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El ilu nado tranquilamente por el mar hasta llevar al chico a su hogar, la mano de Ao'nung se encontraba en el agua formando un largo camino del latente brillo que chocaba con su mano, era una luz azulada provocada por la bioluminiscencia de esta. A la vez usaba sus pies haciendo juego con el toque y provocar la bioluminiscencia del mar. Ao'nung había notado algo impresionante para el era nuevo esta habilidad extraña. No solo eran pequeñas ondas que formaba la corriente del agua, pequeños peces dorados lo seguían formando todo un camino de luz y misticismo.

-Increíble. —Expresó Ao'nung con extrañeza pero maravillado al ver esto.

El cielo empezaba a cubrirse de la oscuridad de la noche lo que hacía del mar aún más majestuoso con su brillante luminosidad, desvió una mano de la montura del ilu directo al agua y está correspondió a su tacto cercano levantándose poco a poco hasta formar una miniatura de una ola que tan solo el toque del Metkayina. Ao'nung al levantar su mano el agua se levantó también formando una pila de agua cristalina que había caído segundos después. El chico solo soltó una risa, no le parecía extraño para nada aunque sí inexplicable.

-¿Pero que?. Esto es genial, oh Eywa, ¿pero qué clase de magia es esta?. —Ao'nung sonrió asombrado sintiendo su euforia elevarse provocando que los puntos de su piel brillarán con intensidad de pies a cabeza. —Espero que mi hermana y Rotxo vean esto.

Levantó un poco más su brazo quedando asombrado al ver que la ola pasó arriba de él dejando caer unas gotas sobre su cabeza y rostros, los pequeños peces recorrían a través de esta cúpula líquida que cubría mitad de lo que Ao'nung levantaba de su mano, era como si esta levitara al tener su mano alzada. La amigable criatura había llegado a la orilla de la isla, había llegado a la choza por lo que Ao'nung tuvo que bajar del largo cuello del ilu, había dejado de jugar con el océano cuando llegó, solo procedió a despedirse de la criatura dando unas cuantas caricias en su diminuta cabeza y esta correspondió con silbidos y chasquidos amistosos para después alejarse del camino dirigiéndose a su camino original.

Ao'nung miró que los pequeños peces dorados bioluminiscentes lo habían seguido, esto le había sacado una sonrisa, al menos tendría nuevos pequeños amigos que le harían compañía esta noche, se acercó un poco a la orilla metiendo sus pies al agua y estos pequeños seres giraban alrededor de él al igual que las olas giraban en círculos leves alrededor de él, le Metkayina se sentía asombrado por esta presencia de Eywa tan maravillado, soltó unas risas por el cosquilleo que le provocaba los peces mientras movía sus dedos entre la arena húmeda.

Päwat se encontraba en el marco de entrada de la choza, observado al muchacho con cautela quedó asombrada al ver esta especie de manifestación sobre el chico. Una sonrisa se formó en su rostro por la habilidad de Ao'nung sobre el agua, su mente se puso a trabajar para formular nuevas ideas y a qué sacarle provecho.

-Ma ite. [Hija mía]. Este definitivamente será tú esposo, espero no me decepciones. El mejor candidato que pude encontrar para ti. —Murmuró Päwat con una sonrisa formaba de oreja a oreja. —Trae orgullo a nuestro clan.

La mujer se separó del marco dirigiéndose a su habitación dentro de la choza que había sido asignada, esa sonrisa que ponía los nervios no se quitaba de su boca, Päwat al ser la Tsahìk pudo sentir esa energía "especial" en el chico, espero el momento en que Ao'nung entrara a la choza y se quedara dormido. Pasaron aproximadamente 30 minutos de absoluto silencio escuchando una plática entre Ao'nung y sus padres, nada interesante para Päwat por lo que paso por alto y sin mucha importancia, solo esperando a que el chico se encontrara en un estado vulnerable: dormido.

Ao'nung se fue a la otra parte de la choza donde era su habitación, que quedaba a la vista al mar, el chico solo se recostó sobre la hamaca balanceando con su pie afuera de esta, no pasó ni 5 minutos cuando entró en un profundo sueño, esta había sido la oportunidad en la que Päwat entró a su habitación sigilosamente acercándose al chico, pudiendo sentir de nuevo esa potente energía que cargaba, necesitaba averiguar el origen de esa energía. La Tsahìk sacó de su collar una cuchilla pequeña y buscó un lugar en donde colocarla, con mucho cuidado tomó el brazo de Ao'nung y posicionó el filo de la cuchilla cortándolo hasta abrir una herida nada profunda lo que provocó que sacara un quejido de dolor.

✨𝓜𝓪 𝓝𝓮𝓽𝓮𝔂𝓪𝓶✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora