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Gracias a su increíble habilidad sobre el agua, Ao'nung llegó sano y salvo a La Ensenada de los Ancestros, sin la necesidad de montar a Ngusawrä. El lugar sagrado donde el se sentía en paz y seguridad, estaba seguro que Eywa lo mantendría protegido y lo escucharía ante sus desesperadas plegarias.

Lentamente se sumergió en el agua para llegar hacia el Árbol de los Espíritus. Al estar en el centro del árbol submarino, este mismo inmueble adquirido un brillo más notorio cuando el Metkayina se acercaba a él. Las zarcillos adquirirán su tono violeta rosáceo con profundidad por el cercano nado de Ao'nung y el tronco adquiría su luz verdosa con intensidad y un poco parpadeante al estar justo en el centro del inmenso árbol submarino. Ao'nung se adentró sobre las fuertes ramas y los suaves zarcillos violetas para buscar el lugar perfecto y cómodo para la vinculación con el árbol.

Los pequeños peces guardianes, de tonalidades en rojo, naranja, amarillo y azul, acompañaban al chico en forma de círculo, algunos lo contemplaban con curiosidad por la energía única que este cargaba sobre su aura.

[Náwma sá'nok]. [Gran madre]. —Vociferó Ao'nung bajo el agua, provocando que solo salieran burbujas en su boca.

Tomó su cola neuronal y la acercó hasta la raíz de la hoja del zarcillo e iniciar la vinculación con el Árbol de los Espíritus. Ya iniciado la conexión al árbol, lentamente cerró sus ojos y su conciencia bajó mediante la energía presente de Eywa.

Fue un recorrido largo mediante en Eywa pero al menos Ao'nung tenía la paz requerida que necesitaba para calmarse ante la noticia que lo mantenía loco y desesperado. Eywa lo adentro a a un lugar similar a su hogar, solo que mas exageradamente relajado y tranquilo, el cielo era rosáceo combinado con naranja, simulando un atardecer. El mar estaba calmado, no había rastro de una imperfección en el agua o una ola correr, la brisa fresca y de un olor floral que era tan dulce que provocaba la ensoñación en su nariz.

Una sonrisa se formó en Ao'nung, aún estando vinculado con el árbol, era como si su cuerpo sintiera la emoción de estar en ese lugar que imaginaba y lo estaba viviendo a través de la imagen de Eywa.

Cerca del Árbol de los Espíritus, los bramidos de Fkar'ut y 'Akra rodeando el gigantesco árbol en busca de Ao'nung. Neteyam, sujetado en las aletas de Fkar'ut para buscarlo más rápido. El lugar le traía tanto buenos como malos recuerdos, específicamente el día en que tuvo aquella fuerte convulsión. Solo se enfocaba en buscar a su pareja. El alarido de 'Akra llamó la atención de Neteyam, la tulkun había encontrado a Ao'nung, Neteyam sintió alivio en forma de burbujas al salir de su boca.

Nado lo más rápido que pudo hasta llegar al centro del árbol, había olvidado lo hermanos que era los zarcillos color violeta del Árbol de los Espíritus, con su mano y tocaba las finas hebras de las hojas del árbol, lo suave que era ante el tacto de sus dedos provocaba cosquillas. Al llegar al lado de Ao'nung, mirándolo con vehemencia, concentrado en las facciones relajadas del Metkayina. Sentía curiosidad por ver lo que mantenía a Ao'nung concentrado al vincularse con el árbol.

Lamentablemente no podía vincularse con el Árbol de los Espíritus nuevamente, tenía la advertencia de no hacerlo por riesgo al atentar contra su vida, solo era cuestión de esperar a que Ao'nung reaccionara.

Al parecer Ao'nung sintió la presencia de Neteyam al lado suyo, abriendo lentamente sus ojos para encontrase con el Omatikaya mirándolo fijamente. Antes que Neteyam pudiera utilizar el lenguaje de señas para comunicarse con el, Ao'nung lo tomó de la mano y ambos nadaron hasta la superficie, por unos segundos Neteyam pensó que Ao'nung estaba molesto por haberlo interrumpido su conexión con Eywa por medio del Árbol de los Espíritus, pero la sorpresa fue otra.

✨𝓜𝓪 𝓝𝓮𝓽𝓮𝔂𝓪𝓶✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora