CAPITULO XXIII. SENTIMIENTOS POSESIVOS

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Preguntaba porque quería saber la verdad detrás de esas palabras. Si una persona te cuida así de bien solo podría significar una cosa, ¿Verdad?
Tanaka no respondió.
─Si yo le dijera que también... deseo cuidar de usted, ¿Qué diría? ─rió un poco y continúo─. Yo, todo el tiempo... quiero que tengamos una cena familiar, quiero visitarlo en el trabajo. Deseo enormemente despertarme sobre su pecho cada mañana, quiero cocinar para usted y que disfrutemos de esos platillos. Anhelo que podamos ir juntos a otro partido de beisbol con Eustace... Yo... creo que mi pecho se siente cálido siempre y cuando usted este a mi lado. Pienso también que la mejor forma de hacer que ese calor se extienda por todo mi cuerpo es cuando nos encontramos en la cama. Por eso... deseo siempre tener un encuentro físico, porque el sentimiento es más... fuerte ─el chico se había sonrojado desde la primera palabra y se sonrojo aún más cuando dijo─: Es una tierna comodidad... Yo... Yo creo que usted me gusta. No... Yo amo al director Tanaka.
¿Conoces la sensación de los sentimientos correspondidos?
A Kenta el corazón le latió deprisa y un ligero rubor apareció en sus mejillas.
De pronto todo lo demás le pareció irreverente, nada importante, incluso el malentendido había quedado en el olvido, lo que importaba es que tenía al omega que le interesaba declarándole su amor.
Era afortunado, pues ese ayudante de cocina se decidió a caminar hacia él con los brazos extendidos, dispuesto a besarlo en los labios. Y, por supuesto que, Tanaka no diría que no.

Narra Kenta

Ha pasado una eternidad desde que sus labios y los míos se encontraron. Como es costumbre son cálidos y suaves, tan dulces. Ahora son míos de nuevo, ¿No es así?
─Es molesto ─su rostro de pánico aparece. Creo que lo ha malinterpretado─, es decir, tu aroma.
─Yo no siento nada ─dice─, ¿Huelo muy mal? ─¿Aún no lo entiendes? es mi aroma el que debería rodearte─, ¿Cómo puedo quitarlo?
─Eso es sencillo ─sonrió ─. Hazlo conmigo y mi aroma será el tuyo.
Después de parpadear un par de veces confundido, me mira con esos ojos bonitos y da un paso al frente. Al parecer lo ha aprobado porque se ha sentado sobre mí.
Lo tomo del cuello para acercarlo de nuevo a mis labios. Esta vez el beso es más duradero. La calidez en el interior de su boca es tan excitante, nuestras lenguas se enredan y siento como mi corazón es tan cálido como el sol.
No quiero apartarme de este joven omega nunca. Yota, estaré a tu lado de ahora en adelante.
─¿Me quito la camisa? ─sin esperar respuesta comienza a desabotonar su prenda con sus manos temblorosas, ¿Cómo es que puede ser tan lindo y sexy al mismo tiempo?─, ¿También el pantalón? ─antes de que pueda quitarse otra cosa más me abalanzo sobre su pecho, sus adorables pezones rosas siempre llaman tanto mi atención, suelen agitarse y ponerse duros cada vez que lo penetro, eso solo los hace mucho más apetecibles. La imagen de él gimiendo debajo mío solo me hace querer apresurar más las cosas, porque se vuelve lascivo y pide más de mí─. Ah, Kenta ─además de que durante el sexo llama por mi nombre.
Mordisqueo sus pezones con suavidad, al mismo tiempo en el que comienza a liberar feromonas y se genera una erección notable.
La ropa inferior de su cuerpo empieza a molestarme, así que decido tirar de sus pequeños pantalones de mezclilla junto con su ropa interior. Le he tomado con la guardia baja porque también ha soltado un gemido de sorpresa en cuanto he empezado a tocar su miembro con mi mano.
─No ambos... Kenta... no ─empiezo a masturbar y se sostiene de mi cuello para no caer─. Kenta ─gime.
Una creciente erección empieza a asomarse entre mi entrepierna, no debería pasar mucho tiempo hasta que empieza a dolerme, es por eso que en cuanto Yota logra eyacular me muevo a su trasero, y ese lugar ya está empapado con sus fluidos. Debería de estar bien porque si lo ha hecho con otro tipo debería de estar flo...
─Esta apretado ─digo en cuanto ingreso el primer dedo.
─Kenta ─sigue diciendo─. Apresúrate ─dejo de pensar demasiado y trato de avanzar dentro de él antes de ingresar dos dedos.
─Yota es muy lindo ─digo. Yota es mío─. Tan adorablemente sexy ─beso su mejilla mientras mi mano sobrante sostiene sus caderas para evitar que caiga al suelo.
El mantiene ambas manos sobre mi cuello, rodeándome y aferrándose. He notado que disfruta de abrazarme, y siendo sincero, a mi también me gusta demasiado, porque su corazón y el mío laten uno a lado del otro.
Me siento como un hombre feliz que acaba de recibir un boleto de lotería premiado con millones de yenes. Y es que hay personas que nunca reciben el amor de aquellos a quienes aman. Es como un milagro que la persona que quieras también te quiera a ti. Debe ser liberador el poder decir cómo te sientes a la persona que amas, Yota ha sido el primero en decirme que es lo que guardaba en su corazón, sin temor a ser rechazado y con una sonrisa de alivio. Ojalá pudiéramos decir lo que sentimos por todos de manera confiable y segura, quizás el mundo sería un lugar mejor si existiera algo como eso.
Cuando por fin ingresé el tercer dedo mi amante se echó un poco así atrás, mirándome con amor. Luego su mirada fue directo hacia mis genitales.
─Está bien ─asintió─. Está bien ─retira mi mano de su abertura y empieza a desabrochar mis pantalones─. Está bien, ¿Puedo hacerlo? ─toca mi pene con delicadeza y levanta las caderas poco a poco.
¿Cómo es que deje que recibieras a alguien más?
─Yota.
─Kenta ─y es que apenas comienza a ponerlo.
─Lo sé ─le reconforto. Ha pasado un tiempo pero la temperatura de su interior sigue siendo la misma, es satisfactoria. Nunca podría olvidar algo relacionado a este joven hermoso. Después de tanto tiempo sin contacto, se siente aún mejor.

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