XVII

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Semanas después

La temperatura había aumentado bastante, dando lugar a la primavera, y Rose había estado buscando algunos modelos te tops para tejer. Debía buscar la forma de seguir vendiendo sus prendas.

Kyle necesitaba cosas, como pañales, productos para bebés y ropa, el pequeño crecía muy rápido y en unas pocas semanas cumpliría su primer año.

Y aunque Adrián se encargaba de llevar los víveres y alimentos, él no le compraba nada para el bebé, siempre llevaba cosas para la niña.

Las necesidades de Kyle debían ser cubiertas por Rose.

—¡Muy bien, mi amor! —aplaudió sonriendo, haciendo reír al bebé mientras daba sus primeros pasos y se dirigía hacia ella, desde el sillón hacia donde estaba Rose sentada en el suelo.

Lo atrapó entre sus brazos y lo llenó de besos, haciéndolo sonreír y que se abrazara a su cuello.

—Como te amo, mi pequeño príncipe —le dijo con cariño, abrazándolo a ella—. Mi bebito perfecto.

Adrián entró a la casa y observó la escena, rodando los ojos. Estaba harto del hipócrita ese que fingía ser un bebé para recibir la atención y amor de ella.

Sí, estaba en el cuerpo de un infante, pero su "hijo" tenía un desarollo mental de un adolescente, mínimo.

—Ey, ten más cuidado, ese niño está aplastando tu vientre —le dijo serio.

Kyle lo observó con molestia, frunciendo el ceño.

—Claro que no está aplastando mi panza —pronunció confundida Rose.

Adrián se acercó hasta ellos, parándose detrás de Rose, mirando fijo a los ojos a Kyle.

—Tú le haces daño a mi hija, y la pagarás muy caro, maldito bastardo inútil.

—¡¿Pero qué demonios te pasa?! —exclamó Rose poniéndose de pie, dándose vuelta para mirarlo—. No le vuelvas a hablar a mi hijo de ese modo ¡¿Oíste?!

—¿Cuándo mierda te vas a dar cuenta que no es ningún bebé inocente? —le preguntó con rabia, mirándola—. Él sólo está fingiendo.

—Eres un maldito enfermo, Adrián —masculló pasando por su lado, para salir de la sala y dejarlo solo.

Kyle se abrazó a su madre y miró hacia atrás a su progenitor, con una sonrisa traviesa.

"¿Qué pasa, "papi"? ¿Te molesta que ella sólo me ame a mí? Tú no eres más que una escoria para ella."

Observó al niño y apretó los puños. Encima tenía el descaro de burlarse.

***

—Mamá.

Rose observó a Kyle que estaba sentado en su silla de comer, sonriendo.

—¿Qué quieres, amor?

—Ese —le dijo señalando su vasito con agua.

La rubia le pasó el vaso y el niño lo tomó con ambas manos, bebiendo, mientras ella continuaba almorzando.

Kyle ya podía pronunciar varias palabras, pero aún no era muy bueno armando frases, aunque entendía todo lo que su madre le decía, y sabía cómo hacerse entender por ella.

Y sí, Adrián tenía razón, su mentalidad no era la de un infante, pero lamentablemente sus capacidades estaban limitadas por su desarollo humano, tenía que adaptarse a las limitaciones que su cuerpo le ponía.

Una de esas limitaciones, además del habla, era la motricidad. Rose solía dejarlo comer con las manos, ya que sólo tenía un año, para él intentaba siempre utilizar los cubiertos, aunque tuviese que agarrar la comida con la mano y luego ponerla en el cubierto para poder comerla.

Y estaban ambos comiendo tranquilos, mientras su mamá le contaba que le festejaría su primer año de vida, cuando su padre llegó a la cocina.

Kyle inmediatamente frunció el ceño.

—Pensé que ya no vendrías, siéntate —le dijo Rose poniéndose de pie.

—Deja, yo me sirvo la comida —pronunció pasando por su lado, para ir hasta la alacena y tomar un plato.

La rubia volvió a sentarse y tomó una servilleta, limpiándole las mejillas al bebé.

—Pronto deberemos irnos.

—¿A dónde? ¿Cuándo?

—Quizás un mes máximo, y nos iremos a otro estado, mucho más alejado de todo que este. Encontré un campo que sería muy bueno para nosotros en este momento.

—Un mes es muy pronto.

—¿Muy pronto? ¿A qué te refieres con eso? —le inquirió confundido, sentándose frente a ella.

—Necesito comprarle cosas a Kyle, y en un mes no venderé mucho para poder solventar los gastos. Y tú quieres irte a un lugar más alejado ¿Cómo haré para ganar dinero?

—Sus necesidades de "bebé" son irrelevantes en comparación a la supervivencia de todos. Qué deje los pañales, la fórmula, y comience a actuar como el ser que se supone que es.

Rose lo observó, apretando los puños.

—Kyle es un bebé ¿Cuándo demonios vas a entenderlo? Recién va a cumplir año, tú hablas como si él ¡Fuese un maldito adulto! Y mira, Adrián, si no estás conforme con nosotros, entonces vete. Vete, busca otra mujer a quien arruinarle la vida y ten hijos con ella, y haz lo te plazca con ellos. Ya deja de meterte en el bienestar de mi hijo.

...

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