XXXVII

20.3K 2.3K 102
                                    

—¿Quieres que te ayude así tú también puedes comer? —se ofreció con una sonrisa amable Rose.

Kyle observó a Derek, indiferente.

—Puedes confiar en mi madre, no existe ser más piadoso y amoroso que ella, no le hará daño a tu hermano.

El castaño observó a Rose y luego le entregó con cuidado a Elías. La joven madre sonrió suavemente y lo tomó en brazos, acariciando una de sus mejillas.

—Hola cariño, que bonito eres, Elías —sonrió sentándose junto a Derek, para que pudiera sentirse tranquilo y seguro—. ¿Quieres tú también tomar tu biberón?

Se lo acercó a la boca, y el bebé lo recibió, tomándola de su dedo índice. Rose miró esos hermosos ojitos café y sonrió con ternura. Eran niños muy bonitos, como sus hijos.

—¿Cómo haces para sentirlo? Yo no puedo hacerlo —murmuró Derek mirando hacia abajo.

—Tengo una conexión directa con él para mí desgracia, así que su presencia siempre está presente en mí.

—¿Está muy cerca de aquí? Yo en verdad lo lamento, jamás hubiese querido poner en riesgo a tu hermana o mamá, no sabía que él venía detrás nuestro.

Kyle lo miró por un momento a los ojos, y luego asintió con la cabeza levemente, desviando la mirada.

—Está bien. Y sí, está muy cerca de aquí, ya debería de haber llegado, no entiendo porqué no lo hizo aún.

—Quizás esté esperando algo antes de llegar.

—Tal vez, y eso es lo que me preocupa...

***

"—Pueden dormir tranquilos, como su hermanito. Les prometo que nada malo pasará —les dijo en un tono suave.

Tobias la observó y luego asintió con la cabeza, abrazando a su hermanito Elías que se había dormido plácidamente en la cama.

—¿Cómo puedes estar tan tranquila con la presencia de él cerca? ¿Cómo sabes que no va a hacerte daño? —le inquirió Derek.

—He vivido un tiempo con él, menos que el que ustedes vivieron con su papá, pero lo conozco. Todo va a estar bien."

Era de madrugada ya, y aunque los niños se habían negado a dormir, todos lo estaban haciendo ya, incluso Kyle, que era el único que estaba despierto.

Había ido hasta su habitación para preguntarle si quería un poco de leche caliente y galletas, ya que la temperatura había bajado bastante, pero el pequeño estaba dormido.

—Te amo mucho, hijito —susurró en un tono suave, besando su frente, antes de salir de la habitación.

Regresó a la sala, dónde se había preparado un café, y se recostó un momento sobre el respaldo del sofá, bostezando... Sería un día largo para ella el siguiente, con el trabajo y los niños.

Vio la sombra de alguien frente a la puerta, y su cuerpo se estremeció por completo, sintiendo incluso como su corazón comenzaba a latir con fuerza.

Él había llegado.

Respiró profundo, y armándose de valor, fue hasta la puerta, abriéndola sin miramientos, encontrándose con él.

—Hola, Rosie —sonrió mirándola a los ojos—. Creo que estos años te han sentando muy bien, estás más hermosa aún.

—Adrián.

—Te quedaste con mi hija hace cinco años atrás, y ahora también tienes a mis hijos. Parece que quieres quedarte con todo —pronunció entrando a la casa, caminando hacia ella, haciéndola retroceder lentamente—. Con todo lo mío, menos conmigo —murmuró en un tono ronco.

La rubia lo miró a los ojos, negando suavemente con la cabeza.

—¿Por qué estás aquí? ¿No te ha servido este tiempo para pensar? ¿Para razonar? ¿Para entender que estás equivocado? Adrián, tú no tienes porqué seguir buscando al hijo "perfecto", ¿Cuándo vas a aceptar que todos tus hijos lo son? ¿Cuándo-?

—Sigues siendo igual de estúpida, Rose, increíble —pronunció con fastidio, alejándose de ella para caminar por la sala—. Detesto a la gente blanda, emocional, padiosa, autocomplaciente como tú. Son innecesarios, no sirven para nada.

—¿Qué te hace creer que tú eres más necesario que yo? ¿Tu supuesta superioridad? ¿Evolución? Sólo ponte a pensar por un segundo, un ser evolucionando como tú ¿Por qué buscaría más descendientes? ¿Por qué querrías más seres perfectos? ¿Lo haces para cumplir los deseos de tus creadores?

—Lo hago porque no quiero más humanos como tú, Rose —sonrió—. Ustedes son patéticos, inútiles. Quiero repoblar la tierra con mi especie.

Lo miró a los ojos, afligida. Y cuando ella lo hizo, Adrián desvió la mirada, apretando los puños.

—No me mires de ese modo.

Se acercó a él, hasta estar parada frente a su cuerpo.

—Te fuiste de aquí cuando Kyle sólo era un niñito, y es increíble el parecido físico que tiene contigo —pronunció en un tono bajo—. Yo amo a mi hijo, pero cuando lo miro, cuando lo escucho hablar, es... Cómo verte a ti.

La miró nuevamente y ella tenía los ojos cubiertos de lágrimas.

"—Después de todo, ¿Me dirás qué aún tienes sentimientos por mí?"

Los labios de Rose temblaron al escuchar aquello en su mente, y derramó la primera lágrima, antes de asentir con la cabeza.

—E-En el fondo, sé que t-tú también tienes miedo —murmuró apoyando una de sus manos en su pecho, sobre su corazón—. Por favor, ya detente, entiende que esto no te llevará a ningún lado, Adrián. Estás perdiendo años que-

—No soy como tú, Rose, ni como tú ni como tus hijos —masculló quitándole la mano—. Yo no soy como ustedes, déjate tú de intentar creer lo contrario.

—¿Por qué aún llevas el nombre que te di entonces?

...

Nueva Especie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora