Nueva Especie

XXXV

"—Estamos cerca. Creo que puedo sentirlo."

"—Es diferente, y hay alguien más, como si fuesen dos personas como nosotros."

"—S-Su... Presencia es muy fuerte."

Se sentó rápidamente en la cama al escuchar aquella voz en su cabeza, y abrió los ojos, mirando el exterior de su hogar. ¿Quienes eran y por qué se dirigían a su casa?

Se bajó de la cama, y al momento de poner uno de sus pies en el piso, su cuerpo se paralizó en ese instante, al sentir por una pequeña fracción de segundos a la presencia de Adrián.

No podía ser cierto ¡¿Qué demonios quería él allí nuevamente?!

Observó a su mamá dormir, y luego a su hermanita que estaba abrazada a ella, y salió de la habitación. Se dirigió hasta la cocina y buscó un cuchillo, escondiendolo en la cinturilla del pantalón.

Salió de la casa y fue hasta el patio delantero, dónde había una antigua antena. Se sentó detrás de ella, cerró sus ojos y apoyó una de sus manos en ella, respirando profundo varias veces.

—¿Qué haces nuevamente aquí, Adrián? ¿Qué estás buscando?

"—Vaya, no creí que pudieras contactarte conmigo estando tan lejos. Y más aún que fueras tan insolente de meterte en mi cabeza sin permiso. Sigues siendo la misma basura de siempre, Kyle."

—No lo volveré a repetir ¿Qué estás buscando nuevamente en mi hogar?

"—Sabes, creo que los últimos tres que he intentado no salieron bien tampoco. Pero a tu madre le tengo cierto cariño —pronunció con diversión—. No sería mala idea visitarla y recordar viejos tiempos."

—Tú no vas a dañarla —masculló apretando los dientes, antes de clavar sus uñas en el metal y hacerlo rechinar—. Jamás volverás a dañarnos.

La comunicación con Adrián se terminó en ese momento, y sintió más cercana las demás presencias. Eran tres, muy tenues, por lo que estaba seguro que eran niños también.

¿Serían acaso los tres hijos a los que él se refería? ¿Por qué estaba guiando a tres de sus hijos a su hogar? ¿Qué pretendía realmente Adrián con aquello?

Volvió a cerrar los ojos y se centró en esas tres criaturas, hasta lograr entrar en la mente de ellos.

—¿Quiénes son ustedes y qué quieren aquí?

***

Derek abrió los ojos, aturdido al escuchar aquella voz en su cabeza y observó a sus hermanos, que estaban del mismo modo. Incluso Elías que sólo era un bebé, se había quedado quieto, estático.

—¿Tú eres Kyle?

"—¿Quién te ha dicho mi nombre? ¿Cómo sabes donde vivo? ¿Es qué acaso él los ha enviado? ¡Habla!"

El niño cerró los ojos por un momento, con dolor, escuchando como su hermanito bebé comenzaba a llorar, seguido de Tobias también.

—M-Mi nombre es Derek, s-somos tus hermanos, estamos huyendo de Adrián, nuestro padre.

"—¿Huyendo? Pero si él viene detrás de ustedes, imbéciles. Lo están trayendo a mi casa, a mí familia."

—¿Q-Qué? No, no p-puede ser posible, yo no lo he sentido.

"—Que patético eres, ahora le doy la razón cuando dijo que habían sido unos fracasos."

Derek apretó los dientes, con rabia.

—Lo único que estamos buscando, es salvar nuestras vidas. Ese hijo de puta asesinó a nuestra madre cuando nos ayudó a huir. Y creí que tú, al ser nuestro hermano mayor y haberlo conocido, nos entenderías, nos ayudarías... Pero me doy cuenta que me equivoqué, eres igual a él —pronunció decepcionado.

"—En mi casa no hay lugar para nadie más, apenas y podemos sustir nosotros. Busquen otra alternativa, y llévense a Adrián de aquí también. No son bienvenidos."

Los ojos del niño se cubrieron de lágrimas, de rabia, impotencia.

Llevaban días viajando sin descanso para poder encontrarlo, creyendo que finalmente encontrarían un lugar seguro donde quedarse, y al final, su padre tenía razón, Kyle no era bueno.

"—¡Hermano! ¡¿Cómo puedes ser tan malo?! ¡Eso no se hace!"

"—Ariadna, sal de aquí —gruñó."

"—¡Hola! No sé si pueden oírme, pero mi mami dice que si pueden quedarse con nosotros —pronunció la pequeña rubia sonriendo—. Yo quiero conocerlos, pueden venir. Sigan el camino de tierra, derecho, nuestra casa está al final."

"—¡Ariadna!"

La comunicación se terminó en ese momento y Derek observó a sus hermanos.

—¿Era una niña? ¿Tenemos una hermana? —preguntó sorprendido Tobias.

—¿Ustedes quieren ir de todos modos?

—No tenemos opción, Derek —pronunció en un tono bajo, afligido—. Podríamos quedarnos sólo unos días, para poder descansar bien y luego irnos, buscando un nuevo lugar. A Elías le duele mucho el cuerpo de dormir en su butaca.

El castaño asintió con la cabeza y luego tocó con su mano el hombro de Mariela.

—Continúa por el camino de tierra, hasta la casa que está al final del mismo. Luego de eso, serás liberada y olvidarás por completo el lugar donde nos encontramos, y que lo viviste hasta ahora.

...

No es que sea malo, sólo quiere proteger su familia 😢❤️