XXII

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¿Cómo hacía Kyle para comunicarse con ella? ¿O para saber lo que su progenitora realmente pensaba y sentía? Ella era muy pequeña para hacerlo sola, o intentarlo.

No sabía como hacerlo.

Con el único que podía comunicarse de esa forma, era con su papá. Y su padre en ese momento se encontraba arreglando una de las habitaciones de la casa.

Habían salido temprano en la mañana en su camioneta, para ir a comprar a la ciudad algunos tablones de maderas y herramientas. La casa donde estaban viviendo actualmente era muy vieja, y tenía varios agujeros por el techo y grietas en la paredes.

Al no tener electricidad, Adrián había tenido que comprar herramientas que pudiese utilizar de forma manual.

Okay, hablaría con su papá, sólo tenía que sentirlo, y luego transmitirle sus pensamientos.

Sentirlo y transmitirle, sentirlo y transmitirle. Era sencillo.

Cerró sus ojos, e intentó concentrarse en la presencia de su progenitor, que estaba a unos metros de ella, en la habitación de al lado cortando la madera.

Pero luego de estar intentándolo por varios minutos y no conseguirlo, terminó por frustrarse y comenzar a llorar, tomando por sorpresa a Adrián.

Jamás había llorado desde su nacimiento, era la primera vez que lo hacía, por lo que el castaño fue rápidamente a la habitación y la tomó en brazos.

—Hija ¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras? ¿Ensuciaste tu pañal? —le preguntó antes de revisarlo y mirarla—. No, estás limpia. ¿Por qué lloras entonces? ¿Tienes hambre? ¿Te duele algo?

Lo observó, hipando, antes de comenzar a llorar de nuevo.

Demonios, no era sencillo eso de comunicarse con él. ¿Cómo diablos lo hacía Kyle?

—Tranquila, no llores —le dijo con calma, secando suavemente las lágrimas de sus mejillas—. Habla conmigo ¿Qué pasa?

—Ma —sollozó Ariadna.

Adrián la miró confundido, antes de fruncir el ceño.

—¿Qué?

—Ma, ma —repitió llorando, siendo abrazada por su padre a su pecho.

El castaño negó la idea de que se tratara de aquello realmente. Después de todo, Ariadna no sentía nada por Rose. Los bebés humanos a veces lloraban de ese modo.

"Papá, quiero... Quiero ver a mi mamá."

Okay, eso... Realmente no esperaba escuchar por parte de su hija.

—Ari ¿Por qué querrías verla, hija? No pienses en esa humana, no vale la pena, pequeña.

"Necesito ver a mi mamá, ¿Puedes llevarme? Por favor."

—No, nosotros-

El llanto de la niña se hizo más fuerte, angustiante, molestando a Adrián.

—Ariadna, ya deja de llorar ¿De acuerdo? Mi deber como tu progenitor es velar por tí, buscar lo mejor para ti, y estar cerca de esa humana, no lo es. Ella no te quiere, tiene a su hijo, que es al único que ama.

—Ma —lloró la niña, poniéndose roja, apretando sus puñitos.

El castaño rodó los ojos y se sentó en la cama, realmente molesto.

—Deja de llorar, o me harás enojar, Ariadna.

***

—Dos días después—

—¿Está rico, amor? —sonrió levemente, dándole un puré de calabaza y patatas a Kyle.

—Mm —le dijo el niño, tomando con su cuchara un poco, acercándolo a ella.

—No, mi amorcito, mami no tiene hambre, come tú —sonrió.

—No, mm —insistió frunciendo el ceño.

Rose se inclinó hacia él y comió lo que el bebé le estaba ofreciendo, para luego sonreír.

—Sí, está muy rico tu puré, Kyle, ahora continúa comiendo ¿Sí?

Se puso de pie y fue por una taza, para prepararse un poco de té... Ella ya no estaba vendiendo sus prendas, no lograba conseguir compradores, y la comida se estaba terminando.

Lo poco que le quedaba en las alacenas, lo estaba fraccionando para las comidas de Kyle. No sabía cuando volvería a conseguir dinero, y al bebé no le podían faltar sus alimentos.

Regresó a la mesa con su taza con té, y sonrió al ver cómo se había manchado las mejillas con puré.

—Eres tan lindo, príncipe mío —le dijo con ternura, limpiando sus mejillas con cuidado.

Kyle abrió los ojos sorprendido y luego miró hacia la puerta de la cocina.

—Ma, ma —pronunció inquieto, señalando la puerta.

—¿Qué ocurre, hijo? ¿Quieres ir a comer a la sala?

Negó con la cabeza, inquieto, queriéndose bajar.

—Aún no terminas tu almuerzo, Kyle, debes comerlo todo si quieres ir a jugar.

—Ma —se quejó moviéndose en su asiento, por lo que Rose terminó por bajarlo, para no seguir frustrándolo.

—De acuerdo ¿Qué quieres?

Levantó su manito, por lo que la rubia la tomó y ambos comenzaron a caminar hacia la sala, ella siguiendo al pequeño, que la llevó hasta la puerta principal. Y justo en ese momento, alguien la tocó.

Rose miró sorprendida a Kyle, sin poder creerlo. ¿Él sabía que alguien estaba por venir? La abrió, y al ver al castaño, sus ojos se cubrieron de lágrimas, comenzando a llorar desesperada.

—Ariadna —lloró, quitándosela de los brazos, abrazándola a su pecho—. Mi bebita, estás aquí, mi amor, chiquita —sollozó besando su carita—. Estás conmigo, hijita, estás conmigo.

Adrián observó a Kyle, y el niño lo miró con el ceño fruncido, antes de tomarse del pantalón de su mamá. Rose miró a su hijo y sonrió, agachándose para que él pudiese conocerla.

—Mira mi amor, ella es tu hermanita Ariadna, dile hola.

Kyle se tomó del brazo de su mamá y observó a la niña. Tenía el cabello rubio y los ojos azules como su progenitora... Se parecía bastante a su mamá.

—¿Viste que bonita, mi amor? —sonrió con lágrimas en los ojos, antes de darle un beso en la frente al niño y luego otro a la bebé—. Mis dos hijos hermosos, los amo tanto.

...

Cada vez menos lecturas 😔 Wattpad me desmotiva en actualizar.

Mi motivación son las interacciones, y ver qué ni la mitad de los lectores vio el capítulo anterior, me quita las ganas de escribir. Y sé que la plataforma está con fallas, no avisa... No sé porqué.

Nueva Especie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora