EXTRA XIV. CARIDAD

42 5 0
                                    

─Padre, pero me habías prometido que lo arreglaríamos luego de la boda de Reiko ─insistía un adolescente atractivo─

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

─Padre, pero me habías prometido que lo arreglaríamos luego de la boda de Reiko ─insistía un adolescente atractivo─. Dijiste que no dejarías que fuera enviado a un orfanato. Él es mi hermano.
─No es uno de nosotros, príncipe ─Kenta lo había dicho de momento para calmar a su primogénito, no era en serio. Negó con la cabeza, sí, no negaría que era lamentable y desafortunado, pero no era algo que le preocupara─. No es un Tanaka. Además, es cierto que todavía tiene a su madre ─incluso si Ishii iba a una casa para niños abandonados las probabilidades de que le adoptaran eran pocas porque:
─Ella renunció a la custodia porque es discapacitado ─protestó decaído─. Pensé que no tendría oportunidad de hacerlo pero su pareja arreglo y soborno a algunos cuantos ─la mirada fría de su padre le estaba molestando, era fácil saber que el león no quería nada que ver con el difunto Yamamoto─. Padre, Ishii tiene un síndrome pero no quiere decir que sea estúpido. Si uno de mis hermanos... Si Sora...
─Guarda silencio, príncipe ─lo interrumpió el alfa mirando con atención el montón de papeles que tenía en las manos─. O molestaras a papá ─sus ojos viajaban de izquierda a derecha, de documento a documento. Si miraba a su pequeño león su resistencia seria destruida en segundos─. Obedece. La respuesta es no. Ese niño no se quedara aquí. Deja que servicios infantiles se encargue de eso, no es de nuestra incumb...
─¿Y si fuera yo? ─murmuró por lo bajo. La mirada asesina de Kenta lo volvió cobarde─. Lo siento ─susurró. Se levantó de la silla y se apresuró a salir de la oficina.
Luego de quedarse observando la tinta impregnada en el papel por varios segundos, el extremo volvió a levantar la mirada, se quitó las gafas y las arrojó sin ningún cuidado sobre el escritorio, ese lamento... <<¿Y si fuera Eustace?>>, ¡Dios!, ¿Ese príncipe podía jugar así de sucio?, El pecho del enorme león se contrajo lo suficiente como para pensar que su corazón se había hecho más pequeño.

+.+

Durante la hora de la cena las cosas hicieron temblar la paciencia de Kenta.
─El joven amo ha pedido que llevemos la comida a su habitación ─informó Noah mientras supervisaba que los empleados llevaran los platillos.
─Dile, que su padre le ordena que baje a comer. Aquí, al comedor ─dijo un padre herido.
─Kenta... ─lo llamó Yota.
─El joven amo tiene muchas asignaciones escolares... Muchas más que las de costumbre ─explicó el mayordomo─. Quiere que llevemos la comida porque seguirá trabajando en la computadora.
─No me interesa si trae la maldita computadora aquí. La cena se lleva a cabo en el comedor. Dile que baje ─Noah ladeo la cabeza y agitando la mano les ordeno a los demás empleados que llevaran los platillos de nuevo a la cocina.
─Siendo así ─negó con la cabeza y mirando con valentía a su empleador se atrevió a decir─: El joven amo imaginó que usted no lo permitiría, así que me dijo que no bajaría a comer. Dijo: "No tengo mucha hambre" ─hizo una leve reverencia y estaba ya saliendo del comedor cuando:
─No. Lleva la comida a su habitación ─suspiró vencido.
─Ah, Noah, ¿podrías asegurarte de que Eustace coma sus vitaminas? ─pidió el omega levantándose y tomando un frasco de vidrio café de un mueble fino─. Solo una píldora después de la cena ─sonrió entregando la medicina.
─Por supuesto.
─Gracias.
Una vez Noah se hubo marchado con dos trabajadores con charolas llenas de comida y bebidas, la señora de la casa soltó una sonrisa divertida.
─¿Han peleado? ─no espero respuesta─. No debes agobiarte por algo así, te acostumbras con los años ─volvió a su silla y limpió la boca de Sora con una servilleta─. Hay ocasiones en las que no habla durante un mes ─lo dijo a modo de recordar con gracia los viejos tiempos, pero esa información aterró a Tanaka.
─¿Un mes?
─Sí, pero al final me habló de nuevo ─se encogió de hombros─. Ay cariño, los adolescentes son así ─rió, Kenta estaba horrorizado─. A veces hay cosas que no podemos concederles ─sonrió y acarició la mejilla de su amante─. Aquella vez... No pude asistir a un evento de teatro organizado por la escuela. Eustace era el protagonista de un cuento que escribió un hombre estadounidense, tenía doce años y yo tuve que trabajar ─y mientras rebanaba y masticaba un trozo de carne, tomo la papilla casera de manzana que había en la mesita de Sora y se lo dio a comer─. Luego de ese silencioso mes hablé con él adecuadamente, nos arreglamos. Solo debes darle su espacio ─Yota se calló después de eso, no le contaría a Tanaka que Eustace permaneció enojado aún después de ese mes, no diría que no sabía si ese beta llego a olvidar el asunto o a comprender a su madre, que a partir de ese entonces el niño formó una personalidad distante y reservada. <<Luego de eso... jamás volvió a decirme nada sobre sus eventos escolares>>, tragó saliva, en realidad al omega le dolía no saber que su hijo ganaba competencias de matemáticas, se enteraba solo si entraba a la habitación del joven y echaba un ojo a los certificados amontonados con otros papeles. Y cuando Yota lo encaraba enojado, el adolescente respondía: "solo es tinta sobre papel"─. Todo estará bien, solo son rabietas. Lo importante es que ellos están bien, ¿No es verdad? ─el presidente asintió, pero ambos sabían que era mentira. Había veces en las que uno no sentía dolor en el cuerpo, pero eso no significaba que estuviera bien.

NAVEGANTE DE LAS ESTRELLAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora