3-5. Jungkook

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—... y así es como terminé en una película porno heterosexual.

Ambos estaban sentados desnudos, enredados en las sábanas de Yoongi, con una caja de pizza entre ellos. No habían hablado de nada importante desde que pidieron la cena.

Jungkook lo miró parpadeando, masticando pensativamente su pizza.

—Fascinante. No puedo descifrar cuánto de lo que me estás diciendo es verdad y cuánto es pura mierda.

Yoongi sonrió ante la expresión inexpresiva de Jungkook.

—Dejaré que te lo preguntes —dijo, metiéndose la orilla de la pizza en la boca y masticando desagradablemente antes de tragar el enorme bocado—. Podrías contarme algo sobre ti, entonces no me sentiría obligado a llenar el silencio.

Jungkook resopló.

—Ya te dije que soy un vigilante psicópata que viene de una familia de asesinos.

Después de eso, todo parece un poco trivial, ¿No?

—¿Por qué me lo dijiste? —Preguntó Yoongi—. Creo que algo así de grande sería una especie de secreto de primer nivel. Uno guardado para alguna confesión en tu lecho de muerte. ¿Por qué decírselo a un completo extraño?

Jungkook lo pensó durante un buen rato. ¿Por qué había soltado su enorme secreto familiar, uno que lo había hecho enfurecer en cuanto descubrió que Junseop y Jooheon lo habían revelado con tanta facilidad? Yoongi era imprudente. Tenía una mirada en sus ojos que desmentía una actitud arrogante sobre su propia seguridad y bienestar. Una mirada que hacía que Jungkook quisiera seguir su ejemplo.

—Es como dijiste en la cabaña, ¿Con qué frecuencia conoces a alguien a quien no tienes que mentirle?

La sonrisa de Yoongi se desvaneció mientras estudiaba a Jungkook.

—Mientes mucho, ¿Eh? Encontré un montón de fotos tuyas en internet. De ti en fiestas de coctel y cenas de entregas de premios. Posando con los miembros del consejo de la ciudad. Todo con grandes sonrisas y hombros relajados, nada como cuando estás conmigo.

Jungkook tomó otro bocado, contemplando las declaraciones de Yoongi, y preguntándose si se suponía que debía explicarse finalmente decidió que lo haría de cualquier manera.

—Yo... mi padre dice que soy un imitador. Que simplemente copio el comportamiento de los demás sin siquiera intentarlo. Doy lo que recibo. Es superficial, performativo. Mi hermano Junseop puede hacerlo también, pero es demasiado imprudente. Le gusta jugar con la gente, causar problemas. Es un caos. Mi padre me usa como la cara pública porque soy esencialmente un espejo que refleja a las personas en sí mismas, sin nada más detrás de mis ojos.

—Eso es una mierda. No lo de ser un espejo, sino la parte de no tener nada más. Eso no es cierto —Los latidos del corazón de Jungkook se dispararon cuando Yoongi cerró la caja de pizza y la arrojó al suelo. Empujó a Jungkook hacia las almohadas y lo siguió.

Inmediatamente, Jungkook abrió las piernas, dejando que Yoongi se acomodara entre ellas. Realmente esperaba que no quisiera tener sexo de nuevo. No creía poder volver a hacerlo después de tanta pizza.

—No quiero tener sexo de nuevo —espetó Jungkook.

—¿Nunca más?

Jungkook deseaba poder decirle que sí.

—Solo... no ahora mismo. Pizza...

Yoongi negó con la cabeza.

—Realmente no tienes concepto de intimidad. Es fascinante. Yo soy mucho de tocar y sentir. Me gusta besar y abrazar y acurrucarnos, incluso las aventuras sexuales calientes a veces terminan como fiestas de pijamas.

M.N. (1-7) pt 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora