Nueva Especie

LVI

¿Y ahora? ¿Dónde diablos estaba? Con fastidio, salió de la habitación, que claramente no era la suya, y observó que estaba en una casa que tampoco conocía... Una vez más.

Observó la sala, muy espaciosa y lujosa, de seguro estaba en la casa de algún humano con mucho dinero. Sintió un suave aroma provenir de otra habitación, y se dirigió hacia ella, que era la cocina.

Una joven castaña estaba preparando lo que parecía ser el desayuno, y al momento de verlo, sonrió suavemente, acercándose a él para darle un beso en los labios.

—Buenos días, mi amor, te despertaste temprano hoy.

Él la miró a los ojos, serio.

—¿Te ocurre algo?

—No, sólo me duele un poco la cabeza.

—Oh, mi vida —pronunció afligida, apoyando una de sus manos en su mejilla—. ¿Otra vez volvieron?

—Sí.

—Todo va a estar bien, confía en mí —le dijo abrazándolo—. Recuerda que estoy contigo.

Áaron se quedó en el mismo lugar, sin corresponder a su abrazo, y la castaña se separó lentamente de él, para darle un nuevo beso corto en los labios.

—Siéntate, amor.

El muchacho se sentó en una de silla, y ella rápidamente comenzó a servirle todo lo que había preparado.

—Mañana tengo control con la ginecóloga, no me he estado sintiendo muy bien estos últimos días —le contó mientras le servía café—. Tal vez, esta vez tengamos suerte, amor —sonrió ilusionada.

Él la miró y luego asintió levemente con la cabeza, probando el café.

—Estoy seguro que sí, y... Muy bueno el café.

—¡Qué bien que te haya gustado! —exclamó emocionada.

Se sentó junto a él y se sirvió un poco de jugo de naranja.

—Yo... Siento que estoy un poco confundido, es como si hubiese olvidado cosas importantes —le dijo sin mirarla—. Tal vez sea por los dolores de cabeza.

—Amor si esto persiste tendremos que ir sí o sí al médico —pronunció preocupada—. Yo sé que no te gusta, pero tengo miedo que sea algo malo.

Áaron la tomó de una de sus manos, y la miró a los ojos. Tenía unos hermosos ojos azules.

—He olvidado incluso tu nombre, es como... Si fuese la primera vez que estoy aquí.

La mirada de ella expresó claramente como aquello le había afectado.

—¿C-Cómo?

—No recuerdo quien eres.

—Áaron ¿Me estás hablando en serio? Nos conocemos hace cinco años, llevamos casados...

Observó como ella seguía moviendo la boca, hablando, pero no podía oírla. Sus oídos comenzaron a zumbar, y no supo en qué momento perdió la consciencia. Y al momento de abrir los ojos, una vez más estaba en su habitación, era de noche y todo estaba en penumbras.

Era la segunda noche que soñaba con ella, con la misma situación cotidiana, y no sabía que carajos significado aquello.

Y no era algo que quisiera hablar con Jaden tampoco.

***

—¿Y hasta cuándo se supone que lo tendrán aquí? —le preguntó Derek, observando a Jonathan.

El jovencito estaba atado en una habitación especial que habían construido para él, siendo continuamente electrocutado, para mantenerlo aturdido y que no pudiese liberarse.

Sin contar con los fierros clavados en sus piernas, brazos y torso para que no pudiese moverse y sanar.

Sí, era una situación horrible por la que estaba pasando, pero representaba un peligro para su familia.

—Hasta que encontremos la forma de asesinarlo. Servir ya no nos sirve, ahora que sabemos lo que planea el tal "Jaden". Están usando al segundo para confundir a los humanos y tenerlos de esclavos, al hacerles creer que es su salvador. Lo que no sé, es sí él consigue algo por hacer eso.

—¿A qué te refieres con eso?

—Me parece estúpido, hasta humillante, lo que está haciendo. No entiendo que tan fuerte puede ser Jaden para no enfrentarse a él.

—Tal vez sea más evolucionado que nuestro padre y tú, por algo él lo creó.

—Puede ser, pero si ese fuera el caso ¿Por qué no viene a buscarnos? ¿Por qué no unirnos y revelarnos?

—Porque aunque no nos guste, llevamos internamente la orden de destruir a los humanos. Es algo con lo que todos nacemos gracias a Adrián —murmuró el niño mirando hacia abajo—. Y tal vez al ser uno de los últimos, mis... Deseos no son tan fuertes, yo realmente jamás quise dañar a los humanos.

—Yo tampoco, pero es obvio que son inferiores a nosotros, Derek —le dijo con obviedad—. Y no por eso se merecen la muerte.

—¿Y si intentas contactarte con él? ¿Hablar? Tal vez puedas saber porque está actuando de este modo.

—No, es imposible, ya lo he intentado desde hace rato. Hay algo que bloquea completamente su existencia, no es que no puedo sentir su mente, yo no puedo sentirlo a él.

—Tal vez Jaden haya encontrado la forma de ocultarlo.

—Si es así, es un peligro —pronunció serio—. Porque él podría estar acercándose a nosotros, y Adrián o yo no podríamos sentirlo.

...