CAPITULO XVI. LATIDOS DEL CORAZÓN

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Cuando salió del baño un hombre sexy estaba esperándolo con tan solo una bata cubriéndole el cuerpo. Tanaka lucia tan atractivo con esa sencilla prenda de hotel.
─¿Te has puesto ropa? ─pregunto primero el alfa.
─¿Sí? ─<<¿Acaso está mal?>>, pensó─. Yo... creo que dormiré en la sala ─<<Así el joven amo puede dormir cómodamente en la cama>>, seguía pensando.
─¿Quieres hacerlo en la sala de estar? Estoy sorprendido ─y es que ambos hablaban de cosas diferentes.
─¿Eh?
─Hay una enorme ventana ahí que va directo al balcón ─mencionó casualmente el presidente, y como el omega parecía confundido agregó─: No hay cortinas. Aunque, a decir verdad, realmente no me importa.
A Kenta estaba emocionándole la idea de tener sexo con la ventana abierta. Resultaba bastante erótico, y le fascinaba la idea de sostener a Yota mientras algunos pudieran ver que le pertenecía. Pero Shinseki no lo entendió: <<¿Le preocupa que me resfrié?>>.
─Entonces aquí ─el suelo se veía cómodo.
En cuanto esa respuesta llegó a los oídos del director, se sentó en el centro del colchón mientras sonreía, recargó la espalda contra el respaldo de la cama y miró a su lado, pues la bolsa de papel con los productos que había comprado hace unas cuantas horas estaban listos.
─Ven aquí ─lo llamó con una voz dulce. El omega, sin pensarlo mucho, fue hacia allí. Lo jalaron bruscamente, y sin previo aviso cayó sobre Kenta. El ayudante de cocina se sonrojo, y de inmediato se hubiera levantado y disculpado de no ser porque aquel joven amo le ayudó a separar las piernas para que se montara sobre él.
─¿Joven amo?
─Debes decirme si cometo algún error. Si algo no te gusta o si sientes algún dolor o malestar, debes decírmelo, ¿De acuerdo? Me detendré si me lo pides ─pero no estaba convencido de eso. De hecho el alfa tenía el deseo subido a la cabeza y al el corazón. Si no fuera por su conciencia, la cual era fuerte y amplia, ni siquiera hubiera ido a la tienda a comprar protección. A lo mejor Tanaka se hubiera conformado con cualquier hotel para poder llevar directamente a la cama a su amado omega. Le estaba costando reprimirse, pero su deseo de querer un momento especial con Yota era mucho más fuerte. Quería amarlo y atesorarlo─, ya que te has puesto la ropa... ¿Quieres ser tomado con ella o prefieres que yo te la quite? ─bromeo medio riendo.
─¿Qué? ─Yota había estado consiente de lo que había ido a hacer a un hotel, pero ahora mismo su mente estaba en blanco.
─Te ayudaré ─el alfa hizo que Shinseki alzara los brazos en lo alto, y entonces le sacó la camisa por arriba. Desatar los botones le haría perder la paciencia. Y en cuanto vio la piel de leche y los pezones rosas del omega dijo─: Lo sabía.
─¿Eh?
─Eres hermoso ─Yota no contestó, y es que aún no podía procesar nada─. Los pantalones ─el hombre tocó suave y lentamente el resorte del pantalón, era claro que lo hacía a propósito. Quería parecer provocativo, lo suficiente como para que el ayudante de cocina deseara ser penetrado lo antes posible, lo cual si estaba logrando pero en cuanto llegó más abajo, notó que su compañero no estaba utilizando ropa interior. Se sorprendió pero no tardó en excitarse aún más─, ¿Deseabas este momento? ─y si te lo preguntas, el presidente se había imaginado esta situación cientos de veces en su cabeza, no lo suficiente para masturbarse pero si para satisfacer su conciencia─, ¿Me has imaginado dentro tuyo? ─todos conocemos la respuesta a esa pregunta. El omega recordó de pronto todos aquellos momentos y una clara erección apareció entre su entrepierna─, ¿Eso es un sí? ─y por supuesto que el director había notado tal reacción. A Shinseki le vino a la mente que no traía puesto nada debajo de los pantalones, así que levantó la mirada, entonces los ojos de ese joven amo y los suyos se encontraron─, ¿Estas tratando de seducirme?
─¿Disculpe? ─¡Vamos, ya reacciona, Yota!
El imponente sujeto adentro ambas manos dentro de los pantalones del ayudante de cocina y tocó con cariño el suave trasero del muchacho. Luego apretó suavemente para sentir la delicadeza de esa piel.
El chico soltó un gemido, se avergonzó y se alejó. Comenzaba a disculparse cuando:
─Tan erótico ─habló el hombre de negocios y volvió a acercar a su amante hacia él, masajeaba el trasero de Shinseki mientras tanto.
Las feromonas del omega comenzaron a propagarse con facilidad por toda la habitación, y de pronto se sentía tan caliente que deseaba tomar otro baño. Sin olvidar también que su trasero estaba comenzando a mojarse. Podía sentir como ese líquido se estaba deslizando por todas partes, su pierna ya se encontraba húmeda. Era demasiado que se sintió extraño, y pronto empezó a desear que el miembro de ese alfa entrara lo más rápido posible dentro de él.
─Tu aroma es dulce ─mencionó el alfa mientas inhalaba la fragancia de Yota directo de su cuello─. Tan bien ─susurro.
Ambos querían acercarse más, así que el omega se deslizó hacia adelante, su trasero estaba restregándose sobre las piernas del alfa, y este último pudo sentir la humedad que ya había atravesado la tela. Las feromonas también se volvieron más intensas, el olor los incitaba a perder la cordura.
─Joven amo.
─¿Quieres ayudarme con la bata? ─el ayudante asintió. Levantó las manos para desatar el nudo de la prenda, y tembló cuando el sujeto volvió a apretar su trasero. Aquel joven amo se negaba a retirar las manos de aquella zona.
De hecho era la primera vez que era tocado de esa manera, y es que, cuando Eustace fue procreado fue porque Yota había sido atacado. No recordaba nada de ese día, solo sabía que había perdido la conciencia en cuanto su primer celo había llegado, el padre del beta pasaba por pura casualidad, nada había sido planeado. Ni siquiera se conocían y aún así había dado a luz a su hijo.
Cuando por fin pudo desatar la bata, extendió las telas a un lado, exhibiendo el cuerpo entero del alfa. Y no podía creer lo que veía, y tampoco creer que ese hombre estuviera sonriendo de oreja a oreja debajo de él.
Su piel era un poco morena, lo que hacía que se notaran sus marcados abdominales, y su pecho era enorme. Los ojos de este empresario también se volvieron brillantes, ese color verde desbordaba lujuria, su mirada era tan intensa que Shinseki tragó saliva. Los suaves rizos de su cabellera castaña estaban echados hacia atrás para que no estorbaran la vista, el sudor también comenzaba a acumularse en su frente, y además de eso, el pene de Tanaka también era enorme. Tan grande que el omega pensó: <<¿Compramos los condones adecuados?>>
La prenda por fin fue apartada en su totalidad, cayendo con el resto de la ropa al suelo.
─Déjame ayudarte ─el director por fin retiró las manos del trasero de su compañero y empezó a quitarle los pantalones.
El joven amo no perdió el tiempo y abrazó a Yota con fuerza, el contacto de piel con piel hizo que la feromona de Kenta saliera en el aire. Era una esencia que doblego al omega, no lo suficientemente fuerte para hacer que perdiera la cordura, pero si para hacer que deseara las cosas a un ritmo mucho más acelerado.
─Joven amo ─lo llamó el ayudante de cocina abrazando su cuello.
─Di mi nombre, será mucho más fácil así ─exclamó mientras rozaba con la punta de los dedos la abertura del chico.
─¿Cómo podría? Es descortés.
─Puedes hacerlo ─entonces metió la punta de su dedo medio.
─Kenta ─gimió.
─¿Sí?
─Tengo miedo ─Tanaka lo abrazó con más fuerza y le besó la mejilla con cariño.
─Está bien. Está bien ─trataba de tranquilizarlo acariciándole la espalda suavemente con su mano libre─, ¿Quieres que me detenga? ─ya empezaba a apartar la mano cuando Shinseki se pegó a los genitales del alfa. Sus nalgas estaban estrellándose directo sobre el miembro del director.
─Quiero que lo... metas ─a pesar de las palabras escogidas el tono de voz reflejaba completa vergüenza.
El pene del alfa se hizo más grande.
Sería una mentira si te dijera que no había deseado hacer a ese chico suyo desde la primera vez que le vio.
Claro que había pensado en innumerables formas de hacer que ese omega fuera a la cama con él, además de querer tratarlo con amabilidad. También había imaginado querer verle llorando, derramando lágrimas y hacerle gritar su nombre del placer, mientras suplicaba querer más de la esencia de Kenta en su interior.
─De acuerdo ─dijo, hizo que su compañero alzara las caderas─. Agarrate fuerte ─Yota obedeció, puso las manos sobre los hombros de su presidente, y este último tomó el lubricante y lo derramo sobre el recto del omega, se puso un condón en uno de sus dedos de su mano derecha y lo insertó dentro de Shinseki.
El ayudante volvió a gemir en cuanto sintió el contacto. Podía sentir como el dedo de ese hombre trataba de avanzar cada vez más adentro. Era una sensación incomoda, pero al mismo tiempo, resultaba maravilloso.
El dedo estuvo ahí por lo que fueron un par de minutos antes de que fueran dos. Experimentaba nuevas sensaciones conforme el tiempo pasaba: el dolor, la incomodidad, el placer, el deseo, la extrañeza.
Por otro lado el joven escuchaba en su oído los dulces sonidos del otro, y tal y como lo había imaginado eran eróticos, haciendo que la sangre viajara a la parte inferior de su cuerpo y sintiera cada vez más la pérdida de la paciencia. Ignorar tanto nunca le había sido tan difícil.
Mientras el joven amo hurgaba ingreso otro dedo, haciendo que ambos tuvieran la urgencia de unir sus cuerpos, estaban pensando en el cómo se sentiría, y que probablemente ninguno se decepcionaría.
Las fantasías del ayudante de cocina por fin se estaban haciendo realidad, pero aún le era complicado asumirlo. Solo quería que no hubiera problemas más tarde, porque la felicidad que sentía en el pecho era tan inmensa que la vida tendría que arruinarlo con algo malo después.
Tanaka tenía una excelente vista delante de sus ojos, el pecho del omega estaba justo enfrente y quería llenarlo de besos. Sin mencionar que las caderas de ese chico se sacudían con urgencia cada vez que los dedos se hundían más profundo, y es más que obvio que este hombre disfruta de esta reacción, así que aprovechaba para pellizcar la piel de esa zona, que como era de esperar también era suave. De hecho el color de la piel de Yota le recordaba cuanto debía de cuidarlo.
En un futuro, porque ya estaba más que decidido, lo llenaría tanto que su mansión tendría que extenderse más grande de lo que ya es, pues su descendencia seria mucho muy enorme. Los hijos no se acabarían porque Kenta estaba dispuesto a suplicar, hasta ponerse de rodillas, para tener en sus brazos a quien había decidido sería su compañero por el resto de su vida.
─Duele ─se quejó el ayudante.
─Lo lamento, pero debo de ingresar la mayor cantidad de dedos posibles para que no duela mucho después ─explicó, y Shinseki bajo la vista al pene del alfa: <<Es grande. Tan largo, grueso... Quizás me duela, no, va a doler... pero... Quiero que lo ponga dentro>>, se dijo.
