XLV

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"—T-328, ha regenerado por completo su tejido cutáneo.

El otro científico observó el cuerpo del muchacho que estaba confinado en una pequeña habitación de paredes traslúcidas.

—¿Cuánto tiempo le llevó hacerlo?

—La primera vez un día, la segunda vez diez hora, y ahora lo ha hecho en un tiempo record de dos horas. Y hay que tener en cuenta que perdió toda la piel de su cuerpo, luego de ser sometido a un baño químico.

—¿E internamente logró sanarse?

—Por supuesto, no hay contaminación de su organismo.

—Perfecto, expóngalo a radiación ahora.

—¿Qué? Pero es el único sujeto que hasta ahora-

—No pregunté tu opinión, te estoy dando una orden —lo interrumpió con molestia—. Expóngalo a radiación, comiencen con dosis pequeñas, hasta la más alta posible que nuestras instalaciones lo permita. Debe ser capaz de sobrevivir a todo."

Observó a Rose dormir, y le quitó el paño húmedo que tenía sobre la frente. La fiebre comenzaba a descender, sin necesidad de que ella tomara ningún tipo de fármaco.

Tomó una de sus muñecas y controló su pulso, comprobando que estaba estable.

Apoyó una de sus manos sobre el pecho de ella, sintiendo su corazón latir con calma, a un ritmo normal. Ella estaba respondiendo favorablemente a su sangre, hasta el momento no había ocurrido ningún efecto adverso.

"—Endurece tu piel o seguirás recibiendo disparos.

Miró hacia arriba, de dónde provenía esa voz que odiaba desde un alto parlante, apretando los puños. Y antes de poder reaccionar, un nuevo disparo se escuchó en la sala, ingresando la bala por su vientre, perforando su hígado.

El castaño cayó al piso jadeando, tomándose la herida, mientras su mano se llenaba de sangre.

—¡Reacciona de una vez, T-328! ¡Endurece tu maldito cuerpo!

Miró hacia arriba y una esfera de metal salió disparada hacia él. Intentó detenerla con su brazo libre, logrando que le quebrara el antebrazo en dos, exponiendo los huesos.

Un grito de dolor resonó en la habitación, antes de que decenas de balas se dispararan contra su cuerpo.

—Señor, no creo que su cuerpo-

—¡No me importa! ¡Llevo años trabajando en él! ¡Ya debería de poder endurecer su piel para protegerse! ¡Si no se va a salvar, que se muera!"

Salió de la habitación de Rose y al momento de pasar por la sala para ir a la cocina, y buscar un bocadillo, vio a Ariadna dormir en el sofá, acurrucada contra los almohadones.

Fue hasta ella y se sentó en el borde. Observó a su pequeña dormir y apoyó su mano sobre la cabeza de la niña, antes de acariciarle suavemente el cabello.

"—Fuiste programado para matar ¿Qué carajos esperas para hacerlo? ¡Asesina a ese humano!

T-328 observó al tipo en frente de él, que estaba al borde de orinarse por el miedo que tenía, y desvió la mirada... Él no mataría a ese infeliz.

—¡Muévete, T-328!

Y al ver que el muchacho no lo haría, tocó unos botones del tablero de control. El castaño cayó al suelo gritando, tomándose de la cabeza con ambas manos.

El sonido no paraba, cada vez sonaba más fuerte dentro de su cabeza, provocándole náuseas, alterando por completo su sistema. Se puso de pie a duras penas, y corrió hasta el tipo que estaba a unos metros de él.

Lo tomó de la cabeza y le quebró el cuello... Sólo entonces el sonido despreció.

T-328 cayó arrodillando, jadeando, con la mirada perdida en ningún lado.

Sólo era un objeto que podían controlar a su antojo, no era más que eso."

Tomó a Ariadna en brazos, y la niña se abrazó a él, susurrando un papi.

—Te dije que fueras a dormir a tu cama, te dolerá el cuerpo mañana —pronunció en un tono bajo, caminando con la niña hacia su habitación.

Al momento de entrar, no se sorprendió de ver a Kyle despierta, ya que sabía que el niño no se dormía temprano. Lo ignoró y acostó a la pequeña rubia con cuidado en su cama.

—Papi —murmuró abrazada a su brazo, sin querer soltarlo.

—Vamos Ari, acuéstate de una vez y duerme.

—Quédate conmigo.

—No me iré a ningún lado, suéltame.

—¿Lo prometes?

—Sí.

Kyle observó a su progenitor y rodó los ojos. Salió de la cama y fue hasta el baúl de juguetes de Ariadna, para tomar un oso de peluche e ir hasta la niña.

—Ten Ari, abrázalo.

La pequeña soltó el brazo de Adrián y se abrazó al oso, por lo que aprovechó a taparla, y acariciarle levemente el cabello y el hombro.

—Sólo está sonámbula, habla en dormida, no es consciente de lo que dice.

—Sí lo está.

—Claro, había olvidado que tú viviste estos cinco años con ella.

—No me provoques, pendejo de mierda, tú no tienes idea de lo que puedo llegar a ser capaz de hacer.

—¿Te piensas que te tengo miedo, Adrián? —le inquirió el niño con rabia—. No te olvides que mi cuerpo es el de un niño humano, pero yo no lo soy.

Lo tomó del cuello en un rápido movimiento, sin expresión alguna en su rostro.

—Dos segundos me llevaría quebrarte el cuello.

—Y a mí uno aturdirte.

—¿Qué?

Le dió con el puño cerrado en el oído, y Adrián comenzó a escuchar un pitido agudo en su cabeza, haciéndolo soltarlo.

—¿Qué pasa, Adrián? ¿Esto te recuerda al laboratorio? —le inquirió mirándolo desde arriba, ya que el castaño estaba arrodillado en el suelo, tomándose de la cabeza jadeando—. ¿O debería decir T-328?

—¡H-Haz que desaparezca! —masculló apretando los dientes y sus dedos al rededor de sus oídos.

Kyle arqueó una ceja y le quitó la mano que estaba cubriendo la zona donde antes lo había golpeado, para volver a hacerlo, provocando que el sonido desapareciera.

—Increíble hasta donde tu mente da acceso mientras duermes —pronunció indiferente.

Adrián levantó la cabeza, mirándolo con rabia, jadeando.

—T-Tu madre no tiene idea de lo hijo de puta que eres. Es una ciega que sólo te ama y protege.

—Te quiere a ti ¿Por qué no me amaría a mi?

...

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