CAPITULO XIX. UN CONDUCTOR PERSONAL

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Calmar al viejo Ichiro no había sido tarea fácil, había seguido saltando y hablando, preguntando si podía tener diez nietos. Y es que ya se le había ido la esperanza de que alguna vez pudiera tener descendencia.
En ese entonces nuestros dos protagonistas decidieron huir en cuanto la mínima oportunidad se había presentado. Shinseki había conseguido fugarse durante la hora de descanso junto con Tanaka.
─Es cálido aquí adentro ─mencionó el omega.
─Es un buen auto ─respondió el alfa.
Se habían refugiado en el estacionamiento, dentro del automóvil del presidente de BBS, y es que todavía estaban asustados, sorprendidos y por mucho, avergonzados. Y es que le habían indicado a Yota que se embarazara, y a Kenta que lo hiciera muchas veces, y bueno, solo hay una forma de hacer niños ¿Cierto?
─Lamento lo que dijo mi padre ─aunque era la primera vez que no lo lamentaba en absoluto, es más, pensaba que todo aquello tenia, de alguna forma, sentido, y que debía de apresurarse. Que Ichiro le dijera eso al director era lo mejor que se le había ocurrido a ese viejo─. También me disculpo por lo de Eustace ─agregó a pesar de que no tenía culpa alguna─. Olvidé que es un problema salir conmigo. Tendré más cuidado en el futuro.
─No creo que el joven amo tenga la culpa de nada, así que no debe preocuparse ─contestó tímido.
─Mi secretario ya ha recibido órdenes de deshacerse de toda esa información, también me encargaré de vigilar y cuidar de Eustace. Yo te protegeré a ti y a tu hijo ─hizo una pequeña pausa y─: ¿Qué te parece si hago que algunos de mis subordinados cuiden de ambos? Mi seguridad es de confianza y son hombres fuertes. Si los periodistas intentan acercarse ten por seguro que mis hombres lo impedirán. Estoy seguro que después de un tiempo las televisoras se olvidaran de todo esto, pero sigue siendo mi culpa, así que me haré responsable. Realmente me disculpo ─el hombre seguía hablando mientras tenía el celular en la mano, pues estaba anotando varias tareas en su agenda.
─¿Puede hacer eso?
─Sí. Haría todo por protegerlos ─esa respuesta hizo avergonzar al ayudante de cocina.
─Dicen que somos una familia secreta ─mencionó cuando recordó los chismes de la televisión.
─Ah, si... Hay que dejar que piensen eso ─sonrió el hombre─. Al menos dejaré de aparecer en la lista de los solteros más codiciados de Tokio ─se burló, porque en realidad le beneficiaba algo así─. Estoy bien con eso, no debes preocuparte.
Shinseki se confundió, ¿Acaso ese hombre importante de negocios no estaba enfadado?, o quizás ¿Solo necesitaba una pareja para tener hijos?, y es que en el mundo había grandes alfas dominantes con múltiples parejas sexuales que no tardaban en dar a luz solo para que su apellido no abandonara el mundo.
Su relación era un contrato, no para Kenta, por supuesto, pero si para Yota. <<¿Quiere embarazarme?>>, pensaba el chico.
─Oh, que... ¿Qué es...?, Yota, ¿Que le ocurrió a tu mano? ─el alfa arrojó su teléfono a un lado solo para tomar con delicadeza la mano de su amante─, ¿Qué sucedió?
─Estaba distraído mientras trataba de rebanar una manzana. No es nada serio ─entonces intento zafarse del agarre que lo llenaba de nerviosismo─. De verdad que no es nada ─repitió, pero en lugar de soltarlo, Tanaka comenzó a besarle la mano─. Joven... amo ─llenó toda la zona de besos cálidos, porque a pesar de que tenía la venda el joven no pudo evitar avergonzarse, lo que lo llevaba, inconscientemente, a pensamientos lujuriosos.

Narra Yota

¿Este alfa de verdad solo busca embarazarme? Si me besa de esta forma solo tendré la idea equivocada, ¿Cómo puede besar mi mano de esta forma?
─Joven amo, de verdad está bien ─pero de nuevo se negó a soltar mi mano. Cuando por fin levantó la cabeza, su gran sonrisa me deja hipnotizado, ¿Cómo es que me acosté con este hombre?
─¿Duele? ─incluso su voz suena más seductora de lo normal, así que solo alcancé a negar con la cabeza─. Es un alivio, ¿Lo trataron adecuadamente? ─esta vez asiento─. Ten más cuidado de ahora en adelante, ¿De acuerdo? ─vuelvo a asentir, a este paso mis feromonas no tardaran en salir.
─Debo volver al trabajo ─debo huir.
─Por supuesto. Si la herida te causa molestias debes decirle a algún médico.
─Claro ─empiezo a salir del auto pero su despedida me sorprendió.
─Protegeré a Eustace ─proteger a mi hijo... No sé por qué, pero cuando este alfa lo dice tengo la seguridad de que así será. Cuando estoy con él mis temores se desvanecen y me hace sentir menos solitario. Tanto, que quiero que sea mío.
Aún si este gran empresario solo quiere utilizarme para asegurar su descendencia estoy dispuesto a ofrecerme, porque ya me he perdido en sus ojos, sin darme cuenta se ha clavado en lo profundo de mi pecho y me tiene por completo en sus manos.

NAVEGANTE DE LAS ESTRELLAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora