-Los huracanes no deberían ser comunes en esta zona- el comentario de Annie tomó a Sol desprevenida mientras bebían té, ambas ignorando intencionalmente el ceño fruncido de Marlowe, quien parecía disgustado por la visita de la vencedora. La lluvia las había interrumpido en su estadía al aire libre, y ahora buscaban secarse con el calor de la chimenea.
Él había esperado que su hermana dejara de frecuentar a los vencedores tal y como le había prometido meses antes, pero, de nuevo, había sido un pensamiento tonto: ¿desde cuándo Annie hablaba en serio al decir esas cosas? Su hermanita tenía la estabilidad de la arena y no cumplía con sus decisiones, por más serias que fueran en el momento de tomarlas: su corazón era demasiado débil ante el rencor, y su memoria demasiado mala para su bien. Que perdonada a Sol, a quien tan solo meses antes había echado a gritos de su hogar, era una prueba más de la nobleza de su hermana, una virtud que seguramente terminaría por costarle la vida dado al mundo en el que se movían. Marlowe no recordaba a ningún ingenuo superar los 30 años, no en el 4, nunca en Panem.
- ¿Y con eso te refieres?
-Bueno, de acuerdo con estos libros, el 4 fue una vez parte de un lugar llamado "California", y los huracanes mortales no eran comunes allí: normales son los pequeños sismos que ocurren de vez en cuando. Solo reportaron unos pocos, en otoño como aquí, e incluso entonces no eran tan devastadores. De "categoría 1", los llamaron. Por la descripción, el que hubo hace unos años debió ser 2 o 3: nos inundó. Pasamos de un lugar sin apenas huracanes a uno que frecuenta tormentas leves. Los humanos le hicimos eso a la naturaleza.
-Eso no es una sorpresa, Ann: tendemos a ser malos a menos que algo nos haga actuar como buenos- respondió su hermano con obviedad, aun pensando en los peligros del mundo y atormentándose con la idea de su hermana afrontándolos sola. La mayoría de esos peligros eran humanos.
-Yo creo lo contrario: todos buscamos el bien, y algunas personas lo hacen egoístamente por no saber mejor, o por no poder hacerlo mejor debido a las circunstancias- Marlowe la miró incrédulo, como si le hubiera dicho que el cielo estaba rojo, una locura. Eso molestó a Sol, quien intervino de inmediato.
-Por increíble que te suene, la mayoría de nosotros no habríamos matado a nadie de no ser por los juegos- suavizó su tono al notar la incomodidad de la pelirroja, pues su intención no había sido alterarla con discusiones-, por lo tanto, creo que estoy un poco más de acuerdo con la perspectiva de Annie, aunque sí creo que hay personas, de hecho, podridas hasta la médula desde el nacimiento. ¡Alguien va a destacar en sus exámenes de historia y geografía! No recuerdo haber visto eso en clase- antes de que Annie, que estaba comiendo una galleta, pudiera responder, Marlowe intervino con orgullo.
-Porque no lo aprendimos en la escuela: a Annie simplemente le gusta aprender y busca la manera de hacerlo. Papá amaba eso en ella: de los dos, ella heredó la inteligencia, y el interés por saber. Eso era rasgo de papá- la pelirroja se sonrojó hasta las orejas, avergonzada por los halagos. Nunca había sido buena recibiendo elogios, pero era lindo que su hermano hablara bien de ella, tan orgulloso.
-Tú también eres inteligente, Marlo- respondió Annie con cariño antes de concentrarse en su visita-, y yo solo me aburro y leo: no tiene mucho mérito. No se me permitía salir mucho de casa, así que aprendí a disfrutar de las cosas que podía hacer por mi cuenta en mi cuarto.
-Sí me has dicho-recordó Sol, tratando de imaginar aquello. En ese aspecto le sorprendían mucho los hermanos Cresta, pues ella se hubiera vuelto loca en ese encierro, por más que fuera de buena fe-. Aun así, es un pasatiempo bastante rebelde el que elegiste, ¿sabes? Snow nos prefiere ignorantes- a pesar del tono juguetón y relajado de Sol, sus palabras inquietaron a Annie. Rebelde. No le gustaba esa palabra, en lo absoluto. Los rebeldes pagaban con sangre el precio de sus ideas, y ella no quería estar relacionada con eso.
ESTÁS LEYENDO
Contracorriente | La Historia de Annie Cresta y Finnick Odair
FanfictionLa vida de Annie se quiebra cuando su nombre sale el día de La Cosecha. No tiene nada a su favor. Nada, excepto él: Finnick Odair, su mentor. ⚠️Advertencia: Esta historia contiene temas sensibles como representaciones gráficas de violencia, sexual...