CAPITULO VII. LA CRÍTICA

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El hombre dio un gran golpe con su raqueta, la pelota dio un gran bote así que era muy difícil de atrapar, estaba a punto de caer al suelo si no fuera por el héroe que llego a salvar el juego. La pelota fue golpeada y llegó con potencia hacia el otro lado de la cancha, Tanaka y Hatoyama no esperaban semejante movimiento, no lograron pegarle a la pelota.
─Bien hecho ─dijo─. ¡Yu-chan es un chico pequeño pero fuerte! ─Akuma sonrió cuando el gran alfa le acaricio el cabello. John estaba teniendo contacto físico a propósito, no ante los ojos del omega pero si para los ojos del secretario oficial de BBS─. ¡Son treinta! ─avisó a sus contrincantes.
─¡Seguimos ganando! ─respondió Kenta.
John caminó hacia el centro de la pista, Yumi le siguió y los otros dos hombres apuestos le siguieron después, ya reunidos pero con la red en medio, empezó a hablar.
─De todas maneras no esperaba ganar contra el capitán del equipo de tenis ─Tanaka sonrió complacido.
─Eso fue hace mucho tiempo.
─Aún tienes habilidad.
─¿Continuamos? ─el diabólico alfa estaba cansado, después de todo habían sido más de tres horas en la cancha.
─Por supuesto ─pero como había sido Hatoyama el que preguntó tenía curiosidad.
─Presidente Kenta ─llamó el omega recesivo a su jefe, quien ya se había acostumbrado al ambiente. El amable alfa lo miró con compasión.
─Me retiraré del juego, llevaré a Yumi a hidratarse ─el humilde trabajador soltó un suspiro con alivio y caminó deprisa para alcanzar a su jefe, quien se dirigía al área de descanso para llegar a la enorme hielera que cuidaban sus subordinados.
Pero regresando al juego, y mientras Atwood seguía con la mirada al omega que abandonó el juego.
─Pareces molesto Tarō.
─Veo que aún prefieres las pistas de césped.
─Son buenas.
─El presidente es bueno en cualquier cosa que haga. Si crees que una pista cómo ésta lo hará perder, estás muy equivocado... Es bastante piadoso, la pista nunca fue un problema.
─¿Quieres decir, te refieres a cuando no alcanzó la pelota? ─fingió demencia─. No sé a qué te refieres.
─Deberías saberlo, solo perdió una vez. No fue que no alcanzó la pelota, solo fue que a su conciencia le peso el hecho de que serías golpeado por tus padres si no tenías la victoria. Te repito que mi joven amo es muy amable ─John no supo que contestar por un minuto, ya que sabía perfectamente que jamás podía ganar contra un alfa tan excelente como lo era Kenta, pero tampoco lo admitiría. Era un asunto de orgullo y egoísmo.
─¿Sigues enfadado por el incidente de la vez pasada? ─así que cambio de tema para herir al secretario, pues "la vez pasada" este alfa había intentado abusar de Tarō─. Eres tan sensible, además eres un omega. Dios los creo para darnos placer a nosotros los alfa ─pero por suerte, este chico había logrado detener al delincuente, había logrado tomar en sus manos los genitales del hombre, apretándolos con tanta fuerza que al pobre tipo no le quedó de otra más que aullar del dolor. Por supuesto, Kenta lo sabía, incluso había pensado en demandar a Atwood pero el omega dominante lo había detenido, para él eran suficientes sus propios castigos, además, contaba con la satisfacción de la acción.
─No, claro que no ─negó con una sonrisa─. Más bien estaba preocupado, ¿Se recuperó tu entrepierna? ─mientras miraba a Akuma el diablo contestó:
─Esta incluso más grande.
─Ni siquiera pienses en tocarlo ─eso tomó al alfa desprevenido pero lo entendió de inmediato.
─Yu-chan es adorable ─Tarō tenía la complexión física similar a la de un alfa, pero Yumi... Yumi era un omega en su máximo esplendor, si John lo tomaba...─. Con un trasero redondo. Mentiría si dijera que no he pensado en meter mi pene en su agujero.
─Kenta hará que este club de mierda se hunda.
─Pero ya lo habré metido ─el tipo sonrió con satisfacción y se alejó─. ¡Que empiece el juego! ─gritó y se escucharon aplausos de animación.
─¿Yu-chan me está animando? ─preguntó el presidente del club. El omega recesivo asintió y Hatoyama rechino los dientes.
Tarō inició el juego.
Saque de pelota y...
<<Ese hijo de puta>>, pensaba.
Falló.
Segunda oportunidad y...
<<¿Meterla?, ¿De qué diablos habla?, Que se la muerda un perro>>.
─¡Doble falta. Punto para John!
La mente del secretario estaba muy ocupada maldiciendo que ni siquiera recordaba que estaba en medio de un juego.
─¡Señor Hatoyama, ánimo! ─pero aquel grito lo sacó de su pequeño mundo─. ¡Ánimo! ─parece que Akuma estaba apoyando a alguien más.
Un poco más tarde se escucharon los aplausos de Tanaka, sonaban tan poderosos que el secretario sabía quien estaba aplaudiéndole sin que volteara a mirar.
Saque de pelota y...
─¡Inicia el juego!

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