🌊070🌿

2.5K 327 139
                                    

¿Lo... los tulkun?. —Pregunto Neteyam todavía siendo sacudido por Rotxo, el cual no le permitía hablar por la agites.

¡Sí, han vuelto, han vuelto!. —Exclamó Rotxo con ventura. —¡Los tulkun han vuelto!.

Tras largas sacudidas de la emoción, Rotxo lo soltó al notar que Neteyam se aturdió por lo agitado que había sido con el. El Omatikaya recuperó el aliento después de tal sacudida por parte de Rotxo, miró como los aldeanos felices y entusiasmados de la llegada de sus hermanos espirituales se lanzaban al agua para llegar con distintas acrobacias, ya sea solo clavados y alguna que otra acrobacia por la emoción emergida en ver a los tulkun.

Neteyam embozó una sonrisa por la energía venturera y emocionante de esta magnífica llegada, Rotxo no podría esperar en ir a ver a su hermano espiritual.

¡Tengo que ir, espérame Reö!. —Mencionó el nombre de su hermano espiritual. —¿Vienes Neteyam?. —Preguntó Rotxo a Neteyam.

Emm, no gracias Rotxo. —Neteyam agradeció, tenia en su mente ir con Ao'nung.

Ya veo, Ao'nung. Él debe estar cerca. —Dijo Rotxo.

El Omatikaya solo río con nerviosismo por como Rotxo ya veía con naturalidad su relación con Ao'nung.

Iré por Kiri y Tuk, nos vemos luego, Neteyam. —Rotxo se despidió de su amigo Omatikaya.

Adiós, diviértete. —Neteyam igualmente se despidió.

Deseándose suerte el uno al otro, Rotxo retomo camino bajo el agua para ir en busca de Kiri y Tuktirey, feliz y emocionado se mostraba por los gritos de euforia que emitía con gran entusiasmo de que los tulkun aúllan regresado de su largo ciclo de migración.

Las enormes criaturas, de enorme tamaño, cuatro aletas, dos pares de aletas traseras y un canto que armoniza el ambiente, atravesaron la frontera que divida la aldea con el mar abierto, todos reunidos en un gran grupo para que ninguno se separe. Estaban felices de regresar a casa y reunirse con sus hermanos na'vi, a los lejos Neteyam observaba como los tulkun sobresalían de las aguas, saltos y giros eran su lenguaje para comunicarse de que estaban encantados de volver, todos los aldeanos dejando a un lado sus tareas lo único que querían era llegar con sus hermanos tulkun para recibirlos con una cálida bienvenida.

El Omatikaya reconoció la voz del Metkayina, dando aviso la llegada de los tulkun a la aldea.

¡Kxetse sì tulkun yey!. [¡Los tulkun han regresado!]. —Anunció Ao'nung a voz alta a los aldeanos restantes en los marui. —¡Tìfyawìntxu, tsun nga law sivi tsmukan ä tsmuke yey!. [¡Escúchenme, nuestros hermanos y hermanas regresaron!].

Ao'nung miró a Neteyam, desde hace días que no ha podido estar cerca de él y esta sería la oportunidad deseada para permanecer juntos durante todo el día, además de que le había prometido de que conocería a Fkar'ut, su hermano espiritual. Sumergiéndose bajo el agua dio camino para llegar hasta el sitio donde se encontraba Neteyam, asustándolo un poco por su llegada inesperada pero feliz de volverlo a ver después de días.

Ma'teyam. —Ao'nung sonrió al ver a Neteyam. —Ven. —Dirigió su mano hacia el Omatikaya.

Ma'nung. —Neteyam sonrió con ternura al ver a su pareja. —¿Donde estuviste? Estaba preocupado por ti en estos días.

—Ocupado, pero eso no es importante. —Contestó Ao'nung, no mostrándole importancia a ese asunto cuando había uno mucho mejor. —Acompáñame, te prometí que conocerías a mi hermano espiritual.

✨𝓜𝓪 𝓝𝓮𝓽𝓮𝔂𝓪𝓶✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora