XXXIII

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—Usted sólo limítese a conducir, yo me encargo de mis hermanos —pronunció preparando el biberón para Elías.

—¿Pudo sentir ya la presencia de su hermano? —le inquirió la mujer, mirándolo por un segundo por el espejo retrovisor.

—No sé cómo se siente Kyle, pero si nos dirigimos hacia alguien como nosotros. Sé que mi padre ha tenido muchos hijos por todo el país.

Le dió el biberón a Elías, y luego observó a su otro hermano, que iba comiendo un sándwich, pensativo.

—Toby ¿Qué ocurre?

—¿Tú sabes que ocurrió con mamá? ¿Crees qué él le haya hecho daño?

Derek respiró profundo, antes de asentir levemente con la cabeza.

—¿Recuerdas lo que me hizo a mí? Y se supone que soy su hijo, que como padre debería cuidarnos y protegernos, e intentó matarme. ¿Crees que a mamá no la mataría siendo humana? Tú sabes lo que él piensa respecto a los humanos.

—¿Por qué es tan malo nuestro padre? —le inquirió con lágrimas en los ojos—. ¿Cuál es el problema de convivir con humanos? ¿Por qué está tan empecinado de conseguir al ser "perfecto"?

—Porque en el fondo, Adrián no es más que un niño asustado —pronunció serio—. El teme aún que sus creadores lo encuentren y lo atrapen. Si él viviera tranquilo y sin miedos, y fuera tan poderoso como dice ser, no tendría porqué esconderse. Él nos hizo a nosotros para que estemos de su lado, y utilizarnos de soldados.

Tobias negó con la cabeza, dejando su sándwich de lado.

—No, yo no voy a pelear para él, no luego de haber... A-Asesinado a mi mamá.

—No te preocupes, Toby, nosotros no volveremos con él jamás. Ahora come, es necesario que tengas energías.

Cuando estuvieran más cerca de aquella presencia como ellos, le pediría permiso para entrar en su cabeza y saber de quién se trataba. Ya llevaban seis horas de viaje, y realmente no sabía que tan lejos podría estar Kyle de ellos.

Pero dudaba que fuera él al que sentía.

***

—¿Qué haces, cariño? —le inquirió curiosa Rose, al ver los dibujos, libros y apuntes que su hijo tenía sobre la mesa.

—Estoy estudiando para el ingreso de medicina, ma —le dijo sin mirarla—. Y además, quiero aprender sobre nuestro funcionamiento, sobre la creación de él.

—Kyle, yo entiendo que tú quieras aprender, y que por eso pensaste en ir a la facultad, pero hijo —pronunció en un tono calmo, sentándose frente a él—... ¿No crees que será sospechoso que un niño de seis años haga el ingreso a medicina? Sabes que es peligroso exponernos, amor.

El pequeño castaño asintió con la cabeza, haciendo unas anotaciones en su libreta.

—Lo sé, mamá, y ya pensé en eso también.

—¿Si? ¿Y qué piensas hacer? ¿Cómo harás para que no sospechen?

—Te iba a pedir ayuda a ti.

—¿A mí? ¿Cómo? —le preguntó curiosa.

—Para poder usar tu cuerpo, sólo sería por un tiempo, para poder rendir los exámenes. Ni siquiera tendrás que cursar mamá, porque planeo rendir las materias libres.

La rubia abrió los ojos con sorpresa, incrédula. ¿Él estaba hablando en serio?

Kyle la miro, serio, antes de apoyar una de sus manos sobre la de Rose que estaba sobre la mesa.

—Si esto te incómoda, no te preocupes, encontraré a alguien más a quien utilizar. No quiero que te sientas presionada.

—S-Sólo me tomaste por sorpresa, hijo —sonrió levemente—. Creo que tú ya has pensado en todo.

—Ahí afuera sigue vivo y suelto ese tipo, debo encontrar la forma de detenerlo —le dijo antes de seguir con sus apuntes—. A él y a toda su prole, no sé que tan peligrosos pueden llegar a ser.

—Kyle, yo no sé si realmente tú tienes muchos hermanos o no, sólo tengo la certeza de que tú eres el mayor y muy especial. Ustedes saben que yo los amo por igual, que para mí ambos son perfectos, pero... Adrián siempre supo que no hay nadie más como tú —pronunció lo último en un tono bajo, preocupada.

El pequeño asintió con la cabeza, antes de dar un largo suspiro, y mirar a los ojos a su madre.

—Hay algo que yo nunca te conté, y es que tengo una conexión casi directa con él, una conexión que por lo visto, no la tiene Ariadna, y no sé si la tendrán mis demás hermanos. Aunque él esté muy lejos de aquí, yo puedo sentirlo. Hay una distancia media en la que puedo oír sus pensamientos, pero cuando la supera, aunque no pueda saber lo que piense, si puedo sentirlo.

—¿Eso quiere decir que ahora mismo lo sientes? ¿Sabes dónde está? —le preguntó con temor.

—Está desesperado. Me desperté en la madrugada de ayer porque lo sentí muy nervioso, no sé que será, pero algo perdió y quiere recuperarlo a como de lugar.

—Quizás lo atraparon —pronunció preocupada—. Ay espero no sea eso.

Kyle observó incrédulo a su madre, desconcertado.

—¿Hablas en serio? Después de todo lo que te hizo pasar, lo que nos hizo pasar a todos ¿Te preocupa que lo hayan encontrado? ¿En serio, mamá? —le inquirió consternado.

—Kyle, tu padre no sabe lo que es el amor, no sabe lo que es tener una familia. El fue creado y criado de una forma fría y despediada, es todo lo que conoce. Y estoy segura que si él-

—Rose, mi progenitor es un maldito psicópata narcisista —la interrumpió, serio—. Y si tú estás empatizando con él, luego de todo lo que hizo, es porque no estás bien psicológicamente. Fue entendible hasta cierto punto lo que hizo cuando se escapó, pero eso fue hace seis años, tuvo tiempo de sobra para recapacitar y hacer las cosas diferentes. Él no se arrepiente de nada, no siente remordimiento, culpa, nada. Él no empatiza con nadie, es un peligro para todos los que lo rodean.

...

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