Yoongi no podría haber pedido una distracción mejor que esta. Jungkook, desnudo y dispuesto en su cama, luciendo tan jodidamente vulnerable que hacía que Yoongi quisiera consolarlo y violarlo al mismo tiempo. Dios, la forma en que le chupaba los dedos, la manera en que hacía todo lo que Yoongi le pedía. Eso hacía que fuera tan fácil olvidar cómo le habían arrancado el corazón del pecho hacia solo un par de horas.
No quería pensar en eso. En cambio, se centró en Jungkook.
Inclinó la cabeza y le lamió un pezón antes de succionarlo dentro de su boca, tirando ligeramente con los dientes. Su polla palpitaba por la forma en que Jungkook respiraba con dificultad. Le dio a su otro pezón la misma atención, dejando que sus dedos rozaran su vientre sintiendo la manera en que los músculos se hundían a su paso. Se detuvo justo por encima de la base de su erección, pero no hizo ningún movimiento para ir más lejos. Todavía no.
Mientras jugaba con él alternando entre besar sus labios flexibles y juguetear con sus pezones, Jungkook comenzó a retorcerse, su frustración en obviedad. Yoongi se limitó a frotar círculos relajados con el pulgar sobre la parte inferior de su vientre, sin querer moverse más rápido. Estaba planeando devorar a Jungkook y no iba a apresurarse.
Rodó sobre él colocándose entre sus rodillas para besar su pecho, sus dedos le acariciaron las costillas, dejando que su boca siguiera un camino. Para cuando sus labios rozaron la parte inferior de su abdomen, Jungkook ya estaba temblando. Aun así, Yoongi ignoró la erección sonrosada que sobresalía de un nido de rizos rojos y en su lugar comenzó a husmear a lo largo del lugar donde la pierna y el torso de Jungkook se unían, lamiéndole y chupándole las pelotas.
Jungkook hizo un ruido de decepción cuando Yoongi se puso de pie, caminando hacia la mesa auxiliar, agarrando una botella lubricante y sosteniendo el condón para mostrárselo a Jungkook, quien lo miró por un largo momento antes de negar con la cabeza. Yoongi sabía que era una estupidez simplemente tomarle la palabra, pero la verdad es que no deseaba que hubiese nada entre ellos, y Jungkook tenía la edad suficiente para tomar sus propias decisiones... era incluso mayor que Yoongi. Ninguno de los dos tenía mucho respeto por sus vidas ni por las vidas de los demás. Esta sería probablemente la cosa menos imprudente que ambos harían en toda la semana.
Dejó caer el lubricante sobre la cama, se quitó los pantalones y la ropa interior y luego se sentó entre las piernas abiertas de Jungkook. Yoongi le pasó ambas manos por el torso antes de arrastrar ligeramente las yemas de los dedos a lo largo de la parte interna de sus muslos. Era como si todo el cuerpo de Jungkook se ruborizara bajo la atención de Yoongi. Una ligera capa de sudor le cubría la piel.
—Dobla tus rodillas. Los talones en el colchón —Las fosas nasales de Yoongi se ensancharon cuando Jungkook obedeció sin dudarlo—. Abre tus piernas para mí. Más amplias. Así está bien. Eres realmente bueno. Quiero saborearte.
El aliento de Jungkook se aceleró mientras alzaba la cabeza.
—¿Qué?
Yoongi arrastró su mirada hacia arriba para encontrarse con la de él.
—Quiero mi lengua dentro de ti.
—Mierda —asintió Jungkook, sonando deshecho mientras dejaba caer la cabeza sobre la almohada.
A una parte profunda y primitiva de Yoongi le gustaba ser quien desencadenaba estas reacciones en Jungkook. ¿Era egoísta querer ser el único que hacía que Jungkook sintiera... algo? Probablemente, pero no le importaba. No le importaba nada más que escucharlo desmoronarse. Él necesitaba dejarse llevar y Yoongi necesitaba ser quien lo llevara a ese punto.
Se acostó entre las piernas de Jungkook, pasando sus pulgares a lo largo de la carne interna de sus muslos antes de intentar abrirlo. Los músculos se tensaron instintivamente.