CAPITULO XLIX. BOLLO EN EL HORNO

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Después de que Yota presentara algunos síntomas nada agradables durante algunos días, Reiko había sido llamado a la mansión para dar una consulta especial, luego de eso, las buenas noticias se les habían hecho saber a los involucrados, y finalment...

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Después de que Yota presentara algunos síntomas nada agradables durante algunos días, Reiko había sido llamado a la mansión para dar una consulta especial, luego de eso, las buenas noticias se les habían hecho saber a los involucrados, y finalmente, a todo el mundo.
─Felicitaciones, señora ─Yota estaba concibiendo a su tercer bebé.
El omega asintió, tragó saliva y sonrió.
─¿Quiere alguna otra cosa señora? ─preguntó una mujer, era la encargada de la limpieza y miraba maravillada al omega hermoso que descansaba sobre la cama.
─No, no quiero nada ─negó con ambas manos─. Gracias.
─El presidente ha enviado algunos obsequios ─dijo Noah. Kenta tenía mucho trabajo, y, esta vez, no había podido conseguir tiempo de calidad con su esposa─. Dijo que lamentaba no poder pasar este tiempo de dicha y fertilidad junto a usted, que lo disculpara ─el recesivo no estaba molesto ni triste, él solo estaba feliz por su nuevo bebé.
─Estoy bien ─lo único que no le agradaba es que, ese alfa había dado la orden de mantener a su esposa en cama, otra vez─. ¿Qué es lo que envió? ─estaba emocionado por el regalo, él se imaginaba una bolsa modesta con moño, imaginando algún obsequio sencillo pero, se le congelo el rostro en cuanto vio entrar a quince hombres con bolsas y cajas de regalo.
─Son todo tipo de artículos ─continúo Noah mientras buscaba una nota en un cuaderno pequeño, con el que cargaba siempre─. Ropa para omegas embarazados, brazaletes, collares, anillos y broches. Zapatos, lentes de sol, productos para la piel, utensilios de cocina, recetas de revistas exclusivas con firmas de chefs profesionales. Además de cojines cómodos. Por otra parte, también envió dos pasteles de fresa, un flan napolitano, tres panquecitos de chocolate, un pay de queso con zarzamora, tres trozos de Panna Cotta, tres crème bruùleè, ocho tartas de distintos sabores, dos pay de leche y canela, dos cheesecake japonés, y finalmente cinco bollos típicos suecos, diez bollos de leche, cinco bollos rellenos de queso y cinco bollos dulces ─inhaló aire─. Los postres han sido guardados en la cocina ─asintió─. ¿Quiere probar alguno de los postres? ─el omega, todavía impactado, negó con la cabeza─, hágame saber si es que quiere probar alguno ─Yota asintió─, ¿Quiere que le aplique la crema para uso omega?
─¿Crema para omega? ─no sabía que algo así existía.
─Es un producto para la piel del omega en etapa de embarazo ─comenzó a explicar, Noah buscó el producto en una bolsa mientras los demás empleados ordenaban los demás obsequios por toda la habitación─. Hidrata la piel, definitivamente dejara la piel de la señora más suave ─informó mientras leía la etiqueta─. Leí artículos en internet y muchos dicen que relaja al bebé.─Shinseki hizo una cara rara, ¿Cómo podía una crema relajar a un bebé que aún está en el vientre de su madre?─, ¿O tal vez, quisiera pedirle al presidente que lo aplique cuando llegue del trabajo? ─el embarazado negó medio sonrojado, había sido una clara insinuación.
─Está bien, me gustaría que untaras la crema ─sonrió.
─¿Es su séptima semana de embarazo, no es así? ─el omega asintió, eso había dicho Reiko. El empleado alzó la camisa del chico cuando este se recostó─, ¿Qué ha recetado el nutriólogo? ─y luego de poner un poco de crema en sus manos, comenzó a sobar, con suavidad, el vientre de Yota.

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