CAPITULO XXI. MALOS ENTENDIDOS

78 7 5
                                    

Shinseki había traído sus problemas personales al trabajo, seguía dándole vueltas y vueltas a la inquietud que había estado en su mente desde hace dos semanas. Ya hacia un tiempo ¿No?, pero Yota no lograba olvidarlo.
<<Los alfas se sienten naturalmente atraídos hacia los omega>>, pensaba.
─Shinseki los platos del recién llegado! ─aquel día después del recorrido por BBS el omega había tenido un encuentro con aquel alfa extremo pero, sin si quiera saberlo, había sido su última cita, pues aquel hombre no lo había contactado en absoluto, y sus días de visita en el hospital se habían suspendido. El ayudante de cocina de vez en cuando se emocionaba cuando sentía su teléfono vibrar, pero se decepcionaba en cuanto sabía que se trataba de aquellos molestos mensajes de publicidad, era patético porque ¿Qué haces cuando la persona que amas no te está prestando atención?
─¿Qué habitación es?
─Es la... ─negó con la cabeza y─: Lo he olvidado ─el trabajador se rascó la frente mientras prestaba atención a la plancha de la cocina─. Estoy seguro de que dijeron que estaba a un lado de la del viejo.
─¿El señor Tanaka?
─¿Ese es su nombre?
─Eres malvado ─el hombre rió.
─Como sea. Dijeron que el paciente tiene fracturas de un accidente de auto ─sonrió y movió la mano para que el omega se apresurara en el trabajo.
El ayudante de cocina tomo una bandeja que contenia comida occidental: sopa de verduras con carne de res, jugo de zanahoria, agua natural, panqueques, dos yogures pequeños y un par de sándwiches. No era un mal desayuno pero para un hombre japonés era bastante extraño.
<<Sera un hombre enorme>>, se dijo Yota, imaginando que se trataría de un hombre con sobrepeso.
Subía por el elevador para llegar al piso donde se alojaba Ichiro, pero esta vez no llegaría hasta su habitación, si no a la de a un lado, y esa era otra cosa extraña, pues esas habitaciones casi siempre estaban desocupadas. De todas maneras el omega paso de largo la habitación de su viejo amigo y toco la puerta continua y:
─Come in ─(pasa). Una dulce voz le dio la autorización para entrar.
Shinseki no sabía mucho de inglés pero pudo entender a la perfección esas palabras.
Cuando abrió la puerta por completo y miró a la persona en la camilla se sorprendió y... se cautivó. Un joven hombre muy atractivo descansaba con tranquilidad mientras veía televisión. Tenía el cabello rubio oscuro y ojos dorados, además de una sonrisa hermosa. Si no fuera por esos ojos ligeramente rasgados, el omega hubiera creído que se trataba de un extranjero total.
─Hello... ─(hola). Atinó a decir el ayudante.
─Hello. Did you manage to make my vegetable soup? ─(hola. ¿Conseguiste hacer mi sopa de verduras?). Y rió después de eso.
─The chef did it ─(la chef lo hizo). El ayudante de cocina caminó en dirección hacia el paciente, dejo la bandeja de comida en un mueble mientras se disponía a poner la mesa sobre las piernas de aquel hombre.
─My name is Frederick ─(mi nombre es Frederick). Continuo este mientras miraba al omega trabajar─, You are new?
─(¿Eres nuevo?).
─No... I have been working here for years ─(no... He estado trabajando aquí durante años).
Las heridas del paciente no eran nada graves, tenía vendado el brazo derecho, y uno que otro moretón en el cuerpo pero todavía podía verse espectacular. Quizás el omega se le había quedado viendo demasiado que Frederick dijo:
─A car accident ─(un accidente de coche). Pero en lugar de responder, Yota comenzó a poner los platillos sobre la mesa ─. I am president of a car company, isn't that ironic? ─(soy presidente de una compañía de autos, ¿No es irónico?) ─. I was testing a new car. "Frederick the guinea pig" ─(estaba probando un auto nuevo. "Frederick el conejillo de indias")─. It was my fault anyway ─(fue mi culpa de todos modos)─. My father is going to kill me ─(mi padre me va a matar). Terminó, y por un largo minuto hubo un gran silencio hasta que:
─Puff... ─de pronto Shinseki comenzó a reír a carcajadas─. No entiendo nada de lo que dice ─logró recuperar la compostura un poco así que siguió─, ¿Tiene un conejillo de indias? ─mencionó entre risas─, ¿Quién va a matar a su padre? ─la sonrisa y los ojos luminosos de ese humilde ayudante siempre cautivan a la gente, ¿No tengo que decirte que paso ahí, verdad?
─Tienes una sonrisa hermosa ─declaró Frederick, esta vez hablando en japonés─, ¿Cuál es tu nombre?

NAVEGANTE DE LAS ESTRELLAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora