4-18. Jungkook

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Jungkook se había despertado con Junhoe en la mente y un dolor de cabeza que le partía el cráneo. Habían estado separados demasiado tiempo.

¿También lo sentía él? Tal vez fuera toda la charla sobre Junhoe entre Jungkook y Yoongi de la noche anterior. Tal vez la distracción de Yoongi ya no era el amortiguador que había sido. Su presencia casi constante hacía que la ausencia de Junhoe se sintiera aún más grande.

Jungkook enterró su cara contra el cuello de Yoongi, sonriendo cuando su cabeza se inclinó para darle un mejor acceso.

—Es hora de levantarse, Lois.

—Estoy totalmente despierto —refunfuñó, con la voz empapada de sueño.

—Eso es lo que dijiste cuando te arrastré del suelo del baño a las cinco de la mañana...

—Un caballero no sacaría eso a colación —roncó Yoongi.

—Un caballero no sacaría a colación que pesas mucho más cuando mi polla no está enterrada dentro de ti.

Yoongi aplastó su cara más profundamente en la almohada.

—Eso es científicamente inexacto.

—Lo que tú digas, Lois, pero menos mal que no me salto los días que ejercito las piernas.

—Shh —dijo Yoongi, levantando un dedo—. Estoy despierto. Lo digo en serio.

—Y eso es lo que dijiste cuando te desperté a las seis y media para beber agua. Y de nuevo, a las siete, cuando te hice tomar ibuprofeno.

Yoongi se apartó de él para hacer uno de esos grandes estiramientos para reventar las articulaciones que hacía cada vez que se despertaba, y luego volvió a rodar en los brazos de Jungkook, de cara a él.

—Quizá estaría más descansado si dejaras de despertarme.

Jungkook mordió la punta de la nariz de Yoongi.

—Tal vez no tendría que despertarte tantas veces si no te hubieras bebido una licorería entera —replicó Jungkook.

Yoongi enterró la cara contra el pecho desnudo de Jungkook, moviendo la rodilla entre sus muslos, con la clara intención de volver a dormir.

—Esto es agradable —murmuró con un suspiro de satisfacción.

—Uh-uh. No hay tiempo para eso, dormilón. Tenemos que ir a casa de mi padre.

Yoongi se inclinó hacia atrás, abriendo los ojos dolorosamente inyectados en sangre. Tenía babas secas en la cara, su cabello era un desastre, y olía a vómito y vodka rancio, pero si le hubieran dado la oportunidad, Jungkook lo habría atraído de nuevo a sus brazos y lo habría dejado dormir la resaca.

—¿Ha llamado alguien?

—Sí, Taehyung y Jooheon trabajaron en la victimología, y quieren que nos reunamos en la casa de papá para que podamos ayudar a reducirla.

—¿Cómo se supone que voy a dejar la casa así? —Yoongi preguntó lastimosamente.

—Anímate, pequeño campista. Por fin podríamos estar cerca de resolver este asunto, y eso significa que por fin podremos ponernos con la matanza. Esa es la parte divertida.

Yoongi lo miró fijamente durante tanto tiempo que Jungkook pensó, por un momento, que lo había roto de alguna manera. Entonces, finalmente, dijo:—¿Me pediste que me follara a tu hermano anoche?

Jungkook parpadeó, estupefacto.

—Bueno, eso fue un tremendo non sequitur, Lois. No, en absoluto te pedí que te follaras a mi hermano. Lo cual, por cierto, es una frase que nunca esperé pronunciar en voz alta.

M.N. (1-7) pt 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora