CAPITULO L. PARA QUE SE RÍAN LAS HIENAS

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El auto estaba en completo silencio, desde hace algunas horas que John había dicho que vendría pero, no había ni una sola señal de que realmente aparecería

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El auto estaba en completo silencio, desde hace algunas horas que John había dicho que vendría pero, no había ni una sola señal de que realmente aparecería.
─¿Puedo sentarme a tu lado? ─pero Reiko no estaba molesto, más bien, aprovechó la oportunidad. El conductor era guapo, podría decirse que era un alfa recesivo en plena juventud─, no te molestaré, lo prometo ─después de vacilar, el conductor finalmente aceptó, entonces el doctor abrió la puerta del pasajero y de inmediato se movió hacia el asiento del copiloto─, ¿Tendremos que esperar mucho?
─Ah, no lo sé ─el alfa era exquisito.
─¿No habías dicho qué John estaría aquí antes?
─Bueno, eso también pensaba yo. A mí solo me mandaron a recogerlo, y después a esperar en el estacionamiento de este hotel ─era domingo por la mañana y antes de que Kutaragi saliera a perder el tiempo con algún otro tipo cualquiera, un elegante coche negro lo estaba esperando para ir a un elegante hotel, el nombre de John Atwood sonó como anfitrión y entonces había dicho que sí de inmediato.
No es que le hubiera dicho a John la dirección de su departamento, pero tenía la intuición de que ese diablo sabía todo de él sin tener la necesidad de preguntarle nada.
─Ya veo ─suspiró y sacó un cigarrillo─, ¿Cuál es tu nombre? ─y lo encendió.
─Ah, ¿El mío? ─una presa fácil.
─Sí, eres guapo ─lo alabó─, quisiera saber el nombre de alguien tan atractivo ─sonrió, pero el chofer puso cara de espanto─. Ah, lo lamento, ¿Te incomode?... Solo quería que... fuéramos amigos ─puso una expresión triste─. Es decir, llevamos mucho tiempo esperando y... ─y luego fingió incomodarse─ quién sabe cuánto tiempo más estaremos aquí... ─negó con la cabeza, dando lastima─ Lo siento, no importa, volveré al asiento de atrá...
─Ben ─contestó sonrojado─. Mi nombre es Ben, Ben Jones ─el beta inhaló la nicotina y soltó una bocana de humo, sonriendo con satisfacción.
─Koemi ─mintió presentándose─. Me gusta mucho tu cabello ─empezó a quitarse la gabardina blanca que estaba cubriendo todo su cuerpo, dejando a la vista la blusa transparente color negro brillante, además de sus pantalones de mezclilla rotos─. Hace calor, ¿No te parece?
─¿Calor? ─preguntó tragando saliva.
─Sí, casi estoy sudando ─rió. Comenzó sobarse el cuello con lentitud─. Tu trabajo debe de ser muy estresante.
─Ah, sí, bueno, el jefe a veces es muy estricto ─a los hombres les gusta hablar de sus experiencias─. Pero no es tan estresante como usted cree.
─Oh, por Dios, eso es admirable. Debes ser fuerte ─y ser alabados por ello.
─Se vuelve una costumbre del oficio.
─Pero esperar siempre, fielmente, a tu empleador en un espacio cerrado como este... ¿Acaso no estas rojo? ─le tocó la frente y se demoró en "examinarlo", solo aguardaba al movimiento del alfa. Lo espero. <<Paciencia>>, se dijo. Echó una mirada al rostro del sujeto, sintió alegría cuando se percató que el hombre miraba su pecho─, ¿Tendrás fiebre? ─y como era de esperarse, el empleado no se resistió a la tentación. Reiko sintió como las grandes manos del recesivo tomaron su cintura, y luego pasaron debajo de su ropa, solo para darse el placer de pellizcar su pecho.

Eso había sido sencillo.

+.+

John sonreía con triunfo.
<<Ahora que he dejado a esa zorra esperando, sabrá un poco sobre lo que es la humillación>>.
John es un idiota, había pensado, erróneamente, que Reiko lo esperaría con paciencia y entusiasmo solo para poder acostarse con él, pero las cosas le salieron mal en cuanto se puso de pie a lado del automóvil que, aparentemente, contenia a esa liebre lasciva, y es que, parecía abandonada.
─¿Debería llamarlo?
─¿Esperas que te diga que hacer? ─respondió molesto a su subordinado. <<¿Acaso se fue?>>─, esto es increíble ─susurró.
El celular por el que solían comunicarse los empleados de Atwood sonó dentro del auto fantasma, curioso, el diablo pegó el rostro a la ventana.
No había nadie al frente, y cuando fue hacia la parte trasera e hizo lo mismo:

NAVEGANTE DE LAS ESTRELLAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora