—¿Puedes explicarme que está pasando afuera? —le inquirió desconcertada, viendo las noticias.
—Largaron una nueva enfermedad para poder controlar a los humanos por un tiempo. Al parecer están asustados porque no saben dónde estoy, y quieren encontrarme de algún modo, o encontrar a mis crías —explicó mientras cenaba—. Con todos los humanos encerrados en sus casas, es más fácil buscarnos.
—¿Por qué haces esto? Se supone que eres un ser superior a nosotros ¿Por qué engendrar?
—La pregunta es estúpida, porque la repuesta es obvia, Rose. No tiene sentido ser el único, cuando me crearon para reemplazar a la raza humana.
—¿Por qué cumplirías con los deseos de tus creadores?
—No lo hago por ellos, lo hago por mí. Detesto a los humanos, quiero verlos extintos, y para eso, necesito a más como yo.
Lo miró con temor, dejando de lado las noticias.
—¿Q-Qué harás conmigo cuando nazca el bebé?
—Si sobrevives al parto, debes cuidar de la criatura hasta que pase el período de lactante. Y dependiendo de como quede tu cuerpo, si tienes un estado de salud apto, te usaré para traer una nueva cría.
—No soy una incubadora.
—Serás lo que yo crea, ahora come, que la criatura necesita nutrirse. Ya lo viste, es muy pequeño aún.
Tomó un tenedor y luego se llevó una mano al vientre, mirando hacia abajo.
—¿Qué harás con él?
—Criarlo y cuidarlo, obviamente. Y cuando tenga la edad suficiente, tendrá que hacer lo mismo, reproducirse.
***
—Meses después—
—Aquí tienes todo lo necesario para cuando nazca.
Observó todas las cosas que habían en la sala, confundida. Estaba de siete meses ya, y su panza había crecido. Desde que él había aparecido en su vida, habían estado viajando continuamente, hasta ahora que habían decidido quedarse allí.
—Pañales, leche, biberones, ropa, y otras estupideces que usan los bebés.
—Está bien.
—También te dejé el refrigerador lleno, y las alacenas con alimentos para tí. Será suficiente por un tiempo.
—¿Q-Qué... Qué quieres decir con todo esto?
—¿No es obvio?
—No.
—Me voy.
—¿Qué? ¿Cómo qué te vas? No puedes dejarme ahora, no puedo estar sola en este momento —le dijo desesperada, acercándose a él—. ¿Cómo pretendes que de a luz sola?
—Pariendo cómo cualquier otro animal.
—¡No digas estupideces! —exclamó con lágrimas en los ojos—. ¿No es que te importaba el bebé? ¿Cómo se te ocurre querer dejarme sola?
—Tú no eres mi mayor prioridad, Rose, ni tú, ni la criatura imperfecta. Tiene únicamente afinidad por el agua, y a mí no me sirve un ser como él al cien por ciento. Necesito seres perfecto como yo, que se puedan adaptar a cualquier medio —le dijo con simpleza—. Y considero que ya hice mucho por ambos. Además, no te estoy dejando a la deriva, te estoy dando todo lo necesario para que vivan un tiempo, luego, busca tú la forma de solucionar sus vidas.
—Eres un hijo de puta —pronunció sollozando.
—Lo dudo mucho, no tengo madre —sonrió divertido.
Rose apretó los labios entre sí, y se dió la vuelta para irse, rompiendo a llorar... Se sentía tan vulnerable, tan sola, no sabía que hacer ya con su vida.
Se acostó en su cama, y se acarició suavemente la panza. Él era el único consuelo que tenía, a lo único que se estaba aferrando, ya que ni familia le quedaba.
El castaño observó la sala y luego salió de la casa. No tenía tiempo para sentimentalismo, él debía reproducirse, y no había dicho ninguna mentira.
Quedarse allí con ella jugando a la familia feliz era una pérdida de tiempo, el feto ni siquiera era perfecto.
***
El agua mojó lentamente todo su cuerpo, y al momento de humedecer la piel de su panza, su piel se iluminó de ese color verde azulado, trasluciendo la silueta del feto. Ya casi no se veía la bolsa, sólo su cuerpito, que ahora sí tenía más forma de bebé.
—H-Hola, pequeño —pronunció con tristeza, apoyando su mano sobre su panza—. Él... Se ha ido ¿Sabes? Otra vez estamos solos, y yo... Tengo mucho miedo que puedan encontrarnos —murmuró con lágrimas en los ojos—. Y tú eres tan pequeñito, y yo ví todas esas cosas horribles que les hacen, y no quiero que te ocurra lo mismo.
Comenzó a sollozar, y con cuidado se sentó en el piso de la ducha, tocando su panza con ambas manos.
—Para mí eres perfecto ¿De acuerdo? No importa lo que él diga, tú lo eres. Eres perfecto, porque eres mío también, y no sólo eso, serás amado, y bueno, tú serás un buen hombre, no seguirás sus ideas estúpidas de dañar a la humanidad.
El feto dentro de su vientre apoyó una de sus manos sobre las manos de Rose, haciéndola reír bajo, con sus ojos aún cristalizados por las lágrimas.
—No sabe de lo que se perdió por menospreciarte. Él se lo pierde, no tú.
...
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Nueva Especie
Short StoryÉl sabe que es el único de su especie, que debe reproducirse antes de que lo atrapen. Los humanos no volverán a capturarlo, no volverá a ser su esclavo, su especie prevalecerá a la humana.