Nueva Especie

XXIII

Era... Tan extraño estar en los brazos de su progenitora, se sentía tan cálido. Ella tenía una voz tan dulce, tan bonita, que con sólo escucharla, se sentía tranquila, calmada.

Rose la observó, sin poder evitar llorar, pero esta vez, eran lágrimas de felicidad. Se sentía tan feliz de poder tener a su bebita con ella, y era tan hermosa Ariadna, tan perfecta como Kyle.

—¿Tienes hambre, mi amor? —sonrió con ternura, acostándola junto a ella en la cama.

Ariadna la observó curiosa y cuando Rose se abrió la camisa y acercó su pezón a su boca, la niña se prendió a ella, succionando lentamente.

Se sentía como la fórmula que su papá le daba, sólo que más rica.

—Eso es, mi amorcito —sonrió acariciando suavemente su cabello rubio.

Ariadna cerró los ojos y apoyó una de sus manos en el pecho de su madre. Aquello no le estaba haciendo doler la panza, se sentía bien.

Volvió a abrir los ojos y observó a Rose, quien le estaba cantando suavemente. Todo se sentía tan bien, tan cálido, que parecía que estaba en alguna especie de sueño, de realidad alterna.

¿Así era como debía sentirse estar con mamá?

***

—Es la primera vez que duerme tanto tiempo seguido sin despertar por los cólicos —le dijo Adrián, mirando a la pequeña bebé dormir en la cama de Rose, junto a Kyle, que también dormía.

—Hace días no tenía leche, pero cuando la tomé en brazos, sentí como mis pechos se cargaban, fue extraño —sonrió—. Creo que mi cuerpo reconoció a mi pequeñita.

Adrián observó a la rubia y luego salió de la habitación, caminando hacia la cocina, seguido por Rose.

—¿Dónde estuvieron todo este tiempo?

—Muy lejos de aquí, si decidí volver, fue sólo porque Ariadna me pidió verte. De todos modos nos iremos pronto, este lugar ya no es seguro para nosotros.

—No, por favor no vuelvas a llevarte a mi hija —le pidió en un tono quebrado, al borde de las lágrimas—. Yo la necesito también, es mi hija, Adrián.

—Tu hijo es el niño.

—Y Ariadna también es mi hija, y tú en el fondo lo sabes muy bien. Yo la amo, la necesito a mi lado, cómo a Kyle. Son mis hijos. Por favor no la alejes de mi —le pidió suplicante.

—Tú a mí ya no me sirves, Rose. Buscaré una nueva mujer, pero eso será cuando Ari sea un poco más grande.

Lo miró a los ojos, derramando las primeras lágrimas.

—¿Qué te pasa? —le inquirió indiferente.

Negó con la cabeza, sollozando.

—Sé que me ves como alguien inferior a ti, pero... Nada —murmuró, pasando por su lado para salir de la cocina.

¿Nada? ¿Tanto drama por nada? Los humanos eran tan patéticos.

La vio entrar en la habitación donde dormían los niños, y decidió entrar en su mente, para saber que es lo que le pasaba, ya que no quería decírselo.

Al parecer, ella se sentía utilizada, y desechada como un objeto por él. ¿Pero qué esperaba? Sí esa era la realidad, ella sólo había sido un medio para poder traer a sus hijos al mundo.

Rose era igual al resto de las gestantes que habían parido a su descendencia. Y sí, en un comienzo él la había visto como a alguien especial, pero luego comprobó que sí él estaba con la gestante del bebé hasta el momento del nacimiento, el niño nacería igual sin problemas.

Él era la solución al nacimiento, no Rose.

***

"Ella es muy linda"

"Sí, mi madre es una muy buena mujer, es por eso que no se merece todo lo que le pasó. Por culpa de tu padre, ella perdió a su familia y su vida."

Ariadna observó a su hermano, que estaba sentado en la cama, donde ella estaba acostada.

"Papá no es malo tampoco, él siempre me da de comer y me cuida mucho."

"Está haciendo eso porque quiere utilizarte, niña estúpida. Él te ve como un arma, nada más, no le importas tú. ¿Y sabes por qué te cuida tanto? Porque eres mujer y puedes engendrar."

"No, mi papá me ama."

"Claro que no, esa basura no ama a nadie, él no puede amar, Ariadna. ¿O tú aún no te diste cuenta de eso? Él es diferente a nosotros, o a mamá, él nos ve como seres inferiores. Es un imbécil egocéntrico que no ve más allá de su nariz."

La bebé lo observó y luego se giró con algo de dificultad, para mirar a su mamá dormir junto a ellos. Le gustaba el aroma de Rose, se le hacía tan familiar, tan cercano.

"Debes quedarte, y no te lo digo porque yo quiera tenerte aquí, sino por ella. Nuestra madre te necesita, tú eres muy importante para ella. Y además... Mamá te ama."

No le gustaba para nada tener que admitirlo, y encima decírselo a su hermana. Pero era necesario para que se quedara, Rose la amaba y necesitaba, y esa era la única verdad.

...

Muchas gracias por darme su apoyo, amores mío ❤️❤️