CAPITULO X. EL CURIOSO JUEGO

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El restaurante era muy espacioso, o mejor dicho, era enorme.
Tenía adornos simples y elegantes, lo que lo hacía parecer bastante sobrio, además de eso su concepto minimalista le hacía crédito como uno de los mejores restaurantes de la ciudad.
Las sillas estaban compuestas por una tela de terciopelo roja, el color era intenso pero hacia equilibrio con el color oscuro de los muebles y de las paredes. Las luces que colgaban de techo parecían flotar, pues la cadena que los sostenía era tan delgada y de un material tan transparente que daban la impresión de estar en alguna película del famoso hechicero con una cicatriz en la frente.
Sin mencionar la bella arquitectura del techo, parecían tubos cilíndricos armando curvas irreales. La madera contrastaba con algunas ventanas que daban vista hacia el exterior del restaurante.
Shinseki, estando nervioso, tomó el cuello de la camisa de su hijo para arreglar el moño del traje que llevaba.
─Si no funciona con este hombre aún tenemos la página de citas, mamá ─dijo Eustace que sintió el ánimo del omega─. ¿Festejaremos mi cumpleaños después?
─Lo haremos mañana a primera hora, lo prometo ─ambos entrelazaron meñiques y sonrieron con alegría.
Al final, la cita quedó acordada el día martes, pues para Tanaka eso era esplendido, ya que quería que el encuentro se llevara a cabo lo más pronto posible.
Un conductor personal pasó a la casa de Yota para poder llevarlo al lugar de la cita, habría pasado el mismo presidente pero se encontró con un contratiempo y la hora del encuentro había sido cambiada a las ocho de la noche.
─Mamá ─llamó el joven beta─, ¿Por qué soy el único usando traje? ─el omega había hecho que su hijo usara un elegante traje negro, cuando por el contrario, Yota solo usaba un pantalón de vestir con una camisa blanca. Si ese ayudante de cocina no estuviera sentado en una de las mesas de reservación, y si usara un moño en el cuello, ya hubiera sido confundido con un camarero.
─Te ves lindo ─alcanzó a decir Shinseki─. Además, seguramente el hombre de la cita también llegará con un traje.
─¿Un traje?
─Sí.
─¿Dónde lo conociste?
─En el trabajo. Es el hijo de un paciente, de Ichiro ¿Lo recuerdas?
─¿Es el hijo del hombre malvado?
─Ichiro no es malo... Al menos ahora ya no. Él solo cometió algunos errores, graves errores. Todos cometemos errores.
─Yo diría que son crímenes.
─De acuerdo, basta ya, ¿Si? ─Yota volvió a tomar el cuello del beta y volvió a acomodar el moño que no lucia ni un poco torcido─. ¿Estas nervioso? ─el adolescente negó con la cabeza.
Cuando su madre por fin le dejó la camisa, el chico comenzó a ver a los comensales que entraban al restaurante.
Un hombre calvo con un enorme bigote apareció.
<<No él, por favor>>, pensó. Cuando el tipo se marchó hacia otra mesa suspiró de alivio.
A continuación entró un tipo con anteojos con alta graduación, se podía saber porque sus ojos se veían realmente enormes.
<<No, no, no...>>, también se tranquilizó cuando se fue hacia otra dirección.
Un tercer hombre entró, tenía el cabello negro y parecía un poco guapo, tenía un traje azul y parecía un alfa.
─¿Cuál es el nombre del hombre? ─preguntó a su madre.
─Tanaka Kenta ─respondió con un poco de rubor.
<<¿Tanaka Kenta?>>, se dijo el chico mirando al hombre, <<Puede ser él. Está bien para mamá>>, pero ladeo la cabeza cuando el hombre se volteó hacia otra mesa. <<Bien, no era ese>>.
Un hombre, acompañado por lo que parecían ser tres hombres, cruzó la puerta, Eustace le prestó especial atención. Ese tipo a primera vista parecía muy atractivo, con risos castaños brillantes, era alto y musculoso. <<Un alfa>>, pensó mientras su madre le quitaba las lagañas del lagrimal (que no tenía). Solo había visto a un alfa tan majestuoso en toda su vida y con este ya eran dos.
Caminaba de una forma poderosa e imponente, y además tenía una sonrisa en el rostro que deslumbraba, parecía muy amigable. También llevaba un traje, uno negro igualmente, entonces el chico dejó de avergonzarse por lucir tan formal, porque ese alfa de en frente llevaba hasta un chaleco y una corbata marrón que combinaba con el pañuelo que se asomaba por el bolsillo derecho del traje. <<¿Por qué no lucirá tan ridículo como yo?>>, se preguntó, pero la verdad es que el beta lucia, como había dicho su madre, lindo.
<<No, definitivamente no>>, se decía el chico, y es que no creía que un hombre como ese (considerando que los alfas son irritantes y narcisistas, por no decir egocentristas) fuera alguien adecuado para su madre. <<Mi madre es mucho como para un alfa que puede ser grosero>>.
Pero ese hombre se dirigió directo hacia su mesa.
Yota se levantó de inmediato en cuanto vió a Tanaka acercarse.
─¿Esperaron demasiado? ─la voz de aquel sujeto era grave y Eustace no pudo evitar ocultarse detrás de la figura de Shinseki.

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