XXXIV

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"—¿Quién eres tú? ¿Por qué puedo oírte en mi cabeza? ¡No! ¡No dejaré que me hagas daño! ¡Largo!"

"—¿Es qué acaso no sabes quién eres o lo qué eres? ¿No te llamas Kyle?"

Comenzó a escuchar gritos horribles dentro de su mente y se cubrió los oídos, rompiendo la conexión con aquel niño.

No, definitivamente no era Kyle, no lo conocía, pero dudaba mucho que ese niño fuera su hermano mayor.

—Derek ¿Estás bien? —le preguntó preocupado Tobias.

—Sí, sólo que no era Kyle —murmuró con los ojos cerrados, sintiéndose un tanto mareado, aún aturdido por los gritos de aquel niño—. Creo que él ni sabe lo que es.

Tobias observó a su hermano, preocupado, con cierto pesar.

—Quizás es entendible, después de todo, no tuvo a papá para explicarle quien era.

—Y eso confirma que no es Kyle, él sabe muy bien quien es y lo que somos. Tendremos que seguir viajando.

El pequeño asintió con la cabeza y luego miró un momento hacia atrás, en el auto donde estaba su niñera con Elías. Tomó de la mano a Derek, y ambos se alejaron unos cuantos metros de ellos.

—¿Crees que podemos confiar en la señora Mariela? —le susurró.

—Controlaré su mente si intenta traicionarnos. Y Toby, debes aprender a comunicarte conmigo mentalmente —le dijo en un tono serio—. Si la situación se pone riesgosa, sólo así podremos comunicarnos.

—L-Lo intento, pero no me sale —le dijo afligido, en un tono bajo—. No sé cómo haces eso.

—Te enseñaré, pero debes practicarlo.

***

Su madre había preparado la merienda, y es por eso que Ariadna había salido a buscar a su hermano al patio trasero. Desde que Adrián se había ido de sus vidas, y aunque Rose lo hubiese querido, no habían abandonada el hogar que él les había dejado.

Era una casa de ocho ambientes, y un enorme terreno rodeándola.

—Kyle ¿Dónde estás? —lo llamó curiosa, observando los árbol—. La merienda ya está lista, dice mami que entres.

Continuó caminando, y lo vio sentado frente a una pequeña laguna artificial, donde ellos jugaban en verano.

—¿Qué haces?

—N-No te acerques.

Confundida, y curiosa, ignoró lo que su hermano le dijo, y se acercó de todos modos, abriendo sus ojos espantada al ver que se había cortado el brazo... Intencionalmente.

—¡¿Qué haces?! ¡¿Te volviste loco?! ¡Mami!

—Ariadna cierra la boca —masculló.

—¡Mami! ¡Kyle-!

—Cierra boca —pronunció serio, mirándola fijamente a los ojos, provocando que la niña de callara.

Dejó de mirarla, y acercó su brazo al agua, sumergiéndolo.

—Por alguna razón que desconozco aún, nuestro organismo reacciona al agua, es de vital importancia para nuestra evolución. Incluso vinimos al mundo gracias a ella —le explicó a su hermana, mientras la herida se iba cerrando poco a poco—. Descubrí por accidente, que al cortarme y estar en contacto con el agua, la herida cicatrizaba muy rápido. Más allá que no somos humanos completamente, nuestro cuerpo es frágil también, nos podemos cortar, herir, sangrar. Y no sé si Adrián tendrá el mismo efecto.

Ariadna vio como Kyle sacaba el brazo del agua, completamente sano ya, dejándola perpleja... Era increíble.

—Nuestro cuerpo se adapta y evoluciona muy rápidamente, y se cura con la misma velocidad. Mira, ni una marca, ni una cicatriz —le dijo enseñándole el brazo.

—¿No te duele?

—No, es como si no hubiese ocurrido —pronunció negando con la cabeza.

—No quiero que te hagas daño, Kyle —pronunció bajo, afligida—. No hieras tu cuerpo para experimentar.

—Ari, es la única forma que tengo para aprender de nosotros. Sólo así tendré una idea de lo que él puede llegar a ser capaz de soportar.

***

Había salido detrás de ellos luego de que Ileana muriera, por lo que no había sido difícil perderles el rastro. Quería saber cuál era su plan de escape, a dónde querían llegar.

O si planeaban huir el resto del viaje.

Se había mantenido oculto, libre de la mente de sus tres hijos, para que ellos tampoco pudieran sentir su presencia... Aunque dudaba que los dos menores supieran de todos modos como hacerlo.

Derek únicamente podía hacerlo, y estaba muy ocupado cuidando de sus hermanos y buscando a alguien. Alguien que ya sabía quién era, luego de tres días de seguirlos.

Derek buscaba a Kyle.

¿Por qué demonios ese niño estúpido creía que Kyle los ayudaría? Incluso ya habían "visitado" a otros de sus hermanos, y la reacción había sido prácticamente la misma, de rechazo.

Sus hijos eran desconfiados por naturaleza, y al ser diferentes y no saberlo, al escuchar a Derek en sus mentes, se ponían a la defensiva.

Aunque claro, peligrosos aún no eran, después de todo, no tenían idea de cómo manejar su naturaleza.

Y quizás instintivamente, o porque realmente lo estaba sintiendo ahora, Derek se estaba dirigiendo a la casa de Kyle... Tierras que Adrián no pisaba en cinco años ya.

Tal vez no había sido tan malo siguirlos, hasta podría volver a ver y comprobar que tan grandes y desarrollados estaban sus "niños".

...

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