Durante la hora del descanso en el trabajo:
─¿Quiere que toque la puerta?
─Sí, ¿Por qué no? ─arrugó la frente, hasta la entrada de la hitación del hotel era detestable.
Los recibió un hombre alto con un poco de barba, ojos negros y rostro serio.
─¿Puedo ayudarlos con algo? ─el señor Shinseki, aparentemente, era cortés.
─El presidente Tanaka desea hablar con usted ─al escuchar el titulo elegante del alfa, el beta quiso cerrar la puerta de golpe, pero antes de que pudiera hacer eso Hatoyama frenó el movimiento─. No es una petición es una orden ─rió─. Por favor, abra la puerta. Aún se lo estoy pidiendo amablemente ─amenazó Tarō.
Luego de vacilar unos segundos, Taiki asintió con un poco de temor que no mostró en su rostro.
─Quédate aquí ─ordenó el presidente de BBS a su empleado, este quería protestar, pero no le pareció muy buena idea, sabía que ese alfa estaba muy enfadado así que se limitó a asentir en silencio.
Kenta entró en la sencilla habitación, la escaneo de lado a lado, y con una expresión de resignación cerró la puerta.
─Presiden...
─¿En esto has estado gastando mi dinero? ─quería sentarse en el sofá pero no lo hizo, el lugar de verdad le provocaba una absoluta repulsión.
─¿Disculpe? ─el beta se quedó de pie justo delante del alfa, pues logró sentir que las intenciones del director no eran buenas.
─Desde que nací siempre he tenido una buena educación ─empezó─. Me he esforzado siempre por destacar desde la escuela inicial hasta la universidad ─dió un paso al frente─. Incluso ahora estoy tratando de conseguir un doctorado en animación ─se encogió de hombros y dió otro paso─. También tengo dinero ─y otro paso─. Pero le aseguro que el dinero no me dió ni una maldita respuesta a la hora de presentar un examen ─hasta que llegó a mirar de cerca el rostro de Taiki─. Señor Shinseki, en todos mis años de vida, el estúpido dinero nunca me ha susurrado al oído como puedo conseguir el éxito de una empresa ─dijo todo eso pacíficamente, como si se tratara de una charla amistosa─, ¡UNOS CUANTOS CEROS NO ME HICIERON CONSEGUIR A LA GRAN FAMILIA QUE TENGO! ─gritó furioso, se complació en cuanto el tipo que odiaba tragó saliva, asustado─. Sí pudiera obtener todo lo que quiero, tan solo por tener dinero, usted no estaría con vida ─suspiró─. Usted y su maldita rata de alcantarilla tomaron mi dinero, y, lo quiero de vuelta ─como el padre de su esposa no respondió, continúo─: No me parece justo que mis empleados se levanten de la cama, todas las mañanas, durante años, para que al final, todo el esfuerzo que pusieron, les sea robado por tipos como usted ─sonrió─. ¿Sabe?, tal vez no se le pasó por la cabeza, pero incluso yo tengo sueldos e impuestos que pagar. Tengo a una familia a la cual sustentar, así que sí, definitivamente estoy molesto. Si esperaba que ignorara el problema solo porque tengo mucho más dinero en el banco, déjeme decirle que se ha equivocado rotundamente ─terminó─. Ahora, sígame ─se dió media vuelta y dió cuatro pasos antes de que se diera cuenta de que nadie lo seguía.
─¿Quiere un poco de whiskey? ─Taiki estaba serio, el temor que había sentido había sido sustituido por simpatía. Sonrió, pues lo único que había visto en ese gran hombre salvaje que gritaba, fue a sí mismo─, sé que esta asustado ─esta vez el que tragó saliva fue Kenta, se giró y observó al viejo hombre con un rostro disgustado─.Y sé también, que solo intenta proteger a su familia.
Luego de que el alfa extremo diera su brazo a torcer, por fin se sentó en una silla de madera, (que por cierto, el hotel era realmente limpio y cálido, pero a ojos de un presidente que siempre había pisado sobre alfombras rojas y brillantes, el lugar lucia exactamente como un basurero).
El silencio fue roto después de que el beta empujara un vaso de whiskey hacia el león.
─Ino tuvo una familia rota ─inició─. Cuando era pequeña fue abandonada por su padre... Las dejaron solas a ella y a su madre. El tipo huyó con un omega. Vivió su vida entre carencias, su madre se esforzaba trabajando y... murió.
─¿Pretende que los compadezca? ─contestó de inmediato, tenía un gesto burlón y no pretendía tocar su bebida.
