2-13. Jungkook

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Jungkook estaba demasiado excitado. Tal vez se trataba de la adrenalina de los eventos de la noche, o tal vez era simplemente la sola idea de enterrarse en el estrecho calor del cuerpo de Yoongi. De cualquier manera, su sangre se aceleraba cada vez que Yoongi lo miraba por encima del hombro. Jungkook quería tirarlo sobre la cama y lamer cada centímetro de él, saborear cada parte de su cuerpo, abrazarlo y follarlo mientras que él hacía los mismos ruiditos tan jodidamente sexys que había hecho cuando Jungkook lo había chupado la noche anterior.

Cuando llegaron al dormitorio de Yoongi, no pudo evitar empujarlo contra la puerta, agarrar su rostro para poder saquearle la boca, morderle los labios y la mandíbula. -He pensado en esto por todo el día. Apenas podía concentrarme en el trabajo de esta noche sabiendo que tú estabas aquí, esperándome.

Yoongi gimió, apretando el trasero de Jungkook y arrastrándolo más cerca hasta que sus caderas estaban juntas. La cabeza de Yoongi golpeó contra la puerta y desnudó la garganta en un gesto sumiso inconscientemente que hizo palpitar la polla de Jungkook.

Yoongi confiaba en él y le permitiría hacerle cualquier cosa. Literalmente cualquier cosa. La idea enloquecía a Jungkook, le daban ganas de arrancarle la ropa fuera del camino y follarlo contra la puerta hasta hacerlo lloriquear y suplicar. ¿Cómo luciría Yoongi cuando estaba totalmente indefenso? ¿Qué cosas podría hacerle? Yoongi se apretó contra Jungkook, casi como si pudiera escucharle los pensamientos tan sucios que estaba teniendo.

-Podemos saltarnos los juegos previos si quieres. -Jadeó contra los labios de Jungkook, empujando su mano por la parte delantera de los jeans abiertos y palmeándole la erección-. Puedes hacerme lo que quieras. También he estado pensando en esto todo el día.

Puedes hacerme lo que quieras. Yoongi simplemente no debería decir cosas como esas.

Jungkook se alejó de él, respirando con dificultad y Yoongi se sobresaltó por la repentina retirada de Jungkook. -¿Qué? ¿Qué ocurre? ¿Qué acaba de pasar?

El corazón de Jungkook se aceleró ante la idea de perder el juicio con él, de hacerle... lo que fuera... a Yoongi. Puedes hacerme lo que quieras. Jesús. -Solo... necesito que me ates.

No puedo confiar en mí mismo en estos momentos. -Yoongi dio un paso más para acercarse, pero Jungkook levantó una mano. No podía quitarse de la cabeza la idea de terminar lastimándolo-. Por favor.

Yoongi lo examinó de cerca, su confusión era evidente. Jungkook no se sorprendería si él decidía echarlo y decirle que nunca regresara. Esa era la elección más lógica. Cualquier persona cuerda podría percatarse de lo peligroso que resultaba ser. Se puso de pie, bailando sobre el filo de un cuchillo, mientras que Yoongi consideraba la petición de Jungkook.

Finalmente, Yoongi dijo: -Desvístete y acuéstate en la cama.

Jungkook se sintió mareado por la tensión que de repente abandonó su cuerpo. Yoongi no lo había echado, y tampoco había descartado la preocupación de Jungkook. Él estaría a salvo. A salvo de Jungkook. Solo por si acaso.

Se desnudó y acostó de espaldas sobre el colchón, observando cómo Yoongi se dirigía hasta el armario y buscaba algo en el estante superior mientras que su camiseta se levantaba y revelaba una delgada franja de piel. Buscó alrededor hasta que encontró lo que estaba buscando, se giró y le mostró a Jungkook su hallazgo. De su dedo colgaba un par de esposas oficiales. Dejó la pequeña llave en la mesa lateral a la cama, antes de subirse sobre Jungkook completamente vestido, y sentarse sobre su pecho para envolverle una de las muñecas con las esposas.

-Más apretado. -exigió Jungkook.

Yoongi puso los ojos en blanco, pero hizo lo que le pedía, pasando las esposas por detrás de una de las clavijas de madera de la cabecera antes de envolverle la otra muñeca. - Listo. ¿Feliz ahora, pantalones gruñones?

M.N. (1-7) pt 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora