🌊037🌿

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La hora azul de la mañana apenas llegaba en el cielo, se notaba la naciente luz del sol que salía desde el horizonte, sus alrededores se encontraban empapados por las gotas de lluvia del día anterior, haciendo relucir el húmedo ambiente en el pueblo Awa'atlu.

En la orilla del muelle, Neteyam fue en busca de una montura para colocarlo sobre el cuello del Ilu, también llevaba una pequeña bolsa colgada sobre su pecho, al igual que su arco y su carcaj de flechas. Llamó mediante chasquidos a la criatura quien ya se encontraba cerca del muelle, con la montura en su mano la colocó sobre su largo cuello como recompensa por permanecer quieta acarició su diminuta cabeza, por último fue a recoger unas cosas que le hacían falta y otras en caso de emergencia, antes de irse escuchó unos pequeños pasos acercándose, se trataba de la pequeña Tuktirey.

-Tuk, hola, ¿qué estás haciendo aquí?. —Preguntó sonriente, dirigiéndose a su pequeña hermana.

-¿Saldrás Teyam?. —Alzó sus brazos en señal que la cargará, a lo que Neteyam.

-Si, debo de ir con Ao'nung a los arrecifes, de seguro ya debe estar esperándome. —Neteyam solo sonreía al hablar.

-¿Puedo ir contigo?. —Los ojos de Tuktirey se agrandaron, esperando una respuesta positiva por parte de su hermano, estaba entusiasmada por estar con su hermano en sus aventuras. —¿Si?. Soy buena nadando, puedo ayudar.

-Oh Tuk. —A pesar de no resistir a la ternura que emanaba su hermana, no podía llevarla. —Tuk, Tuk, lo lamento pero no puedo llevarte, allá no hay niños, solo estaremos los mayores, incluso puede ser peligroso.

-Oh. —Se entristeció, bajando su mirada al suelo.

-No te preocupes hermana, te prometo que terminando mi rutina, te llevaré a donde tú quieras. ¿Si?. —Dijo Neteyam sonriendo, dando ánimos a su pequeña hermana para que no cayera en decepción.

Tuktirey levantó ambas orejas, sonriendo de alegría por la propuesta de su hermano, aceptándolo.

-¿Me lo prometes?. —Sonrió.

-Si, por ahora debo irme, no debo llegar tarde. —Bajó a Tuktirey de sus brazos, apuntó de retomar su camino, Tuktirey le indicó que esperará, a lo que Neteyam solo aceptó. Fue en dirección a la choza y en menos de diez segundos regresó con dos frutas. —¿Que llevas ahí Tuk?.

-Toma Teyam. —Alzó las frutas para dárselas cada en sus manos. —Pensé que tendrían hambre, una es para ti, y una es para tu amigo Ao'nung.

-Oh Tuk, gracias. Te debo una. —Se despidió de su hermana dando una fuerte abrazo a lo que ella correspondió. —Debo irme.

-Suerte Teyam. —Se había retirado del muelle, Neteyam llamó nuevamente a la criatura, tomando las frutas en una mano e emprendió su camino.

Debía cruzar hasta las orillas del arrecife justo en los manantiales, era el punto de encuentro donde debía estar, el camino fue tranquilo hasta llegar a su destino, había llegado a los inmensos manantiales encontrados a mitad de los arrecifes, aparte de los pescadores que se avistaban relanzado sus actividades se podía observar a un pequeño grupo, estaba claro que podía reconocer a unos, no dudó en averiguarlo para asegurar que se trataba del grupo que debía de dirigir a Ao'nung. Al acercarse todos voltearon a verlo, otros con extrañeza y los demás con cierto remordieron, se trataban de: T'mal, Erkes y O'lku, los chicos que lo molestaron a él y a su hermana Kiri ese día, al parecer no se veían para nada contentos en verlo de nuevo.

-¿Que hace aquí el chico del bosque?. —Preguntó con molestia Erkes al ver a Neteyam.

-¿Que?, ¿nos darás otro golpe?. —Había seguido O'lku su serie de preguntas discriminatorias al Omatikaya. —¿O acaso eres una niñita?.

✨𝓜𝓪 𝓝𝓮𝓽𝓮𝔂𝓪𝓶✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora