EXTRA IV. OBSEQUIOS DE BODA

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Luego de que, lastimosamente, culminara la luna de miel, Yota aún seguía emocionado

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Luego de que, lastimosamente, culminara la luna de miel, Yota aún seguía emocionado.
─¿Desea que consiga unas tijeras, señora? ─pues por fin tenía tiempo para abrir sus obsequios de boda.
─Sí, gracias ─toda la mansión admiraba al apuesto joven, porque además de su belleza y luminosidad, había regresado de su viaje con una marca de pertenencia en la nuca.
El omega tomó una caja con una hermosa envoltura, tenía un moño azul celeste muy bonito, leyó la etiqueta, pero no tenía la menor idea de quien era.
─Es el presidente de una industria automotriz, señora ─lo ayudó Noah.
─¿Sí?
─De Alemania ─el recesivo ahogo un grito.
─¿Desde tan lejos?
─Algunos invitados no pudieron asistir, como comprenderá, varios de ellos tienen agendas muy apretadas, entonces, en compensación, han decidido enviar regalos ─explicó, y entonces Shinseki asintió con la boca abierta. <<Vaya>>, se dijo impresionado.
Dentro de la pequeña caja había dos relojes a juego, eran relucientes y tenían pequeños diamantes incrustados alrededor, pero incluso si hubieran tendido un rubí enorme este recesivo no les hubiera prestado atención, pues, lo único que captó su atención fue:
─¡Es para Kenta y para mí! ─y es que le emocionó la idea de que pudiera caminar, algún día, por la calle con relojes de pareja.
─Ya veo que es así, señora ─rió Noah.
─Son bonitos ─<<como verdaderos amantes>>─. Envía una carta de agradecimiento ─ordenó sonriendo.
─Sí, señora.
Le siguió otra caja.
─¡Esta es de Hatoyama! ─el mayordomo sintió salir su corazón de su pecho, la esposa de su empleador se veía realmente adorable sentado en el suelo, sonrojado mientras se emocionaba─. Es una lámpara ─en realidad era una capsula de cristal que tenía una rosa del mismo material, muy colorida, pero se encendía. Y más al fondo de la bolsa, había una caja─. Es vino ─anunció con asombro─. Vaya ─repitió. Además venia junto con dos copas de cristal. El omega se los entregó a su mayordomo─. Pon la lámpara sobre el mueble de noche de mi habitación, y... prepara el vino para esta noche ─pidió.
─Sí, señora ─el trabajador se lo dió a una mucama que obedeció las ordenes de Yota.
Abrió otro regalo de un desconocido.
─¿La señora Lee?
─Una diseñadora de modas, ¿No la recuerda? Usted la saludó, una mujer mayor, traía puesto un traje café. Muy hermosa ─el recesivo no la recordaba.
─¡Ah, sí, claro! ─abrió la bolsa con ayuda de unas tijeras que recién le daban─, es una planta ─era artificial─. Me gusta ─la tomó en sus manos y la puso a su costado. De repente llamó su atención un sobre muy sencillo, era curioso porque todos los demás invitados se habían preocupado por que su regalo luciera ostentoso. Podía leerse─: Del señor W. Feliz compromiso ─susurró, abrió el sobre y no pudo creerlo─, ¿Qué es esto? ─dentro había una carta, Yota la desdoblo y la leyó mentalmente:

"William Smith.

Mi cuerpo reclama la ferocidad y fuerza del director. Aquella noche fue difícil de olvidar, ¿Cómo es que te has casado?, ¿Todo fue un juego para ti? Yo sé que no. Aún deseo que abras mis piernas, las coloques alrededor de tu cintura y te claves..."

NAVEGANTE DE LAS ESTRELLAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora