CAPITULO XXXVII. FAMILIA REAL

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Había pasado el tiempo suficiente, y ya habían pasado dos días desde que Yota fue internado en el hospital, y Kenta había pasado esos días sentado a su lado tomando su mano con fuerza

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Había pasado el tiempo suficiente, y ya habían pasado dos días desde que Yota fue internado en el hospital, y Kenta había pasado esos días sentado a su lado tomando su mano con fuerza.
─El médico dijo que estaré bien ─sonreía el omega mientras comía una fresa.
─Están a punto de abrir tu vientre, ¿Y dices que estarás bien?, estoy comenzando a pensar que esto del embarazo nunca fue buena idea.
─Es la única forma de dar a luz a un bebé si es que eres un omega masculino ─mencionó como si no fuera ya lo suficientemente obvio─. Te preocupas demasiado, no olvides que ya dí a luz una vez.
─Eustace ─respondió mientras recordaba la cicatriz, a penas visible, que tenía su prometida en el vientre.
─Por cierto, ¿En dónde está?
─Esta con Ichiro ─eso sorprendió al omega.
─¿Ah?, ¿Ah, si?, eso es... eso no es... Quiero decir... ─suspiró─. Siempre he tenido una inquietud─ tragó saliva y confesó─: Como sabrás, tu padre solía ser un hombre muy despiadado. Estoy preocupado de que no acepte a mi Eustace por no... tener alguna conexión sanguínea... ─y es que era un gran problema no ser hijo legítimo, ¿Verdad?─, ¿Puedo hacerte una pregunta?... ¿Ellos-ellos se llevan bien?
─Creo que no tienes que preocuparte por eso ─negó con una sonrisa de burla y admitió─. Ese viejo hizo que sus subordinados compraran un auto para Eustace.
─¿Compraron qué?
─No fue idea mía ─se defendió─. La antigua empresa de mi padre solo es una parte de la herencia Tanaka, Ichiro aún tiene mucho dinero en su cuenta bancaria, es cierto que estaba en bancarrota, pero todavía tiene sus reservas. Así que esta mañana Hatoyama me envió un mensaje diciendo que llegaría un auto a la mansión porque el abogado de mi padre había recibido órdenes de comprar un auto como regalo para su primer nieto.
─¿Eustace lo sabe?
─No estoy seguro, tal vez Ichiro este diciéndole ahora mismo.
─Ni siquiera es mayor de edad.
─Yo dije lo mismo.
─¿Deberíamos dárselo?
─Por supuesto, es su auto.
─Kenta... ─susurro preocupado.
─Aprenderá nuevas responsabilidades. Estará bien, mi hijo es un chico inteligente.
─Pero...
─Yo le enseñaré ─Kenta tomó la mejilla de Shinseki y la besó con cariño─. Yo tuve mi primer auto a los quince ─le informó sonriente.
─¡Kenta! ─lo regaño.
─También envió productos para el bebé.
─¿Sí?
─Hice que guardaran algunas cosas en la bodega porque ya tenemos algunas cosas. Envió ropa nueva para ti también, y algunos trajes para mí. Ese viejo enfermo quiere ganarse tu cariño.
─Yo aprecio mucho a tu padre ─<<Él lo hace por ti>>, quería decir, pero se quedó callado─. Vayamos a visitarlo después del parto, hay que agradecer ─pidió, y el enorme hombre asintió.
─Como lo desees ─y le besó la mano. En ese preciso momento entró el joven amo Eustace, con un rostro serio pero con ojos brillantes, era claro que algo bueno había pasado─. Eustace, mi flor de primavera ─el muchacho llegó hasta donde su padre solo para recibir un cálido abrazo y un besó suave en la frente.
─Padre, el abuelo me dio un reloj. Él dijo que solía ser de la abuela ─el reloj era de un color dorado brillante, tenía un hermoso patrón de triángulos y curvas a los alrededores y los números romanos eran brillantes. Tanaka sonrió con tristeza, ese reloj había sido el favorito de su madre.
─Solía usarlo todos los días ─recordó de repente─, una vez lo dejé caer por accidente y mi madre me dio dos golpes en las manos ─<<fue muy gracioso, porque esos golpes fueron tan suaves que ni siquiera los sentí>>, pensaba.
─¿Quieres tenerlo, padre? ─el alfa negó con la cabeza.
─No, claro que no, es un regalo, es tuyo, solo asegúrate de cuidarlo bien, ¿De acuerdo?
─Lo cuidaré ─aseguró el chico mirando su muñeca, le gustaba mucho su nuevo regalo.
─¿Sabes lo del auto Eustace? ─pregunto el recesivo con curiosidad.
─¿Un auto? ─el chico se giró en dirección a su madre─, ¿Él que el abuelo envió a casa?
─Así que ya te lo dijo ─suspiró el león.
─Dijo que condujera con precaución ─el beta tomó asiento a un costado de su madre y sonrió al ver su gran estómago─. Intenté devolverlo pero el abuelo es terco.
─Puedes usarlo para ir a tu nueva escuela ─Eustace miró a su padre con temor.
─¿Nueva escuela?
─Eustace, cielo, tu madre y yo lo hablamos hace algunos cuantos días ─tomó la mano de su hijo y confesó─: Pensamos que podrías pasar tu último año de la escuela media en una institución privada.
─Pero padre, a mí me gusta mi escuela actual ─sonrió con incomodidad.
─Te dejaremos terminar este año en la escuela pública ─lo consoló Yota─. Después de pensarlo detenidamente llegué a la conclusión de que me gustaría que continuaras tus estudios en una escuela de calidad. Además, tendrás más oportunidades de ingresar a la universidad de la que egreso tu padre ─sonrió─, Kenta heredó la empresa después de terminar su carrera ahí. Si accedes me harías muy feliz, pero si te niegas entonces no insistiremos, ¿Cierto, cariño?
─Es tu decisión. Incluso, si lo deseas, puedes no tomar el puesto en la empresa después de mi retiro, y elegir tu propio camino ─asintió.
Eustace sonrió, estaba entusiasmado por convertirse en un hombre igual a alfa, el que las cosas llegaran a sus manos de una manera tan sencilla solo le hacía pensar que aprovecharía sus oportunidades al máximo. Estaba conmovido por tener la oportunidad de escoger, y ahora mismo estaba decidido a no vacilar y hacer felices a sus padres, porque él también quería ser un joven amo digno del apellido Tanaka.
─Yo... cambiaré de escuela ─aceptó, pero todavía había temor, porque aún si uno tiene una cosa en sus manos, el gran reto es mantenerlo en ellas.
─Y si hay algún inconveniente, no debes preocuparte, papá se encargara siempre de arreglarlo, ¿Entendido? ─<<Si intentan si quiera tocarle un pelo, les arrancaré la cabeza>>, se dijo el imponente empresario.
─¿Sabes sobre eso? ─preguntó el adolescente y Kenta asintió.
─Tuve que decirlo ─sonrió incómodo el embarazado─. Es decir, estaba en contra al principio, no quería que cambiaras de escuela pero... No estamos solos ahora. Tenemos a un gran hombre protegiéndonos ─sonrió, ahora tenían a un hombre con poder.

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