─No le estoy pidiendo piedad, solo que la comprenda ─se aclaró la garganta─: ¿Usted sabe sobre... el pasado?
─¿Qué?
─Cuando mi hijo fue... ─no terminó la frase, aún le dolía.
─Sí, lo sé ─pero el alfa supo de inmediato a que se refería.
─Bueno, pues... Luego de que nos enteráramos del embarazo de Yota, mi esposa enloqueció ─tosió un par de veces y se corrigió─: O bueno, mejor dicho, el embarazo fue lo que menos le importó ─negó con la cabeza, sonriendo devastado, y sirvió su propio vaso de whiskey─: Ella se quedó loca porque él es un omega ─y le dió un gran tragó, era como si se hubiese quedado sediento luego de decir todas aquellas palabras.
─No tengo interés en mantener una conversación como esta, sus asuntos familiares son suyos y del pasado, yo me enfoco en el aquí y en el ahora, así que, no gaste sus energías en vano ─se cruzó de brazos y piernas─. De todas maneras ya he decidido mandarlos a prisión. Lo que hicieron fue un robo...
─Una noche de diciembre, justo tres días antes del cumpleaños de Yota, me desperté en medio de la noche ─no le importó interrumpir a ese hombre perfecto, si se lo decía a alguien, quizás su carga se volvería más ligera─. Aún sigo creyendo que fue por instinto ─mientras servía un poco más de whiskey en su vaso miró hacia la lejanía, como si estuviera viviendo en aquellos recuerdos─. Ino siempre dormía a mi lado, pero aquella vez... no lo estaba ─el alcohol se derramó─. Busqué dentro de la casa por lo que fueron varios minutos, pero no había rastro de ella ─el licor empapó toda la mesa de madera, así que Kenta no se atrevió a interrumpir─. Y cuando me decidí a verificar dentro del único lugar, en el que estaba seguro que la madre de mi hijo no estaría, sorpresivamente si lo estuvo ─bajó la botella, ya estaba vacía─. Esa hermosa mujer vestía un vestido interior blanco como la nieve, parecía brillar con la luz de la luna filtrándose por la ventana ─sonrió─. Estaba ahí, de pie, a un costado de la cama de Yota, y él... estaba durmiendo profundamente. El cabello largo de Ino me recordó a la época en la que me enamoré de su bella mirada, esos ojos luminosos, grandes y verdes, no era común para una dama japonesa. Mi mente se llenó de la sonrisa que luego se volvía en una agradable risa... Pero, en un instante, Dios me lo arrebató todo, porque aquel ángel... ─tomó el vaso lleno de whiskey hasta el borde y lo llevó directo a su boca, pero antes de beberlo dijo─: estaba sosteniendo un cuchillo en lo alto, dispuesta a acabar con su sufrimiento ─y entonces sí, el alcohol se encargó de lavar su corazón herido─. Ella quería matar a su hijo porque creía que eso le devolvería a Yota ─Tanaka arrugó la frente─. Ella no era capaz de ver que, ese chiquillo, seguía siendo el mismo ─después de que se terminó el licor continúo─: Entre susurros le dije que no era una buena idea, pero ella no quiso ceder, entonces se me ocurrió lo del abandonó ─suspiró.
Pero todas aquellas palabras solo alimentaron la rabia en el león.
─Así que, ¿Abandonarlo a su suerte fue la mejor opción? Eso ni siquiera es diferente a asesinarlo directamente ─<<sin duda alguna habían demasiadas alternativas>>─, ¿Por qué no lo denunció a la policía? Sin duda alguna ellos hubieran metido a esa desagradable mujer en un manicomio. Esa es una de las opciones ─resolvió revolviéndose el pelo─, si hubiera estado en su lugar, jamás en la vida hubiera sacrificado a Yota primero.
─Si hubieras estado en mi lugar... ¿Hubieras estado dispuesto a ingresar a Yota en un hospital psiquiátrico? ─Kenta frunció el ceño─, ¿O habrías permitido que matara a uno de tus hijos? ─en cuanto visualizó el rostro furioso del alfa, rió─, lo siento, es que sentí que no te estabas poniendo verdaderamente en mi lugar ─luego de unos segundos en silencio, asintió─: Ni siquiera paso por mi cabeza sacrificar a Ino primero, así que tuve que elegir ─suspiró de nuevo─. Y gracias a eso pudiste conocerlo.
─No diga estupideces. No haga pasar su momento de decadencia por algo divino ─le reprochó─. Lo que hizo con Yota siempre estará plasmado como todo un abandono.
