CAPITULO XLIV. PUNTO DE NO RETORNO

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La mujer sonrió con satisfacción cuando llegó al enorme portón dorado.
El hombre, por otro lado, no mostró ninguna expresión en su rostro, solo veía como su esposa tocaba el timbre que daría inicio a una nueva y mejorada etapa. Estaban felices porque su vieja vida pueblerina quedaría atrás con esta extraordinaria oportunidad, que por supuesto, no estaban dispuestos a perder.
No eran idiotas, eran astutos.
Incluso cuando vieron la celebración de la boda en televisión no podían creerlo, pues era el rostro de un omega que ya habían olvidado, pero su nombre, su nombre... era una cosa que jamás habían podido olvidar, pues era el nombre del niño que algún día había llevado las mejores de las calificaciones a casa.
Una señorita, vestida con un vestido negro y un mandil blanco, se acercó a conversar con el viejo matrimonio.
<<Mira eso, incluso tienen mucamas>>, asintió la mujer.
─Muy buenas tardes, la residencia Tanaka ─saludó─, ¿En qué puedo ayudarlos?
─¿Se encuentra la señora Tanaka? ─habló la arrogante mujer.
─Lo lamento, pero no me está permitido dar información personal de la señora si no ha arreglado una cita con él.
─No necesitamos una cita ─habló el hombre─. Dile que sus padres están aquí.

+.+

La noticia hizo que sus pies y manos comenzaran a temblar.
De pronto, en su mente, comenzaron a correr los recuerdos perdidos pero inolvidables, era como si se estuviera reproduciendo una película vieja y melancólica. Su padre... Su madre... Incluso el difunto Mori, estaban escenas, que en toda su vida, no había podido superar. ¿Qué era lo que querían esas personas ahora?
─Ese matrimonio amenazó a la mucama y al personal de seguridad que intentó alejarlos ─le informaba Noah─, dijeron que llamarían a los periodistas si se les negaba el acceso a la mansión...
Yota estaba escuchando cada palabra del mayordomo, pero, estaba asustado.

"Es una pena, porque estas embarazado", recordó.

"Omega", pensaba.

"Ve a jugar. Puedes demorar el tiempo que quieras. Estaremos esperándote".

─¿Señora Tanaka?

"Este es tu regalo de cumpleaños".

"Haremos un viaje por navidad".

"Me parece que se deshicieron de ti".

"De verdad que los niños como tu tienen una buena vida, y una buena fortuna".

Le empezó a doler la cabeza, sus ojos estaban cansados, y... y sus piernas ya no tuvieron fuerzas, se doblaron como si fueran de papel. Se cayó mirando un punto en la nada.
─¡Señora Tanaka! ─Noah corrió hacia él, lo cargó en sus brazos y lo llevó al sofá─, ¿Señora? ─cuando lo recostó le tocó la frente con delicadeza.

"Debes convertirte en alguien exitoso y luego lanzales miserias a la cara".

─Ah ─soltó por fin.
─¿Disculpe? ─se preocupó, luego miró a una empleada que pasaba─, ¡Ey, trae un vaso de agua para la señora! ─después de que la mujer asintiera, el trabajador volvió su atención en Yota─, ¿Señora, está bien? ─y entró en pánico─, no puede ser, ¿Qué es lo que haré? Se me ha confiado el bienestar de la señora y ya lo he hecho mal... ¿Debería de informar al presidente?
─¿Desea que le diga al presidente? ─preguntó la misma empleada a la que habían enviado por el vaso de agua y ya regresaba con una bandeja que traía dos vasos y una jarra llena del líquido revitalizante.
─Sí, llama al presidente y dile que la señora...
─No ─<<No hay que preocupar a Kenta>>─. No ─negó de nuevo con calma─. No lo hagas ─se respiración agitada hizo dudar a Noah pero─: Es una orden, no lo hagas.
Le ofrecieron el vaso de agua y el omega bebió el líquido deprisa, luego pidió otro vaso que de inmediato se acabó, y finalmente:
─Vino ─pidió─, quiero vino.
─Señora ─intervino de nuevo el mayordomo─, perdone mi audacia pero en situaciones como estas, el vino suele empeorar la mente humana. El alcohol nunca es bueno para resolver los problemas de la vida, al contrario, suele empeorarlos ─Yota miró al empleado─. Además, ¿No está el joven amo Sora todavía alimentándose de la leche materna? ─el recesivo suspiró.
─Lo siento ─se pasó las manos por la frente sin decir nada y todo quedó en silencio.
─¿Quiere que traiga jugo? Escuché que el jugo de naranja puede beneficiar el sistema inmunológico ─la señora de la casa sonrió con agradecimiento.
─Sí ─asintió─, eso me gustaría muchísimo.
Mientras Noah se dirigía hacia la cocina, Yota comenzó a pensar de nuevo: <<¿Mis padres?, pero... ¿Qué es lo que hacen aquí? No, no, ellos no son mis... Ah, Mori, ¿Qué debería de hacer?>>.

NAVEGANTE DE LAS ESTRELLAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora