Byeol jamás vio a tantas personas fuera y dentro de la Iglesia. Tantos vehículos y tanta alegría. El aroma a matrimonio se sentía en el ambiente. Todos parecían nerviosos con el acontecimiento. Inclusive el sacerdote lo recibió con la emoción a flor de piel.
Y claro que era de esperarse. Los Min y los Yi lo esperaron precisamente a él para iniciar. Ni siquiera dejaron que se diese una ducha. Lo instalaron en uno de los primeros asientos de la Iglesia para ser de los principales observadores.
No le permitieron hablar con Yoongi antes.
No le permitieron siquiera verlo antes de instalarlo en aquel asiento, justo frente a él, esperando ansiosamente a la novia en el altar.
Cuando Yoongi se percató de su presencia, sus miradas tuvieron un encuentro rápido y entristecido. Y a pesar de que sus ojos se oscurecieron de manera evidente, nadie más lo notó.
—Acepto —dijo.
Luego colocó el anillo en el dedo anular de la chica.
Hoseok no sabía qué hacer con su comportamiento que amenazó con ser explosivo. Quiso correr lejos de allí y llorar con todas sus fuerzas, porque no soportaba la presión en el pecho que significaba el sentir que acababa de perderlo todo.
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La fragilidad de un nudo ✄ yoonseok.
Fanfiction✄ : ❝ Cuando una cinta se corta puedes hacerle un nudo. Min Yoongi no conocía mandamientos más allá que los de su propia historia. Jung Hoseok se sabía los diez de memoria. Se pisaban los talones desde el punto de inicio. Con remiendos en el pecho...