Mi cálico

83. Los suegros, el camino inevitable.

Se oía el crepitar de la leña ardiendo al fuego, la casa Pietra era una enorme construcción de madera, después del incendio, reconstruyeron de nuevo las partes dañadas de la casa, era una enorme cabaña de madera y piedra,  de dos pisos, se podía oler el aroma de la madera, la enorme sala era acogedora una tenue luz amarilla iluminaba la sala, la lámpara era una rodadora hecha con bejucos, colgando y dando ese toque campestre, la mesa de centro era una media luna hecha con el corazón de una secoya, la chimenea hecha con piedra ocupaba al menos 4 metros de ancho, escalando por lo alto de la pared, el tiro, la jamba, el hogar de la chimenea la hacían lucir sorprendente, los sillones de piel uno apostado a un lado de la chimenea con un pequeño reposa pies de madera color caoba, el otro de color chocolate obscuro,en el extremo derecho, el larguísimo sofa frente a la mesa de centro daban la sensación de hogar, del hogar de una familia grande y bulliciosa, atrás del sillón color chocolate la pared estaba cubierta de piedra dispareja, en medio la puerta daba acceso a lo que era un enorme comedor y más delante se veía un desayunador y la cocina, había también un estudio , tres habitaciones con enormes ventanales, Elim tomó a Ariel por los hombros, hijo quieres ver el lugar donde naciste?
Si, Sr. Elim, digo tío, me gustaría
Vamos, subieron las escaleras pulidas hechas de troncos y lo llevo a la habitación donde esa noche de julio llegó al mundo, Fabián observaba a distancia, sabía por lo que su esposo ha pasado, las noches desveladas y húmedas, cargadas de tristeza, así que ver sus ojos llenos de curiosidad y espectantes lo hacía sentir feliz, por lo que sabiamente le dió el espacio para que se sintiera libre de ver, actuar y preguntar todo cuanto quisiera.

Aquí naciste, junto con tus primos, mi cuñada tenía su nido aquí, lloraste mucho, mucho, y muy fuerte, pero cuando mi hermano te habló, te empezaste a tranquilizar, mi hermano me contó que todos se sorprendieron pues tú naricita lo olfateaba, pero cuando te quizo dejar en la cama con mi cuñada, volviste a llorar, pasaste por los brazos de todos y cuando de nuevo te cargo mi hermano, volviste a hacer lo mismo lo olfateaste y dejaste de llorar, mi hermano lloró de alegría, lo habías reconocido, pues el a diferencia mía era un beta, casi sin aroma, pero tú lo reconociste de inmediato.
Los ojos de Ariel brillaban por las lágrimas que se juntaban y la emoción de saber lo amado que fue.

Tío, aquí es donde se incendio?
Esta parte de la casa no fue alcanzada por el fuego, la habitación al final de este pasillo es donde tú y la nana quedaron atrapados.

Pero gracias a la Madre Luna estás vivo y este es tu hogar.

Fueron interrumpidos por un hombre bastante mayor, Sr. Elim ya todo está listo para que se preparen, la cena se servirá en cuanto usted indique.

Gracias José, pero me gustaría presentarte a alguien, el es mi sobrino Ariel Yazbek Pietra, los ojos del anciano se abrieron, Ariel? El pequeño cachorro de la señora Verónica y el amo Elim? El cachorrito?

No murió en ese incendio, José, Santiago, observenlo bien y díganme...
Damiana ella, dónde está, si el cachorro no murió, ella dónde está? El otro hombre busco con la mirada en la habitación.

Conforme el tiempo pasaba, cada vez más, todo le gritaba a Ariel cuál era su origen.

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En la recámara al final del pasillo, los sollozos, el llanto se fueron apagando, a las 7 en punto Dalila y Raúl llegaron a casa, ambos Alfas, al entrar sintieron que las cosas no iban por buen camino, papá ya llegamos, Alisha de inmediato se levantó del comedor y se acercó a la sala, y su hermano dónde está? Cuestionó de forma autoritaria e intimidante; mamá Omar se quedó con Helen, ella después de lo que pasó por la tarde se sintió mal y bueno pues Omar la está distrayendo, lloró un buen rato, es que si hubieras visto a Yurani, daba miedo... Pues yo creo que no daba mucho miedo, dónde tú hermano aún sigue con esa chica.