5-9. Jungkook

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Jungkook se quedó mirando la gigantesca monstruosidad que había en el centro de la estructura en forma de granero en la que se encontraban. Jonghyun no estaba bromeando. Había construido un dispositivo de tortura medieval en medio del bosque de Washington.

Era impresionante, de verdad. Era jodidamente bueno con las manos. A lo vieja escuela, matando su comida, utilizando los restos, el más probable a sobrevivir a un apocalipsis por sus manos.

Jungkook miró alrededor del edificio. La madera era vieja y estaba desgastada, pero el suelo era de hormigón y estaba inclinado hacia un desagüe en el centro. A lo largo de las paredes había cajas metálicas con pegatinas de peligro biológico y una gran manguera que serpenteaba hasta una bomba en la esquina. La limpieza debía ser muy fácil.

—¿Qué es este lugar? —preguntó Yoongi, mirando a su alrededor con asombro.

—Reutilicé este granero abandonado que encontré en mi terreno. Vertí el hormigón yo mismo.

—Calabozo al estilo "hazlo tú mismo" —murmuró Jungkook—. ¿No caza la gente en estos bosques?

Jonghyun se encogió de hombros.

—Cazadores furtivos. Pero para eso está la valla de cadenas y esas cajas metálicas de aspecto aterrador. Cualquier cazador que entre en mis tierras pensará que se ha topado con una antigua instalación militar cuando vea los carteles de la valla advirtiéndoles de posibles materiales biopeligrosos. Si son lo suficientemente estúpidos como para ignorar las señales, un vistazo al interior les mostrará esas viejas cajas de residuos radiactivos.

—¿Qué hay realmente en las cajas? —preguntó Yoongi, acercándose cautelosamente.

—Echa un vistazo —desafió Jonghyun.

Yoongi frunció el ceño, pero se acercó sigilosamente. El chasquido de la cerradura se escuchó con fuerza en el silencio, lo que le hizo dar un salto. Cuando la abrió, echó un vistazo al interior, y luego sacó un par de alicates ensangrentados.

—¿Herramientas?

—O juguetes, dependiendo de cómo lo mires —dijo Jonghyun, dando una vez más ese encogimiento de hombros perezoso que parecía acompañar a la mayoría de sus declaraciones.

Jungkook pensó una vez más en la reacción de su padre ante la salida oficial de Jonghyun de la familia. Bebiendo de día, los arrebatos... Jimin y Taehyung parecían convencidos de que Jonghyun y Jicheol querían o habían tenido alguna vez algún tipo de relación entre ellos. Aparte de que eso era jodidamente extraño, también era alucinante. Jonghyun era la antítesis de Jicheol.

Jonghyun era un desastre. Nunca se afeitaba, nunca se cortaba el pelo, vivía a un paso de una choza con suelo de tierra. Jungkook no tenía ni idea de lo que hacía con el dinero que le pagaba Jicheol, pero desde luego no se lo gastaba en ropa, ni en la casa, ni en ese Jeep antiguo y destartalado que conducía.

Jicheol iba siempre impecablemente vestido, sin un pelo fuera de su sitio, tranquilo, frío y sereno en todo momento. El suelo de su casa estaba lo suficientemente limpio como para comer en él, y disfrutaba de las cosas buenas de la vida. ¿Qué carajo podían tener en común? Aparte de literalmente follarse el uno al otro, que no era nada en lo que Jungkook quisiera pasar demasiado tiempo pensando.

Aun así, Jonghyun parecía estar manejando la situación a su manera a duras penas. Más sarcástico, más brutal, menos interesado en las personas que fueron su familia durante veintidós años. Todos menos Jicheol. Inmediatamente había preguntado por Jicheol, que al parecer lo visitaba mucho más a menudo de lo que nadie imaginaba.

¿Qué carajo?

Un grito ahogado del hombre en el suelo atrajo la atención de todos. Se revolvió en el cemento y se puso a gritar frenéticamente a través de la mordaza. Jungkook había pensado que lanzarían a Lester directamente sobre el nuevo juguete de Jonghyun inmediatamente, pero Jonghyun había querido que el hombre estuviera despierto para una demostración previa. Dijo que eso aumentaría su miedo.

M.N. (1-7) pt 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora