XXV

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—N-No.

—Te sientes atraída por mí —le dijo mirándola fijo a los ojos.

Rose lo observó también, sin poder apartar sus ojos de él, sintiendo que le faltaba el aire.

—Te gusto, es eso.

Kyle se despertó en ese momento y al ver a su padre en la habitación, se sentó rápidamente y se abrazó a su madre, logrando que lo mirara a él y no a Adrián.

—Kyle, buenos días mi amor —pronunció en un tono bajo Rose, tomándolo en brazos para besar suavemente su frente—. ¿Tuviste dulces sueños, bebé?

El ambiente se sentía tan tenso, que Ariadna también se despertó, mirando confundida la situación. ¿Por qué estaban todos tan molestos? Miró a su mamá, que estaba cargando a Kyle, y llorisqueó para que le prestara atención a ella también.

—Hola mi bebita preciosa —sonrió sentando a Kyle sobre uno de sus muslos, para tomar a la bebé también—. Buenos días, hijita —le dijo besando suavemente sus mejillas.

Las niñas se quejó, hambrienta, haciendo sonreír con ternura a Rose, quien la acomodó sobre su regazo, para poder alimentarla.

Ariadna se abrazó al pecho de su mamá, mirándola,y Kyle apoyó su cabeza sobre el hombro de Rose, mirando a la niña. Mientras ellos dos estuvieran con la rubia, Adrián no podría acercarse a ella.

—Luego hablaremos, más tranquilos —pronunció saliendo de la habitación, serio.

"¿Te das cuenta ahora? Ese tipo sólo le causa malestar a nuestra madre."

"¿Por qué lo dices? Papá sólo dijo que quería hablar con ella luego?"

Ariadna estaba mirando a Kyle, ignorando lo que Rose le decía, mientras le acariciaba suavemente una de sus piernitas.

"Él quiere hablar con ella cuando nosotros no estemos conscientes, para poder controlarla. De seguro el enfermo de mierda quiere volver a embarazarla."

"¿Qué? No, no puede tener otro bebé ahora, yo estoy muy pequeña aún. Si tiene otro bebé, no podrá cuidar de mí y... No podrá alimentarme, y me volverá a doler la panza."

Ariadna miró a Rose, y dejó de succionar. Sus ojitos se cubrieron de lágrimas, y comenzó a hacer un mohín, hipando.

—¿Qué pasa, Ari? ¿Por qué vas a llorar?

Kyle arqueó una ceja, mirando como su hermana comenzaba a llorar.

Qué niña más dramática.

—¿Por qué lloras, amor? ¿Qué tienes? —preguntó afligida Rose—. Adrián, ven por favor.

El castaño apareció unos segundos después, mirando preocupado a la bebé, tomándola en brazos.

—Hija ¿Qué pasa? Dime ¿por qué lloras? ¿Hay algo que te molesta? ¿Te duele algo?

Rose se acomodó la ropa y abrazó a Kyle a ella, preocupada.

—Ariadna, dime que te pasa —insistió Adrián.

"N-No quiero que mi mamá tengo otro bebé, yo estoy muy chiquita aún, necesito que ella me alimente a mi, no a otro bebé. No puedes volver a embarazarla ahora."

Adrián observó desconcertado a su hija, mientras la niña no dejaba de llorar.

—¿De dónde sacaste eso?

—¿Qué pasó? ¿Qué te dijo? ¿Qué tiene? —le inquirió Rose.

El castaño miró a Kyle, frunciendo el ceño.

—Seguramente tú pusiste esas ideas estúpidas en la cabeza de mi hija. Ya te dije que no te metieras con ella, maldito bastardo —bramó furioso.

—¡No le hables de ese modo, Kyle! —exclamó Rose con rabia, poniéndose de pie con el niño en brazos—. ¡¿Quién demonios te crees que eres para hablarle así?! ¡Para acusarlo de algo de lo que no tienes pruebas!

Adrián apretó su puño libre y salió de la habitación, con Ariadna llorando aún.

"¿Qué haces? No papá, déjame estar con mamá, por favor."

No respondió y fue hasta la habitación donde él dormía, tomando el bolso de Ariadna y las llaves de la camioneta."

"No, no, déjame con mamá, quiero estar con mamá, no me lleves lejos de ella. Papá-"

—¡Cállate tú también! —gritó, asustando a la bebé.

—Adrián ¡¿Qué demonios te pasa?! —le preguntó asustada Rose, al ver cómo también le gritaba a Ariadna, que luego de aquello había empezado a llorar más fuerte—. Dame a la bebé, dame a mi hija ahora.

—No te la voy a dar un carajo, ella es mi hija y nos vamos de aquí hoy en mismo.

—No, no puedes llevártela, por favor —le pidió tomándolo de su brazo libre—. Haré lo que me pidas, no te la lleves de nuevo.

"No me quiero ir papá, déjame con mi mamá, no seas malo conmigo."

—Adrián no te la lleves por favor —sollozó angustiada Rose.

El llanto de la niña, las voces de la bebé, de Rose, la situación en sí...

Empujó a Rose que no podía cerrar su maldita boca, y la rubia cayó al suelo con Kyle, asustando aún más a Ariadna.

Miró a su hija con rabia y la dejó en el suelo, junto a su bolso, antes de irse de la casa con un portazo. Rose se apresuró a ir hasta la bebé y abrazarla a ella, sollozando.

—Tranquila, estás conmigo, no llores —le dijo intentando calmarla.

Kyle escuchó como encendía la camioneta y aceleraba, yéndose de allí. Miró a su mamá, a su hermana, sin saber que esperar ahora.

Su progenitor no estaba para nada bien de la cabeza.

...

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