─Apresúrese ─no recibió respuesta, así que se centró en la sensación de hormigueo en su estómago. Pero lo que más lo impactó fue el repetido movimiento de su corazón, latía tan deprisa que creía que no tardaría en salirse de su pecho, sus manos temblaban e incluso pudo sentir como las palabras se atoraban en su garganta, a penas y se las había arreglado para decir cierto número de palabras. Quería rodear a ese sexy sujeto por la cintura y apretarlo en un fuerte abrazo. Estaba desesperado por sentir su calor, quería sentir sus caricias, su cariño, su atención. Tenía un profundo deseo de hacer que no lo olvidara, de tener un gran impacto. Sonará egoísta pero realmente añoraba la idea de que ese joven amo solo lo amara y deseara a él, que no pensara en nada más, quería... ─Un beso ─pidió. Kenta levantó la mirada con un ligero rubor en las mejillas, se sorprendió, y luego sonrió con satisfacción─. Por favor... un beso. Quiero... un be-so ─no hacía falta suplicar. El presidente de BBS pegó sus labios al pecho de su pareja y empezó a lamer el pezón con un habilidoso movimiento de lengua, cuando estuvo satisfecho término con un beso suave, entonces empezó a mordisquear la zona con cuidado.
El omega gemía mientras se sostenía con fuerza, no estaba de pie pero sus piernas estaban temblando, pues los labios de ese hombre estaban jugando con su pecho de una manera tan erótica que comenzaba a perder el control. Pronto la mano que hace un rato estaba acariciando la cintura se cambio a su pezón libre, el toque era tan amable, tan delicado y amoroso que Yota saltó cuando esa misma mano comenzó a tocar con un poco más de fuerza, pero, por increíble que sonara eso, no le dolió, en cambio lo excitaba más.
Ambos estímulos eran satisfactorios, su pecho y su agujero estimulados al mismo tiempo era algo que jamás hubiera creído que sentiría. Esos dedos seguían moviéndose cada vez con mayor facilidad y cuando Shinseki dio un gran gemido, el alfa sonrió con picardía porque sabía que había hallado un punto dulce. El ayudante de cocina eyaculó. Ni siquiera lo había notado ya que había estado tan absorto en otras sensaciones que lo demás le había resultado superficial.
─¡Ah, lo ensucie! ─pues el abdomen de Kenta estaba cubierto de fluidos omega. El muchacho, nervioso, se apresuró a "limpiar" con su propia mano─. Lo siento, lo siento ─los dedos del presidente salieron de su interior y levantó la cabeza, asustado. <<¿Lo hice enfadar?>>, se preguntó en pánico.
Pero cuando menos lo vio venir unos labios carnosos se dirigían a su rostro. Se besaron.
Primero fue muy dulce, sus bocas se tocaron con suavidad, dándose pequeños besos sin la mínima existencia de lujuria. Era ese tipo de beso que están dedicados a tu primer amor, con torpeza e inocencia. O eso fue hasta que el alfa tomó al ayudante de las caderas y se las había arreglado para rodar sobre la cama y terminar encima de su omega, entonces hizo que ese chico abriera la boca.
─Respira por la nariz ─le sugirió, luego había profundizado ese primer beso. Yota masajeo su lengua con la de su alfa, la saliva se hizo una en sus bocas y su corazón latió con más fuerza, era tan difícil respirar porque era un beso distinto, estaba lleno de erotismo, tenía la intención de revelar pasiones olvidadas. La intención era que a través de ese beso pudieran comunicar lo que sentían sin la necesidad de utilizar palabras.
Cuando ambos tuvieron suficiente, Tanaka se alejó y tomo otro condón.
─Lo meteré.
─Cla-claro... ¿Puedo ponerlo? ─se ofreció cuando el director estaba a punto de ponerse el preservativo.
─Por supuesto ─sonreía mientras las manos de Shinseki se deslizaban a lo largo de su longitud. El miembro estaba muy duro, además estaba palpitando.
─Me disculpo por haberlo hecho esperar. Seguro fue difícil ─pidió perdón el muchacho.
─Está bien ─torció la boca el alfa, pues se había estado conteniendo para no herir al ayudante de cocina.
Entonces el pene de Tanaka no pudo resistir más cuando el omega se había dado la vuelta, de espaldas a él, abriendo su entrada con una mano, esa posición estaba gritándole a Kenta: "Embarazame."
─Yo... escuche que es menos doloroso de... esta manera, ¡Ah! ─el joven amo se adentró en la abertura lujuriosa lentamente. Deseaba penetrar hasta el fondo, y quería llenarlo tanto que el semen incluso se derramara hacia afuera. Quería hacerlo completamente suyo. Eso le decía su instinto, pero estaba siendo guiado por la conciencia de su corazón.
A penas y tenía la mitad del miembro adentro cuando su amante se quejó del dolor.
─Yo... Lo siento. No puedo detenerme ─menciono el alfa y tomó las caderas del omega para intentar clavarse todo adentro─. Dije que me detendría pero... no puedo hacerlo. Y es que eres... tan estrecho ─comenzó a repartir múltiples besos en la espalda de su pareja mientras hablaba─. De ahora en adelante no te encontraras con nadie más ─todavía se deslizaba poco a poco hasta que por fin estuvo todo adentro, rápidamente se deslizó hacia afuera y dio la primera embestida─. No pidas ayuda a nadie más que no sea yo, ¿Si? ─y seguía embistiendo.
─¡Ah, Kenta! ─Yota habría estado asustado de no ser por los besos que recibía en la espalda─. Kenta... des... pa... cio.
─No vuelvas a hablar con desconocidos ─él seguía moviéndose naturalmente. Se deslizaba hacia adentro y hacia fuera de manera rítmica y rápida. Podía controlar sus acciones pero no sus palabras─. Me hiciste enfadar, ¿Sabes?
─Despacio Kenta, despa-cio.
─El solo imaginar en el que hubiera pasado si te hubieras marchado con ese horrible hombre esta matando mi cordura... Pero, soy yo. Yo soy quien te está haciendo mío ahora. Me perteneces ahora, ¿Lo sabes?
─Kenta.
─Así es. Yo estoy aquí ahora ─el director sí que había estado enfadado en cuanto había visto semejante escena, pero ahora mismo no lo estaba en absoluto, por que también recordaba que lo habían escogido a él. Porque había sido gracias a esa elección que podía estar haciendo algo que había estado deseando hacer durante hace ya bastante tiempo.
Shinseki podía sentir la gentileza de cada toque y cada embestida. Ese hombre estaba lleno de desesperación pero también estaba siendo considerado.
─Kenta, más ─dijo cuándo se había acostumbrado a las repetidas embestidas ─. Más Kenta ─el hombre de negocios aumentó la velocidad cuando se lo pidieron. Estaba feliz, su corazón estaba feliz. Contrario al omega, este sujeto pensaba que su corazón se detentaría en cualquier instante. Estaba tomando a la persona de la cual estaba enamorado, además de ser una experiencia única, también era la primera vez que sentía tal placer al tener relaciones con alguien que quería de verdad. Las veces anteriores solo lo había hecho para mantener su cuerpo tranquilo y en orden. Pero era otra cosa tener cuerpo y alma conectados.
El movimiento de las caderas del ayudante estimulaba los genitales del joven amo con mayor intensidad, su pene se hacía más grande cada vez que la entrada de ese omega apretaba con fuerza.
