3.5-8. Yoongi

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Parecía extraño que, en todo el tiempo que él y Jungkook habían estado bailando alrededor del otro, Yoongi nunca había estado en el apartamento de Jungkook. Ni si quiera como amigos. Jungkook lo había descrito como deprimente, pero lucía fabulosamente normal para Yoongi. Había una pequeña cocina, una Kooknuta mesa acomodada cerca con dos sillas, y había una sala de estar de un tamaño decente con un sofá que lucía cómodo y un gran televisor.

El apartamento de Yoongi era la mitad de su tamaño, y tenía que cocinar todo en un microondas o usando un hornillo portable. Y el encargado tenía control del termostato, así que Yoongi pasaba la mayoría de las noches de otoño e invierno cubierto bajo una docena de sabanas.

El apartamento de Jungkook era pulcro con todo en su lugar, exceptuando por los zapatos que Jungkook se quitó al lado de la puerta. Yoongi hizo lo mismo, las mariposas tomando vuelo en su vientre mientras Jungkook le sonreía, jalándolo hacia la puerta cerrada de la izquierda.

Realmente iba a tener sexo con Jungkook. Más sexo, se corrigió, provocándole piel de gallina mientras recordaba el calor de la boca de Jungkook en él. Cuando la puerta se cerró detrás de ellos, Yoongi bajo las manos hacia el dobladillo de su camisa.

Las manos de Jungkook agarraron suavemente sus muñecas, justo como Yoongi había hecho con él anteriormente.

—¿Qué haces?

Yoongi frunció el ceño.

—Desnudándome. ¿No es así como funciona esto?

Yoongi supuso que podían quedarse vestidos. No sería la primera vez que un chico solo quería acceso a la única parte que era valiosa de su atención.

Había creído que Jungkook era diferente. Había llamado a Yoongi su novio. En público. ¿Quizás todo eso había sido una fachada?

Jungkook se sentó en el borde de la cama y jaló a Yoongi más cerca, descansando su barbilla sobre el diafragma de Yoongi, mirando hacia arriba para preguntarle:—¿Tienes alguna otra cita después de mí?

Yoongi se puso nervioso.

—¿Qué? No.

Jungkook le sonrió.

—Solo te estoy molestando.

—Oh —dijo Yoongi, con la voz apagada.

Yoongi de repente estaba hiperconsciente de cada átomo en su propio cuerpo, pero se sentía como si hubiera perdido el control sobre él. Estaba nervioso, y un pánico que no había estado momentos antes se estaba asentando ahora. Estaba arruinando esto. Estaba arruinando todo.

—¿Estás bien? —preguntó Jungkook, gentilmente.

Yoongi sacudió su cabeza.

—No. No lo estoy. No tengo idea de lo que estamos haciendo aquí, qué estoy yo haciendo aquí.

Jungkook frunció el ceño.

—¿Pensé que ambos teníamos claro lo que queríamos en el carro? Pero si no quieres esto, no tenemos que hacerlo.

El corazón de Yoongi estaba martilleando sobre sus costillas. Todo lo estaba abrumando.

—Se lo que estamos haciendo, simplemente no sé cómo lo vamos a hacer.

—¿Cómo? —preguntó Jungkook.

Yoongi se ruborizó hasta la raíz de su cabello, y cerró sus ojos antes de decir miserablemente:—No sé cómo me quieres. Es decir, no quieres que me quite la ropa así que, no sé, ¿Quieres una follada rápida y sucia? ¿Se supone que haga... algo? No sé qué hacer.

M.N. (1-7) pt 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora