- ¿Tu hermano necesita la medicina?
Wade casi se cae de su asiento al escuchar la pequeña voz de Annie tras él, sobresaltado. Había estado demasiado distraído para notar su presencia en el vehículo, en la sala. Nunca había estado en un lugar tan elegante y todo le llamaba la atención. Claro, noto que la chica no parecía tan ajena a sus alrededores.
-Buena intuición, señorita Cresta. ¿Qué me delató?
-No pude evitar notar que tu gemelo apenas y se movía...no tienes que hablar mucho de ello si te incomoda. Solo quería decirte que me parece noble...bueno, lo más noble que pueda ser sacrificarse por un hermano- esperaba haberse dado a entender con lo último.
-Lo sé: ayudar a un hermano no se siente como la gran cosa, menos si es menor. Pareciera la única opción...es la única opción. Seguro tu hermano, de haber podido, hubiera actuado igual. Siento lo de su crisis: supongo que no se esperaban que salieras sorteada.
-No, obvio no. Creo que nadie lo espera.
-Te deben odiar mucho para que no se ofrecieran en tu lugar- comentó después de un rato en incómodo silencio.
-No sé qué ocurrió, pero yo no he hecho daño alguno- se defendió.
-No lo dije a modo de insulto, es más, estoy segurísimo de que tu no lo provocaste. No siempre uno provoca el odio, sólo lo recibe- aclaró, apenado.
-Sea por lo que haya sido, ya estoy aquí, ¿no? Ya estamos aquí. ¿Cuánto crees que tardaremos en llegar?
-Dijeron que mañana a mediodía, ¿por qué?
-Por nada, solo...para saber. ¿Sabes algo de nuestros mentores?
-Brillan por su ausencia, ¿no es así? Me temo que no te perdiste de su presentación.
- ¿Quiénes crees que sean?
-Ojalá sea Odair. ¿Si sabes de él, verdad?
-Creo que no hay nadie en el 4 que no. Es una leyenda viva, después de todo.
Aquello no era una exageración. Finnick Odair se había convertido en el ganador más joven jamás registrado en la historia de los juegos, con tan solo catorce años, hace ya cinco años.
Y bueno, para ella, él fue el chico con el tridente en el muelle...
Odair fue el niño que la salvó, y ahora tendría que volver a hacerlo...
-Si él pudo hacerlo, todos pueden hacerlo.
-Ojalá tengas razón, Wade. Ojalá
- ¡Es cuestión de actitud, Annie!
-Y a ti te sobra, ¿no es así? Por favor mantente igual, te harías un bien.
- ¡Eso seguro! Y si no yo, ojalá seas tú. Se ve que te quieren de vuelta en casa- Annie asintió, de repente conmovida. El chico notó su estado y decidió cambiar de tema, pues no quería hacerla llorar más de lo que probablemente ya había hecho al despedirse de su familia-. ¿Tienes más hermanos?
-No, soy la menor en casa.
-La pequeña Annie Cresta, tiene sentido- dijo recordando lo que había dicho en la cosecha.
-.¿Tú tienes? Además de tu hermano, digo. No me dijiste su nombre, por cierto.
-Una hermana pequeña, Loire, pero solo tiene siete años. Y mi gemelo se llama Zale.
-Wade, Zale y Loire Seaver. Lindos nombres. Mi hermano se llama Marlowe, Marlowe Cresta.
- ¡A él lo ubico! ¡Ya está rondando el puesto de capitán y todo!
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Contracorriente | La Historia de Annie Cresta y Finnick Odair
FanfictionLa vida de Annie se quiebra cuando su nombre sale el día de La Cosecha. No tiene nada a su favor. Nada, excepto él: Finnick Odair, su mentor. ⚠️Advertencia: Esta historia contiene temas sensibles como representaciones gráficas de violencia, sexual...