CAPITULO XXXIX. LOS DIAGNÓSTICOS DEL MÉDICO SON MORTALES

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Kutaragi se miraba al espejo con un poco de narcisismo, y es que, traía puesto un traje de baño de una sola pieza que normalmente utilizarían las mujeres

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Kutaragi se miraba al espejo con un poco de narcisismo, y es que, traía puesto un traje de baño de una sola pieza que normalmente utilizarían las mujeres.
Aprovechaba que los Tanaka todavía dormían para salir a explorar el lugar, también quería asegurarse de encontrar a hombres atractivos.
Era un beta pero quien lo desconocía podía llegar a pensar que se trataba de un omega lascivo.
Ya caminaba por los pasillos con una toalla sobre el cuello cuando visualizó a una excelente presa, se acercó y lo miró muy bien.
─Disculpe ─era un alfa, tenía el cabello atado con una liga bastante colorida, y por supuesto que era demasiado atractivo─, ¿Sabe dónde se encuentra el área de albercas? ─sonrió─, ¿Podría ayudarme?, la verdad es que es mi primera vez aquí.
─Por supuesto ─en cuanto esa respuesta salió, Reiko entrecerró los ojos, la voz de aquel hombre sonó bastante amable, contrario a su apariencia era alguien que seguramente no era alguien malvado, eso le resultó extraño, ¿Acaso su instinto estaba empezando a oxidarse?
─Muchas gracias. Soy Kutaragí Reiko.
─Jahn Atwood ─oh, vaya, era realmente una coincidencia.
─Le agradezco mucho su ayuda.
─No hay de que ─Jahn empezó a caminar y el beta lo siguió─. ¿Es el hotel de su agrado? ─el club no solo se trataba de deportes, sino de brindar hospedaje a todo aquel que quisiera tomarse un descanso de la rutina diaria.
─¿Eh?, ¿El hotel?, bueno, creo que es acogedor.
─¿Acogedor? Jamás imaginé que fueran a decir semejante cosa de este lugar.
─¿A qué se refiere?
─Mi hermano mayor es bastante estúpido ─sonrió con molestía─, John, ¿Lo conoce? ─antes de responder, Reiko se lo pensó: <<¿Se refiere al John que nos trajo aquí?, ¿Él que parece que su entrepierna tiene vida propia?>>
─Lo he visto en televisión ─mintió.
─Bueno, ciertamente tiene un parecido conmigo, pero su piel es más blanca, incluso nuestro tono de cabello es bastante similar, pero la forma de sus cejas lo delatan como alguien malévolo, sus pupilas son salvajes y su sonrisa es demasiado perturbadora. Le aconsejo tener cuidado ─el alfa lo observó de pies a cabeza, como sabiendo que era la presa perfecta para su hermano con tan solo ver la ropa que vestía─. No me malentienda, no quiero ofenderlo, pero, como un respetable juez justo, mi deber es advertirle sobre los depredadores sexuales que no pisan una celda en algún lugar remoto de la ciudad por los millones que posee.
─¿Ah, sí? ─estuvo aturdido por un momento, ¿Podía un hermano hablar así?─, si, si, muchas gracias ─y de inmediato hizo una ficha en su cabeza. <<Jahn Atwood, un tipo limpio, atractivo y amable>>.
─No debe tener miedo, no debe preocuparse, solo asegúrese de estar en algún sitio público...
─¿Juez Atwood? ─un lindo omega apareció de repente, tenía la piel morena, cabello castaño y ojos negros pequeños─, ¿También va a la zona de videojuegos? ─traía puesta una camisa blanca y un short que le quedaba bastante grande.
─Voy a la zona de albercas, la señora necesita ayuda ─los ojos del alfa brillaron intensamente, entonces Reiko sonrió.
─Yo... quería preguntar si quiere venir conmigo ─habló a la distancia el omega.
─Si tiene amigos esperándolo no me gustaría molestar, solo, le agradecería que me dijera como llegar ─<<Y, parece ser que este juez justo también está enamorado de un chiquillo inocente>>, se burló.
─¿Puede hacerlo?
─Soy bueno con la orientación ─asintió, <<De todas maneras ya sé dónde está>>, pensó, había mapas por todas partes.
Y mientras ese alfa guapo le daba algunas instrucciones, Reiko miró al omega que esperaba desde la lejanía a Jahn, ese niño, parecía como si quisiera llorar, y solo para confirmar, Kutaragi le acaricio el cabello al hombre.
─Ah, lo siento, tenía una pelusa ─se excusó.
El alfa se lo agradeció pero el omega gritó:
─¡¿Ya terminó?!
─Un segundo ─<<Acaso están estos dos... ¿Acostándose?>>.
De todas maneras lo olvidó, no era su asunto.

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