-Remaré de regreso hasta la isla- declaró Annie mientras Tiberius seguía remando-. Ya que no dejaste que te ayudara...
-Prefiero que protejas tu piel con la sombrilla: por más linda que sea con las pecas, parece quemable- Annie volteó a mirar al mar mientras sentía sus mejillas enrojecer con vergüenza por el halago. "Solo está siendo amable: me veo enferma con mi palidez", pensó, quitándole importancia. A veces se preguntaba cómo alguien tan rara, menuda y poco agraciada como ella podía llamar la atención de alguien tan hermoso como Finnick. "El amor ha de ser realmente ciego"-. ¿Estás nerviosa?
-¿Cómo no estar nerviosa?- se disponía a visitar la casa de la familia del chico que murió frente a ella, su aliado y amigo durante los juegos. Sostuvo su brazalete de cuerda por impulso, tratando de aliviar la sensación-. Tengo una pregunta...
-Por supuesto, pregunta.
-Si mi hermano alguna vez se casara y tuviera hijos, podrían vivir conmigo? Como Adam: es tu sobrino, y tiene a su madre. La casa es demasiado grande para mí para estar sola- cambió de tema a uno que también le interesaba: para variar, Tiberius seguramente sabía más que Finnick en ese aspecto.
-El caso de Jules es que fue tan tonta como para quedar embarazada fuera del matrimonio, y de un agente de la paz, para empeorar las cosas. Antes no la dañó para quitarse el problema de encima - empezó a decir, claramente molesto-. Y, por supuesto, él se fue del Distrito antes de que naciera Adam. No está casada, y por lo tanto, no tiene casa, por eso ella y Adam pueden vivir conmigo legalmente: si alguna vez se casa, tendrían que irse a la casa que les asigne el gobierno de acuerdo a sus trabajos .Es por eso que Julie ahora es una solterona: quiere que Adam crezca en una buena casa, a salvo. Moraleja: nunca confíes en nadie que vaya y venga de esos trenes. Nacidos aquí o no, todos terminan siendo aliados del Capitolio- Annie tuvo la impresión de que no hablaba únicamente de los agentes al decir eso último-. Terminan llenos de secretos en el mejor de los casos, siendo traidores en el peor...
-No todo el tiempo- dijo antes de pensarlo demasiado, su corazón latía con fuerza por defender a Finnick. No era el movimiento más astuto, pero no podía arrepentirse.
-Te dijo que no visitaras a los Seavers: te asustó de las consecuencias de llegar a hacerlo.
-¿Y eso era mentira? Me dijiste que podría tener razón.
-¿Te contó sobre su plan con el mentor del Distrito 7? El de matar a tu tributo- el corazón de Annie se rompió con el recuerdo de Kyle, su primer tributo, asesinado a manos del vencedor (vencedora) del 7. No le dijo que haría eso, eso era verdad. Ella lo descubrió con el resto del mundo, demasiado tarde para ayudarlo. Gracias a ese plan, Kyle murió, y Finnick no solo lo consintió, sino que lo orquestó a sus espaldas. Annie había evitado pensarlo mucho en el momento, demasiado herida como para pelear, pero ahora que el tiempo había atenuado esa herida, razonar lo ocurrido la hacía rabiar. No que fuera a demostrarlo frente a Tiberius: no quería darle el gusto de saber que había provocado descontento en ella hacía Finnick-. Conociéndolo, seguramente no.
-No me lo dijo porque no tenía que decírmelo: Marina era su tributo y Kyle era el mío. De hecho, agradezco que no me lo haya dicho- eso era mentira-, ya que no había nada que pudiera hacer para detenerlo de todos modos: la gente en el Capitolio me odia, así que no había forma de que pudiera conseguirle un patrocinador y enviarle una nota para advertirle del ataque. Saberlo desde antes me hubiera hecho sentir, además de culpable, impotente. Fue una mentira piadosa, y necesaria. Si no era Kyle, yo quería que la ganadora fuera Marina. Alguien de casa.
-Nunca dije que te lo ocultó de mala fe- aclaró-, pero una mentira es una mentira, y odio las mentiras, piadosas o no. Eso es lo que pasa con Odair: nunca sabes qué trama, qué sabe de ti, o qué quiere de ti. Y créanme, no distingue las mentiras pequeñas de las grandes: no te sorprendas si te oculta algo grave por mucho tiempo- Annie detestaba escuchar esas palabras, y odiaba aún más a la parte de ella que creía en esa advertencia, incluso si no lo hacía de mala fe. Sabía que Finnick era buen mentiroso, y que con tal de garantizar el bienestar de los que amaba, era capaz de lo que sea, y sabía bien que mentirle en la cara a sus seres queridos no era una práctica extraña, sino que su modus vivendi desde hacía años.
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Contracorriente | La Historia de Annie Cresta y Finnick Odair
FanfictionLa vida de Annie se quiebra cuando su nombre sale el día de La Cosecha. No tiene nada a su favor. Nada, excepto él: Finnick Odair, su mentor. ⚠️Advertencia: Esta historia contiene temas sensibles como representaciones gráficas de violencia, sexual...