Calma antes de la tormenta

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Annie despertó suavemente, un punzante dolor en su cabeza arruinando lo que hubiera sido su primer despertar no provocado en la semana. Trató de volver a dormir, pero fui inútil, asi qué mejor se levantó y empezó a prepararse un baño. Se lo había ganado.

"¿Dónde estará Sena?", se preguntó una vez pudo hilar pensamiento, a la vez que pasaba la esponja por su piel con delicadeza. La mujer puntualmente iba a despertarlos apenas salía el sol desde el día 1, empezando con ella, y dado a que las gruesas cortinas seguían cerradas y a que el reloj en la mesa de noche marcaba casi el medio día, alguien se había saltado la rutina.

¿Tendría resaca? Ella había bebido casi que el triple que lo de ellos, y eso fue lo que alcanzaron a ver, pues quizás había bebido más con el resto tras mandarlos a la cama. No se quejaba, pero le era extraño.

Disfrutó de la calma y silencio que su ausencia traía mientras el agua caliente relajaba sus músculos, y sus manos se ocuparon en lavar su cabello minuciosamente antes de por fin salir a enfrentar lo que fuera que el día le trajera. Perdió casi una hora ahí, sí, pero no le remordía una vez se recordaba que quizás había tomado su último baño en mucho tiempo, sino que en definitivo. Tras tanto estrés por entrenar, tanto llanto en la noche por miedo o nostalgia, tanto ir y venir a lugares extraños con gente rara, se merecía hacer lo que le pegara en gana.

-Buenos días, Annie- bueno, lo que le pegase en gana y no afectase a ellos.

En la mesa habia cuatro personas, siendo Finnick quien la saludó alegremente, a la vez Mags le indicaba con un gesto amable que ya estaba servido su plato . Wade, quien no lucía del mejor humor, tomaba algo que, por su cara, debía saber mal, cosa que le hubiera dado hasta risa de no ser porque le habían servido lo mismo.

-Para la resaca- explicó Mags brevemente-.La Posca pega duro la primera vez. Solo bébelo todo- Annie se sonrojó avergonzada, tragando grueso al captar el hedor prominente de la taza. Finnick soltó una risita al ver su expresión melindrosa, con ella mirándolo suplicante, como si él pudiera hacer algo para que no tuviera que beber aquello.

-¡Eso les pasa por beber de más! No le tomen sabor, no es tan malo, y créanme, no querrán enfrentar al ruidoso Capitolio con resaca de Posca. Antes despertaron.

-¿Sena está bien?- preguntó Annie algo preocupada, queriendo hablar de lo que sea antes que ponerse a beber aquello.

-Si, no te preocupes, es usual en ella el no medirse. Bébelo- ella lo fulminó con la mirada antes de obedecer, ingiriendo el espeso liquido de golpe. Entre muchas cosas nauseabundas, distinguió el infame hígado de bacalao que le daban a los más chicos en el 4, no obstante y por su dignidad, se obligó a no vomitarlo.

-¿Qué se supone que hagamos hoy? - Wade, quizás al ver como ella lo había hecho de una, terminó su vaso y trato de ignorar el amargo sabor ardiéndole en la garganta mientras preguntaba. Mags se rio sin malicia antes de hacer un gesto desinteresado. Miraron a Finnick en busca de que lo interpretara.

-Lo que sea que no evite que lleguen a tiempo, sanos, sobrios y salvos a donde su equipo de preparación los espera. ¿Algo en mente?- preguntó con cordialidad, aunque no parecía muy de humor para conversar.

"¿Por qué fingía estarlo, entonces?" se preguntó Annie, "No es como que importe si lo creemos grosero o no".  Y si era ese el caso, ella no veía como el no estar de humor para parlotear podía ser grosero.

-¿Hay donde nadar aquí?- preguntó Annie después de un rato. Finnick la miró curioso, pero tras terminar de tragar lo que tenía en la boca respondió.

Contracorriente | La Historia de Annie Cresta y Finnick OdairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora