Nueva Especie

XIII

Kyle comenzó a llorar en ese momento y Rose rápidamente salió de la sala, escabulléndose de sus brazos para irse a la habitación con el niño.

Los ojos del castaño brillaron, con rabia. Ese maldito mocoso de mierda había interferido... Comenzaba a dudar de la necesidad de su existencia.

La nueva bebé sería perfecta, no había necesidad alguna de tenerlo con vida. Y varones ya tenía otros hijos vivos, Kyle no era especial ni necesario de ningún modo para él.

Rose.

Cierto, Rose lo amaba, y si le pasaba algo a su hijo, no tendría motivos para vivir. No podía hacerle daño al niño sólo por eso.

***

¿Por qué quería tanto a esa criatura? ¿Qué era lo que le generaba tanto "amor"? ¿Era porque quizás Kyle se veía tierno ante sus ojos? Muchas de las madres que habían engendrado a sus hijos, no mostraban ese amor que Rose sentía por Kyle.

Los observó con el ceño fruncido, viendo como la rubia hacía jugar al bebé mientras lo bañaba, haciéndolo reír, y el pequeño la salpicaba con sus manitos y juguetes.

¿Por qué demonios su hijo podía sentir amor y él no? ¿Acaso... Kyle era más evolucionado qué él? ¿Era el amor realmente un rasgo evolutivo en las especies?

Y ver esa relación que había entre ellos, sin necesidad de que el niño controlara su mente, le causaba cólera. Deseaba aquello que no podía sentir, que no podía poseer.

No quería ser amado, quería amar, y sabía que para eso debía tener una persona especial, y esa persona era Rose.

¿Pero por qué Rose? Fácil, ella había sido la primera mujer por la cual había sentido atracción sexual, por lo que para él era más que justificativo el escogerla.

Vio que sacaba al pequeño del agua, envolviéndolo en una toalla, y cuando ella se giró para salir del baño, se asustó de verlo parado en la puerta.

—¿Q-Qué necesitas?

Kyle lo observó con el ceño fruncido, abrazándose a su madre.

—Nada —sonrió—. Sólo estaba aburrido.

—Ah, de acuerdo —murmuró caminando hacia él, esperando a que le diera lugar para poder salir.

—Rose ¿Por qué no eres así de cariñosa con la niña?

—¿Qué?

—¿Por qué siento que quieres más a Kyle que a la bebé? ¿No se supone que las madres no deben tener preferencias?

—N-No sé de qué hablas —pronunció en un tono incómodo.

—¿No quieres a tu hija, Rose?

—Déjame pasar, Kyle está mojado y necesito cambiarlo.

—Responde a mí pregunta, y me haré a un lado.

—El amor no nace de la nada, se crea, y yo a ella aún no la conozco, no la siento, es muy pequeña... Yo creo que hasta que la niña no sea más grande, no voy a despertar ese sentimiento por ella —pronunció sin mirarlo.

—El amor se crea —repitió pensativo, haciéndose a un lado para que ella pasara con el niño.

La rubia salió del baño, y cuando estaba entrando en la habitación, él la siguió por detrás.

—¿Y cómo es que se crea el amor? ¿Qué lo crea?

—Actitudes, situaciones, momentos, acciones, eso crea el amor —le dijo sin mirarlo, secando al bebé para poder cambiarlo.

Kyle lo miró con el ceño fruncido, y comenzó a quejarse fastidioso, dando pequeños gritos. Rose lo envolvió en una manta, ya que sólo había podido ponerle el pañal, y lo acostó sobre su pecho.

—¿Podrías salir? Creo que él tiene hambre.

—¿Por qué?

—Porque quiero alimentarlo, después del baño él siempre toma una siesta, sal de la habitación.

—Sabes Rose, hay muchas formas de manipular una mente sin necesidad de tomar controlar sobre ella. Y tu "hijito" amado, es un experto en eso.

La rubia lo observó con el ceño fruncido, y cuando salió de la habitación, cerró la puerta. Volvió a la cama con el bebé, y se acostó en ella, acostándolo a su lado sobre su brazo.

—Te altera, mi amor —le dijo afligida, levantando su camiseta para darle el pecho.

Kyle se abrazó a ella y la observó atento. En ese momento, no quería pensar, sólo ser lo que su pequeño y frágil cuerpo representaba, un bebé con su mamá.

—Te amo, mi pequeño perfecto —sonrió suavemente, acariciándole el cabello, las mejillas, haciéndolo cerrar los ojos—. Mamá te ama eternamente, Kyle.

...