Y mientras seguía penetrando miraba con cariño la nuca de quien estaba debajo de él, era delgada, blanca, suave, y en la mente de Tanaka, ese hermoso cuello se vería mucho mejor con una marca suya. La conciencia nunca lo abandonó , pero sí que había pensado seriamente en enlazarse con Shinseki. Pero no era tiempo, primero tenía que tener el consentimiento, quería que cómo le había ofrecido un cuerpo, también le ofrecieran un corazón. Porque para este hombre de negocios seria como un milagro escuchar las palabras más significativas que pudieran existir sobre la tierra, que casi nadie entendía, que resultaban ridículas, pero que al mismo tiempo casi nadie se podía permitir decir y sentir. Eran simples palabras pero hay que ser valientes para decirlas.
<<Te amo, Yota>>, Kenta había encontrado a alguien a quien decirle esas palabras.
Ambos eyacularon al mismo tiempo. Entonces el alfa se alejó quitándose el condón ahora inservible, y el omega se dio la vuelta.
El presidente tomó de nuevo otro preservativo, se lo colocó, se pasó la mano por el cabello que le caía en la frente y volvió a inclinarse para volver a la acción. El ayudante de cocina lo recibió sin ninguna queja.
─Eres muy lindo ─el joven amo acercó la mano al rostro de su pareja para alejar el cabello que estaba empapado de sudor, y lo miró directo a los ojos─. Tan lindo ─repitió─, ¿Cómo es que eres tan hermoso?, ¿Acaso caíste del cielo?, Tus ojos también son hermosos. Me encantaron desde la primera vez que te vi, ¿Cómo es que no te había visto antes?
─Por la falta de personal ─contestó con dificultad y cortando un poco el ambiente─. Reciente-mente... ha habido muchas vacantes... El... joven amo... también es... lindo ─y es que Tanaka seguía embistiendo sin parar.
─¿Lo soy? ─el ayudante asintió.
─¿Por qué un hombre... como el joven amo... está haciendo estas cosas con alguien... con alguien como yo?
─La verdadera pregunta aquí es: Porqué alguien tan inocente y puro como Yota está siendo tomado por un alfa tan arrogante.
─El joven amo no es... arrogante.
─Lo soy. Tienes que verme más para conocerme mejor.
─No... no puede ser así.
─¿Y si no soy lo que esperas? ─un silencio pequeño le siguió después, Shinseki estaba pensando su respuesta, y Kenta la estaba esperando con paciencia.
─Aprenderé... a querer esa parte del joven amo ─al alfa el encantó la respuesta.
─¿Sí?
─Sí. Además... no soy tan inocente como... usted piensa, ¡AH! ─gimió después de que el miembro del alfa golpeo un punto dulce.
─¿Por qué lo dices?, ¿Qué has hecho?, ¿Qué es lo que piensas? ─insistió el enorme hombre.
─Yo... pienso en usted.
─Eso está bien. También pienso en ti.
─No... es... lo mismo.
─¿Por qué no es lo mismo?
─En la cama ─susurró, y el presidente de BBS se sonrojo, pero aun así se sentía complacido.
─¿Hacia este tipo de cosas? ─preguntó solo para molestar. Su miembro se movía vigorosamente y se marcaba en el estómago del omega, entonces este abrió aún más las piernas, y es que no quería hacerle difícil la tarea a su alfa.
Los sonidos que provocaban el encuentro de sus partes bajas, daba a Yota la sensación de encontrarse en algún tipo de escenario irreal. Jamás lo habían llevado a la cama y no era una sensación nada desagradable.
A pesar de ser la segunda ronda el ayudante de cocina seguía liberando humedad, lo que facilitaba la acción de ser penetrado.
Shinseki alcanzo su tercera eyaculación, mientras que después de un par de minutos Kenta le siguió.
Ambos jadearon mientras se acomodaban en la cama.
─Ahora soy del joven amo ─festejó el chico.
─Por supuesto.
─Joven amo ─lo llamó.
─Dime.
─¿También es mío ahora?
─¿Acaso tienes a alguien más?
─Claro que no ─rió.

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