NUEVA VIDA

14.6K 1.5K 135
                                    

—¿Q-Qué significa esto? —preguntó con lágrimas en los ojos—. ¿Por qué juegan así conmigo?

—¿A qué te refieres? —le inquirió confundido.

—¿Cómo que a qué me refiero? ¡A esta vil burla!

—Rose, realmente no te entiendo.

—¡A qué tú no eres real! ¡Ese maldito hijo de puta te creó nuevamente para martirizarme! —exclamó derramando varias lágrimas.

Adrián la observó confundido y entró a la casa cuando ella se hizo hacia atrás, llorando. La tomó del rostro, y suavemente secó sus lágrimas.

—Ey, no sé porqué estás diciendo todas esas cosas, pero soy yo, Rose. Me fui por un tiempo, pero aquí estoy nuevamente, regresé.

—¿Ah sí? ¿Qué es lo último que recuerdas? ¿Donde se supone que estabas?

—Discutimos luego de que fuera a llevar a los niños al colegio y dejara a Elías en la sala llorando. Tú te enojaste conmigo y me fui.

La rubia tragó el nudo de su garganta, intentando calmarse.

—¿Y en dónde estuviste todo este tiempo?

—Recorriendo el mundo, viviendo por ahí.

—¿Tienes idea de cuánto tiempo pasó?

—No realmente.

—¿Cuánto, Adrián?

—No lo sé, meses, un año —pronunció indiferente.

—Pasaron diez años, Adrián, no pasaron meses o un año, fueron diez.

—¿De qué estás hablando? —rio.

Rose buscó su celular y le enseñó una foto que le había tomado a sus hijos recientemente. Cuando él la miró, la sonrisa se borró de su rostro, luciendo realmente aturdido.

—¿Q-Qué? Pero... No, no puede ser.

—Pasaron diez años, los niños crecieron, ya no son pequeños. Murieron millones de humanos, ahora vivimos en colonias gobernadas por tus hijos.

Adrián se quedó mirando la foto, sin poder creerlo. Pero entonces ¿Qué había ocurrido con él? ¿Dónde había estado esos diez años? ¿Y sus recuerdos?

Miró a Rose, sintiéndose tan confundido.

—¿Por qué tú sigues viéndote joven?

—Fue gracias a tu sangre —pronunció en un tono bajo—. Mi cuerpo cambió también. Adrián ¿Cuál es el último lugar que recuerdas haber estado?

—No lo sé —murmuró luego de pensarlo por varios minutos y no recordarlo.

¿Cómo era posible que no lo recordara? ¿Qué había pasado realmente en ese tiempo? Cerró los ojos sintiendo una horrible jaqueca al intentar pensar que había pasado, y se tomó de una pared, sintiéndose mareado.

—¿Estás bien?

—Sí, sólo me dió un fuerte dolor de cabeza, pero estoy bien.

Ella lo observó y nuevamente comenzó a sollozar.

—¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras ahora?

—Quisiera tanto que tú no te hubieses ido, yo no quería hacerte sentir de ese modo, dije las cosas sin pensarlo, estaba muy herida por tus actitudes. Tú sí me importas, siempre lo has hecho. Y... Saber que desapareciste luego de nuestra discusión, es una culpa que llevo cargando hace diez años —sollozó.

—No sé de qué estás hablando Rose, pero te perdono —Le dijo tomándola del rostro.

—Tantas veces te pedí perdón, aún sabiendo que tú jamás volverías a escucharme. Y aunque no seas real, ni seas él, siento que debo hacerlo igual.

—Rose, no sé porqué sigues insistiendo que no soy yo.

—Porque tú no tienes recuerdo de nada. Adrián él me lo dijo —sollozó con angustia—. Tú fuiste con él para desaparecer, porque sentías que ya no tenías motivos para vivir.

—Okay, en el hipotético caso de que eso sea real, ya pasó, ya no importa. Ahora estoy aquí contigo, y quiero quedarme contigo.

—Tú sólo eres una pieza más en su juego de manipulación, no eres Adrián.

Rodó los ojos, ya comenzando a sentirse molesto.

—¿Qué tengo que hacer para demostrarte que sí lo soy?

—Sí fueras real, nuestros hijos estarían aquí ahora mismo, porque te habrían sentido. Especialmente Ariadna. ¿Tú puedes sentirlos?

La miró y luego negó lentamente con la cabeza.

—No —murmuró.

No podía sentir a sus hijos, pero sabía quiénes eran ellos y lo que había hecho en el pasado. No podía sentir ni siquiera a Rose, que estaba frente suyo, ni sus pensamientos.

Entonces... ¿Era verdad? ¿No era él? ¿Otra vez habían experimentado con su existencia? ¿Qué demonios era ahora?

—Adrián.

—Tú tienes razón —pronunció bajo, dándole la espalda—. No sé que soy, no sé porqué estoy aquí, pero no debería estarlo ¿Verdad? Morí hace más de diez años, no tengo recuerdo de nada, ni habilidades ya. No sé porqué volvió a crearme, pero no seré parte de su juego una vez más.

Se dirigió a la puerta para irse y Rose se apresuró a tomarlo de uno de sus brazos.

—E-Espera por favor, no te vayas aún.

—Rose, no soy Adrián, ni siquiera sé lo que soy actualmente, es por eso que debo irme. No sé con que fines me ha traído nuevamente a la vida, pero... Ya te hice mucho daño antes, y no voy a volver a hacerlo ahora. Por algún motivo, él dejó mis sentimientos por ti.

...

Nueva Especie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora