AGRADECIMIENTOS Y DEDICATORIAS

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La primera vez que toqué un libro fue durante las vacaciones de verano de la escuela media: deteste la literatura

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La primera vez que toqué un libro fue durante las vacaciones de verano de la escuela media: deteste la literatura. La experiencia había sido obligatoria y sofocante. El tomar una mala decisión hizo que generalizara mi percepción sobre el tema. Decidí que no tendría nada más que ver con el mundo de las letras.

Sin embargo, el siguiente verano volví a toparme con la misma caja vieja de cartón
─de una marca de productos de belleza de la que nunca había escuchado nombrar, y que tampoco sabía leer─, que contenia varios títulos nada emocionantes para la edad que tenía en ese entonces. Pensé por mis adentros que, debería darle una oportunidad más, que podía ser que algo en aquella caja no hablara de un mundo imaginario estúpidamente aburrido en el espacio. Así que, juntando un poco de esperanza en el cartón, estiré la mano, abrí bien los ojos y me dije que si no me gustaban las opciones simplemente podía olvidar la existencia de la caja, sin considerar perder el tiempo otro verano. Pero el segundo libro que agarré entre mis dedos, y sin que yo me diera cuenta, me convirtió poco a poco, en una amante de los libros.

No es una exageración decir que el libro me tomó en sus páginas desde la primera palabra impresa en la hoja amarillenta, me fascinó cada una de las oraciones, y concluí una sola cosa: la historia era significativamente mucho más emocionante que en esa película basada solamente en lo superficial del libro. Aun no lo sabía, pero esa novela me convertiría en escritora unos cuantos años después.

Así pues, quisiera dedicar esta torpe, imperfecta e ineficiente novela, a esa caja llena de libros que me ha llevado a convertirme en la persona que soy en la actualidad. Las historias impregnadas con tinta negra en una simple hoja de papel son más que una primera mala impresión de una "novela" nada extraordinaria.

Quisiera agradecer a mi hermana mayor, por siempre prestar sus pertenencias como si ya fueran mías, y quien además es la propietaria de la caja de cartón que hoy en día esta desecha, y que no guarda más libros extraordinarios, y que también es dueña de la laptop en la que solía editar la historia. A mi segunda hermana mayor, por compartir sus experiencias laborales que fueron inspiraciones muy originales. Al autor que escribió la segunda novela que sostuve en mis manos: una impactante, única y compleja historia que me hizo reír, desesperar, y pensar sin moverme de la cama. A esa historia en sí misma, por ser la primera de muchas: una obra maestra que demuestra que la mente humana no tiene límites para la creatividad e imaginación, y que contiene un mundo en el que me gustaría nacer, vivir y morir.

Agradezco profundamente a la tableta que expiró antes de luchar hasta el final ─murió a nueve años de vida─ y a la laptop ─que también está comenzando a sentir los golpes de doce años de supervivencia. Probablemente ya no la vea el próximo año─, que fueron de mucha utilidad en la escritura y edición de la historia: pareciera que como esta novela ha llegado a su fin, también lo hicieron, irónicamente, las herramientas que fueron utilizadas en este arduo proceso. También sin olvidar mencionar a las innumerables películas e historias ilustradas que de alguna forma me ayudaron a digerir los días amargos. A mí, por concluir de manera exitosa este proyecto de manera autónoma y con lo que tenía en casa ─podrá notarse en los constantes errores que existen en cada capítulo, y que me comprometo, en un futuro, corregir─ durante dos largos años. A mi padre, quien sigue cuidando de mí aun cuando ni siquiera he buscado un empleo apropiado ─primero necesitaba terminar aquí─, y quien siguió pagando el internet para la puntual publicación de cada lunes ─hasta que fue cancelado por causas de fuerza mayor─. A toda intervención tecnológica histórica para llegar a este producto, porque aunque hoy en día considero la red social: Facebook, como una autentica pérdida de tiempo, fue una fortuna tener su alcance para la propaganda de mi historia, y para conocer nuevas ideas que inspiran, y que sin duda incluí en esta narración. Claro que también agradezco a las distintas plataformas de escritura, ya que han sido el soporte primordial de mis palabras. Y, por supuesto que siempre estaré eternamente agradecida con los lectores. Soy una escritora solo de nombre, no soy especial y nunca he sobresalido en nada. Estoy salada. No soy lo suficientemente bonita para los caballeros y nunca he sido lo suficientemente lista para mis padres, pero, tenía un sueño: solo deseaba que alguien considerase interesante lo que hay en mi cabeza, y ese sueño se ha cumplido gracias a ustedes. Agradezco su paciencia, cada lectura, cada voto, y cada comentario.

Muchas gracias.

Espero que tú, lector, como yo con el segundo libro que impactó en mi vida, regreses a releer esta historia descubriendo nuevas cosas en cada ocasión, y que disfrutes, como si fuera la primera vez.

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