CAPITULO XXXI. LA MANERA CORRECTA DE SABER QUE ES AMOR

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Hatoyama sonrió y se cruzó de brazos y piernas, estaba siendo un completo seductor frente al omega delante de él, no conscientemente pero, ahora mismo, lo único que importaba era que Akuma se mostrara interesado

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Hatoyama sonrió y se cruzó de brazos y piernas, estaba siendo un completo seductor frente al omega delante de él, no conscientemente pero, ahora mismo, lo único que importaba era que Akuma se mostrara interesado.
─Me gustas ─las palabras habían salido con completa naturalidad. No estaba nervioso, y mucho menos considerando la opción de ser rechazado.
Yumi se quedó pasmado en su silla, miró al atractivo omega dominante por unos cuantos minutos antes de decidirse a contestar.
Así que para eso había sido llamado a la oficina del secretario oficial de la compañía.
─Ah ─ese sonido fue involuntario.
─Sé que es repentino. Mis sentimientos son sinceros ─seguía diciendo el otro─. También sé que en un principio nuestro primer encuentro no fue el mejor, fuí grosero y me disculpo nuevamente por ello, solo pido una segunda oportunidad ─se quedó callado unos segundos para pensar sus palabras─. He cometido errores porque soy realmente nuevo en el tema del romance. Mejor dicho, y para serte sincero, no conozco nada sobre él. Incluso ahora me resulta confuso, lo único que sé es que debo compensarte ─el omega recesivo siguió sin decir nada─. El romance entre dos omegas no es algo que la sociedad llegue, todavía, a aceptar. Pero estoy seguro de que podremos afrontarlo juntos ─sonrió.
─Ah, bueno, este...
─¿Está bien si comenzamos una relación? ─ni siquiera había recibido una respuesta y ya quería oponer sus deseos.
─Bueno, señor Hatoyama no creo que...
─Conoceré a tus padres.
─¿Mis padres? ─el dominante sacó su teléfono celular y abrió la aplicación de la agenda.
─¿Te parece bien ir el viernes de la siguiente semana? Solo tengo libre ese día. La película aún sigue en proceso y ni siquiera estamos cerca de terminarla.
─Ah sí. Eso recuerdo.
─Podrías apresurarte con el trabajo que te corresponde.
─¿Qué?, ¿Para qué?
─Para que no haya problemas cuando vayamos a conocer a tus padres.
─¿Qué? No, ¿Por qué haría algo así?
─Para presentarme como tu pareja.
─¿Eh?, ¿Cómo? No pero...
─¿Qué es lo que le gusta a tus padres? Podría llevar una canasta de fruta, ¿Está bien si la llevo?, aunque, si son más conservadores, podría llevar algo como una botella de vi...
─¡Señor, Hatoyama! ─gritó Akuma lleno de frustración─, ¿Qué es lo que está diciendo? ─Tarō parpadeo confundido─, nosotros a penas y hemos convivido en el trabajo. No puede dar por hecho que yo... lo aceptaré.
─¿Disculpa?
─Es decir, me disculpará pero... A mí usted no me gusta.
─Ah, ya veo. Así que de eso se trata ─al dominante no le afectó el rechazo, solo lo aceptó, era como si Tanaka le hubiera pedido un informe más del trabajo.
─Si, lo lamento ─tragó saliva─. Además, creo firmemente que usted tampoco se siente de esa manera hacía mí. No quiero decirle cómo debe sentirse pero, jamás lo he visto poner atención en mí.
─¿Poner atención?
─Cuando alguien gusta románticamente de otra persona, ese alguien suele poner especial atención a esa persona. A veces es inconsciente ─se sonrojo.
─¿Poner atención es parte de estar enamorado?
─Sí.
─¿Y eso importa?
─Por supuesto que sí ─insistió.
─Pero, casi estoy seguro de que se trataba de am...
─Lo que si pude ver es que se preocupa por mí. Creo que usted se siente culpable y por eso quiere compensarme.
─¿Culpable?, ¿De qué?
─Usted mismo lo dijo, porque quiere enmendar su error de haber gritado de enojo la primera vez que hablamos ─Yumi negó con la cabeza─, ¿Al-alguna vez ha... ha pensado en... besarme?
─¿Un beso?... No.
Lo que había estado sintiendo se trataba de un sentimiento de culpa que fácilmente fue confundido con un sentimiento de aprecio. Donde lo único importante era corregir un comportamiento descortés con uno de protección. Pues, incluso cuando sucedió el supuesto beso entre ese jefe de área y el presidente, solo había sentido molestia por Yota (porque creyó que estaban jugando con él), no celos, ni envidia o tristeza. Lo único que buscaba la mente de ese secretario era ser reconocido como un héroe salvavidas para aquel con quien ofendió en un principio. Pensaba con la cabeza, no con el corazón. Incluso se había vuelto una competencia con Tanaka porque quería ser el salvador. Si aquel día ese omega recesivo no se la hubiera pasado persiguiendo a su empleador por toda la empresa, Hatoyama, jamás, lo hubiera notado.
─¿Está nervioso ahora?, ¿Ha querido saber desesperadamente sobre las cosas que me gustan?, ¿Tiene algún deseo profundo de tener contacto físico conmigo?, ¿Se siente inseguro cuando hablo con otras personas? ─eran muchas preguntas confusas para el dominante─, ¿Cómo se siente ser rechazado por mí?
─No, no, no, yo...
─¿Ese es su amor?
─Estoy confundido.

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