─¡No lo abandoné! ─gritó─, ¡Hice que llevara consigo sus pertenencias! ─se levantó de la silla tan apresuradamente que el objeto cayó al suelo─, ¡Tenía la esperanza de que alguien lo ayudaría!
─¿Cómo lo sabría? ─susurró, pues sabía toda la historia─, ¡¿Qué hubiera pasado si nadie lo ayudaba?! ¡Estaría muerto! ─ante la última palabra ambos hombres se quebraron, el solo pensar en eso era simple, y profundamente, doloroso.
Taiki no dijo nada más porque sabía que era cierto. No tenía sentido seguir negándolo.
Incluso cuando fue a visitar a su hijo a esa ostentosa mansión, rodeado de personas a su completa disposición, Yota no se veía ni un poco feliz por verlo, y es que, aún recordaba la mirada de temor de ese niño, una mirada que desconocía por completo a su padre, unos ojos que solo desbordaban repulsión. En ese entonces el beta se dijo: "¿Qué estabas esperando?, ¿Un abrazo familiar?"
Incluso había inventado a su esposa que tenía dolores en todo el cuerpo solo porque le daba vergüenza presentarse de nuevo frente a ese chiquillo.
─A pesar de todo, todavía aprecio a Ino ─ya no la amaba pero─: Fue el amor de mi vida durante treinta y dos años, así que, por favor ─se inclinó para suplicar─, no le hagas daño ─<<Así que, no estas pidiendo piedad>>, pensó el director─. Sé que, lo que más le ha afectado no es la cantidad de dinero que perdió, sino el hecho de que Yota estuviera involucrado en todo esto ─el imponente empresario abrió los ojos sorprendido, ¿Cómo es que sabía todo eso?, ¿Por qué tenía que mencionar a su esposa en medio de su súplica?
Sin darse cuenta se esforzó por comprender, la imagen de su omega le pasó por la cabeza, y el rostro de sus hijos encendió una llama de amor en su corazón, aún había espacio para la misericordia.
"¿Hubieras estado dispuesto a ingresar a Yota en un hospital psiquiátrico?", las palabras se repetían en su cabeza.
─¿Gastó el dinero también? ─preguntó para tomar una decisión.
─¿Qué? No... ─el viejo tragó saliva─, Sí, sí, yo lo gasté todo ─mintió.
─Usted es todavía un gusano, señor Shinseki ─sonrió. Taiki sintió de nuevo el temor recorrer su cuello, porque sabía muy bien que el dinero de ese hombre si podía matarlo. Kenta sonrió, tomo el vaso de whiskey y solo le dió un trago antes de volver a ponerlo en su lugar, elegiría el destino de ese beta─. Debe apresurarse ─el viejo se confundió─, construya un capullo y conviértase en una hermosa mariposa ─era una metáfora que tardó en entender, pero, en cuando lo hizo, sintió una alegría en su pecho, su hijo se había casado con un hombre protector, valiente, y muy amable. Pensó que, al menos, no había fallado en algo.
Al encontrarse de nuevo con su secretario, sintió como su enfado había disminuido un poco, aquella charla lo había llevado a sentirse comprendido, ¿Por qué sería?
─¿El hombre no quiso seguirlo?
─No, no lo hizo.
─¿Quiere que lo arrastre hasta aquí? ─preguntó a punto de abrir la puerta.
─No, dejalo en paz ─sonrió.
─Pero, presidente, ¿No reuniríamos, en la noche, al señor Taiki y a la señorita Ino en la estación de policía?
─No, no ─negó lentamente─. Ese hombre es inocente, al parecer no vió, ni de cerca, ni una moneda de mi dinero ─agachó la cabeza y cerró los ojos, estaba concentrado, pensando en una nueva estrategia.
─¿Presidente? ─luego volvió a alzar la cabeza en lo alto y sus parpados dejaron ver un par de ojos verdes brillantes.
─Cambia el plan.
─Entonces... ¿Desea que le diga a Noah que detenga el recorrido con la señorita Ino?
─No, déjalo. Olvídate de eso por ahora ─empezó a caminar fuera del lugar con pasos apresurados─, ¿Y el auto?
─Sigue afuera, presidente, los guardaespaldas están esperándonos.
─Se me ha ocurrido una idea maravillosa, así que escucha con atención.
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NAVEGANTE DE LAS ESTRELLAS
RomanceTanaka Kenta es un alfa extremadamente dominante, ha heredado la empresa de su padre recientemente y lo ha hecho de maravilla. Es un hombre con las virtudes de un ángel y el aspecto de un rey, y nunca se ha enamorado. Durante una visita al hospital...