Contracorriente | La Historia de Annie Cresta y Finnick Odair

Alianza

-Que los septuagésimos Juegos del Hambre comiencen. Que la suerte siempre esté de su parte. 10, 9, 8...

Annie inhaló y exhaló varias veces, tratando de calmarse y concentrarse mientras que buscaba a Wade, su vista clavándose por unos segundos en la pequeña Kira, quien parecía concentrada en una de las mochilas regadas en el pasto. "Niña lista". Procedió a buscar la más cercana a ella, decidiendo que aquello era buena idea para empezar: incluso lo más pequeño y mínimo podía ayudarla en aquel terreno tan diferente a el 4. No podía ver mucho, sus nervios demasiado intensos como para enfocarse en algo más allá de no huir antes de tiempo y explotar por los aires, pero aquello parecía lo que llamaban bosque. La cuenta regresiva desde el 60 los tenía a la expectativa, unos más confiados que otros...

-.. 3, 2...

Seguía sin ver a Wade. El gong sonó. Más de la mitad salió corriendo rumbo a la Cornucopia. Ella no. 

La visión de Marcel tomando del cuello de la playera a Eden, tributo del 11 que no debería tener más de 12 años, quebrándole el cuello antes de que el pequeño pudiera protestar la horrorizó, en especial cuando ya muerto lo botó contra el suelo, haciendo que su cabeza se estrellara contra el pilar de piedra en el que había estado segundos antes. Annie tenía arcadas y todo se empezó a ver borroso ante la visión de la sangre manchando el suelo poco a poco, junto al sonoro rugir del cañón. "No, no puedo desmayarme ahora..."

Un cuchillo fue lanzado a su dirección, rozándole la mejilla, pero sus reflejos fueron suficientes como para evitar mayor daño. Wanda, del distrito 6, había sido su atacante, y se disponía a lanzarle otro cuando Onyx la tiró de la coleta por la espalda, desarmándola y apuñalándola. Annie aprovechó y, tras tomar el cuchillo que Wanda le había arrojado, salió disparada rumbo a los árboles, jamás tan agradecida de su velocidad como en aquel momento. No tardaron en perderla de vista. Flechas, probablemente por parte de Gemma (recordaba haberla visto practicar), llegaban a clavarse en los árboles, aunque si llegó a escuchar cañonazos y quejidos en medio del bosque, así que asumió que si estaba dándole a blancos con su ballesta. 

Corrió por varios minutos, hasta que la Cornucopia dejó de ser visible y quedó rodeada de arboledas y silencio. Frunció el ceño: de verdad que no reconocía para nada esos árboles sin hojas a pesar del agobiante calor que se sentía en el aire. No sudó, eso lo notó, lo cual era raro tras la carrera que había pegado hacía unos instantes. Solo sentía el calor agobiarla, aunque agradeció la chamarra puesto a que el sol la hubiera quemado, además, al ser más un rompevientos no era insoportable en el calor. Quizás la ayudaría si la noche se volvía fría, aunque no había forma de saberlo. Aquello no era nada como su costero Distrito 4.

Agua.

Debía buscar un cuerpo de agua que le permitiera beber agua, pues dudaba mucho que esas plantas guardasen mucha agua, y la poca que tenían en su interior seguro sería difícil de conseguir sin nada para extraerla.

Wade.

Había huido sin siquiera buscarlo, demasiado aterrada de estar allí cuando Onyx acabase con Wanda o cuando Eris se acercará a blandirla con su espada tal y como había hecho con Luke y Hunter apenas abandonó su lugar en la plataforma. Temerosa de las flechas de Gemma o de la fuerza bruta de Marcel. Temerosa de cualquier otro que haya podido esconder bien su potencial asesino.

Finnick.

¿La estaría viendo en ese momento? Dio un giro sobre sí misma en busca de alguna cámara a la vista, pero no encontró nada. No importaba realmente. Estaba sola en terreno desconocido, eso era lo importante, y necesitaba encontrar agua antes de que oscureciera. Pararon los cañonazos. Contó 8, pero pudieron ser más: tampoco había podido prestar mucha atención a ello mientras corría.