3-13. Jungkook

128 13 0
                                    

Yoongi soltó un silbido cuando aparcaron frente a la enorme mansión del padre de Jungkook.

—¿Esta es la casa de tu papá... donde vive... todos los días? ¿Dónde deambula en ropa interior y mira televisión?

Jungkook no pudo evitar resoplar ante la evaluación de Yoongi de lo que significaba "hogar" para él. Aunque tenía sentido. A Yoongi le gustaba la desnudez. Y la televisión. Cuando estaban en casa de Jungkook, Yoongi nunca se preocupaba por la ropa a menos que llegara comida e, incluso entonces, solo el tiempo suficiente para colocar el dinero en la mano del repartidor. A Jungkook le preocupaba lo mucho que le gustaba eso de Yoongi.

Jungkook miró a través de la ventana del Volvo a la casa del tamaño de un centro turístico donde había crecido. Se sintió pegado con velcro al lugar. Llevar a Yoongi allí cambiaba todo, lo admitiera o no. Una vez que conociera a la familia, era real. Sabrían que Jungkook se había estado mintiendo a sí mismo y a ellos desde siempre. Sabrían que había alguien que aparentemente se preocupaba por él –acerca de él.

Era extrañamente protector con eso. No quería que sus hermanos lo arruinaran... y lo harían. Porque él había pasado años arruinándoles las cosas, quisiera o no.

—No tenemos que hacer esto —le recordó Yoongi—. Podemos volver a mi casa y puedo usar a mis muchachos. Jay no es CL, pero es bastante bueno para encontrar la información que necesitamos.

Una risa renuente abandonó a Jungkook, pero el sonido se apagó rápidamente.

—No. Simplemente hagamos esto. Iban a conocerte de todos modos eventualmente.

Yoongi siguió a Jungkook desde el vehículo y le cogió la mano.

—Podrías hacer que suene menos como un tratamiento de endodoncia, Pecas.

—Una vez que conozcas a mi familia, lo entenderás.

Yoongi se rió.

—¿Entender qué?

Jungkook abrió una de las puertas dobles que formaban la entrada principal antes de mirar a Yoongi.

—Que las endodoncias son menos dolorosas.

Yoongi parpadeó sorprendido.

Jungkook trató de apresurarse por el lugar hacia su sala de guerra –o, como Jimin se refería a ella, la Baticueva– pero fue como intentar arrastrar a un niño a través de una juguetería, con Yoongi cavando en sus talones para mirar todo a medida que pasaban.

—¿Cómo es que nadie se pierde en este lugar?

Jungkook miró a su alrededor, distraído.

—Solíamos perdernos mucho en este lugar. La casa pertenecía a la familia de Jicheol. La han tenido durante generaciones y es un lugar realmente extraño. Incluso tiene pasajes ocultos.

—¿En serio? —Yoongi preguntó, sonando un poco asombrado—. ¿Como la película Clue?

Jungkook frunció el ceño.

—¿Qué?

Yoongi resopló.

—¿Clue? ¿La película? ¿Tim Curry? —Ante el ceño cada vez más profundo de Jungkook, Yoongi puso los ojos en blanco—. Te juro que fuiste creado en un laboratorio, Pecas.

Jungkook puso los ojos en blanco a cambio.

—¿Creado en laboratorio con qué propósito? No para matar gente. Apesto en eso.

Yoongi lo arrastró a una pequeña alcoba y lo empujó contra la pared, agarrándole la barbilla, obligándolo a encontrarse con la mirada inquebrantable de Yoongi.

M.N. (1-7) pt 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora