CAPITULO XVIII. EL VIEJO ICHIRO QUIERE UN HEREDERO

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Un silencio profundo permaneció en la habitación por varios minutos.
Shinseki sentía como si hubiese sido atrapado haciendo algo indebido, pero... no era indebido, ¿Verdad?
─Yo... ─empezaba, pero no pudo continuar por el fuerte nudo en la garganta que de pronto había aparecido─. No... ─su primera reacción fue negarlo todo─. No es... así.
─¿Qué no es así?
Y es que el chico tenía miedo. Su mente, que hace solo unos minutos estaba preocupada, ahora estaba ahogándose en un mar de ansiedad. No pensaba que Ichiro fuera a aceptarlo, y es que el hijo de ese enfermo era el presidente de una importante compañía, y él solo era... solo era un reemplazable ayudante de cocina de hospital, un simple empleado que ni siquiera podía aspirar a ser un gran chef.
─No...
─Estas mintiendo ─dijo molesto─. Es cierto que en televisión cubrieron tu rostro, y también es cierto que no sabía quién era ese omega misterioso al principio pero... pero esa ropa que utilizaste... ese suéter que usaste para ver a mi hijo lo has traído otras veces al trabajo. Te he visto con ese suéter por aquí. ¿Lo recuerdas...?
─Señor Ichiro...
─No me interrumpas, niño ─el alfa alzó la cabeza dignamente y miró al omega con superioridad─. De todas maneras había pensado que se trataba de una coincidencia, es decir, cualquiera puede conseguir ropa igual, ¿Cierto?, pero logré sentir que tu... que tu cuerpo está impregnado con la feromona de Kenta.
Era cierto que la fragancia era débil, porque cuando el ayudante levantó su brazo con la esperanza de sentir algo, solo logró oler el aroma del suavizante de telas. Era casi imposible que el viejo sintiera tal cosa, pero de alguna forma ya lo sabía.
─No, es...
─No lo niegues. Lo sé todo. Lo dijeron todo en la televisión. Ese bastardo de Kenta también está siendo atraído, ¡Tampoco me dijo nada!
─¡Me alejaré de él!

+.+

El director de BBS había abandonado la empresa en cuanto la paciencia había desaparecido de su mente. También había dicho a su chofer que condujera con prisa hacia el hospital, y cuando hubo llegado ahí se apresuró a registrarse.
Su plan era poder hablar con Shinseki sobre la situación, calmarlo para que no se asustara y que juntos enfrentaran tales habladurías, o eso era hasta que...
─Lo dejaré, se lo aseguro. Convenceré al joven amo de que ya no estoy interesado, y no me vera jamás. Todo esto es mi culpa, yo... lo incité, lo seduje, yo me ofrecí, así que no es culpa del joven amo.
─¡Ichiro! ─la furia de Kenta apareció. Entró hecho una tormenta en dirección hacia su enfermo padre─, ¿Qué demonios crees que estás haciendo?
─¿Eh? ─alcanzó a soltar el viejo antes de que su hijo volviera a abrir la boca.
─¿Es divertido?, ¿Acaso estas tratando de alejarlo de mi porque sigues con tus absurdos prejuicios? Debo de admitir que comenzaba a pensar que habías cambiado, ¿Quién eres tú para poder decidir sobre el amante correcto para mí?
─Joven amo ─lo interrumpió el omega, entonces el alfa se detuvo en cuanto esa voz dulce llego a sus oídos. Su rostro se relajó y se acercó a su compañero.
─Yota... Está bien, está completamente bien, ¿Si?, Quiero decir, no tienes por que sentirte culpable porque no tienes responsabilidad en esto, ¿De acuerdo?, Ichiro es un hombre viejo, está loco ─que risa.
─Pero joven amo...
─Su opinión no es de importancia ─insistió.
─Pero... Eustace está en la televisión.
─Yo arreglaré eso. No, lo estoy arreglando ahora mismo. Ya he comenzado a demandar a las televisoras y a los responsables de publicar esos falsos artículos de internet. Todo desaparecerá, todo ello. Eustace no correrá peligro.
─Pero... ─este ayudante estaba al borde de las lágrimas, pero aún así pudo mirar hacia la dirección de Ichiro, luego una lágrima solitaria se deslizó por su mejilla, lo cual no hizo nada más que alimentar la rabia del joven presidente.
─Está bien ─el empresario le besó la mejilla a su amante y limpió aquella lágrima con la punta del pulgar─. Lo resolveré, no debes preocuparte ─le sonrió con ternura, pero su rostro se endureció por completo cuando volvió la mirada hacia a su padre─. Me haré cargo de tus gastos médicos pero ya no vendré ni un día más por aquí... No volveré a visitarte. Así que podrías pensar en cambiar tu forma de ser, en convertirte en un...
─Idiota ─mencionó el enfermo─. No estaba hablando contigo ─el viejo no se preocupó por ese montón de palabras hirientes, y es que sabía muy bien que ese heredero suyo lo visitaría con más frecuencia en cuanto diera su humilde, importante, e impactante opinión─: Yota ─lo llamó mientras lo veía con picardía, y preguntó─, ¿Ya te han embarazado?
Shinseki creyó escuchar mal.
─¿Disculpe?
─Es que quiero un nieto... Bueno, por supuesto que ya tengo uno: "El nuevo joven amo de la familia Tanaka", eso han dicho... Eustace, ¿Es tu hijo, verdad?, ¿He recordado bien su nombre?, No lo he visto en persona pero... quiero conocerlo. Quiero muchos nietos... Te lo encargo, Kenta ─el joven amo había pasado del enfado, a un total desconcierto─. Llénenme de nietos ─y en su rostro resplandeció una gran sonrisa boba─. Y bien, ¿Cuándo es la boda?

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