XLVIII

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—Tiempo después—

—Eso es terrible —pronunció alarmada Rose viendo las noticias, junto a su familia.

Estaban los cuatro sentados en la sala, disfrutando de una película en la televisión, cuando en medio de los cortes comerciales, vieron lo que estaba pasando en el mundo.

—Más de veinte niños desaparecidos y asesinados en dos meses.

—Es extraño, estoy seguro que no eran humanos. Tú deberías saber si son tus hijos o no —le dijo Kyle a su progenitor.

—Hace tiempo dejé de estar al tanto de sus rastros —pronunció indiferente Adrián.

—Pues deberías estarlo, porque si lo son, los están cazando... Y claramente no son tus creadores, porque se los hubiesen llevado.

—No, te equivocas, a ellos no les sirven esos niños, si los asesinaron, es porque eran inservibles.

—Mami, mis hermanos Derek, Tobias y Elías —le dijo preocupada Ariadna a su mamá.

—Ari tiene razón, Adrián, deberías ponerte en contacto con ellos, y saber si están bien.

—¿Para qué? Si ellos no quiere saber nada de mí.

—Porque son niños pequeños, Adrián, y los están cazando —pronunció consternada—. Deben venir acá con nosotros, para poder cuidarlos.

Suspiró y se puso de pie, con molestia.

—¿Puedo ir contigo, papi? —le preguntó Ariadna.

—No, te quedas aquí con tu madre y hermano —gruñó.

—Puedo ayudarte a buscarlos.

Salió de la sala, sin responderle a la niña. ¿Por qué él tenía que tomarse atribuciones que no le correspondían? Sí, eran sus hijos biológicamente, pero ellos no lo veían a él como un padre.

Ya se lo había dejado muy en claro Derek luego de dejarlos en su nuevo hogar, no quería volver a verlo.

Fue hasta el auto y se subió, apretando sus dedos en el volante... ¿Por qué demonios le estaba haciendo caso a Rose después de todo?

***

Gruñó dentro de la bañera llena de agua, apretando sus puños y dientes, con los ojos cerrados, mientras su cuerpo se iba regenerando por completo... Y creciendo.

Jadeó, abriendo los ojos, y observó sus manos, antes de empezar a sonreír y reír como un maniático.

—L-Lo he conseguido, sabía que podía lograrlo. ¡Karen ven aquí!

Su progenitora se apareció en ese momento en el baño, y observó al muchacho que estaba parado en la bañera ya.

—Observa esto ¡He logrado acelerar mi crecimiento! La sangre de ellos no sólo me sirvió para aumentar mis habilidades en menos tiempo, sanando en cuestión de segundos, ¡Sino también que me ayudó a crecer! He alcanzado la madurez, y ahora no hay nada que pueda hacerme daño —sonrió fascinado—. Puedo regenerar mi cuerpo cuántas veces sean en cuestión de segundos, soy inmune a las enfermedades que ustedes, animales, transmiten. ¡Ya ni la vejez puede matarme!

Observó a su madre, que estaba con la mirada perdida y rodó los ojos, saliendo de la bañera, caminando lentamente hacia ella.

—Karen, tu trabajo fue el más patético que he visto en mi vida, estoy seguro que cualquier otra humana hubiese hecho algo mejor. Y con mi actual imagen, ya no me sirves. Quisiera decir que fue un placer conocerte, pero estaría mintiendo, fue un asco cada minuto que pasé a tu lado. Y mira, resulta que sí tengo algo de piedad, porque —sonrió tomándola de la cabeza con ambas manos—... Te libero, mamá.

Le quebró el cuello y arrojó su cuerpo a un costado, tomando una toalla que había colgada.

—Bueno ¿Dónde será que está mi querido creador? Mi padre desnaturalizado de mierda —sonrió, cerrando los ojos—. Vamos a ver si lo encuentro, no podrá creerlo cuando me vea así.

***

—Tobias.

El niño observó a su progenitor y se hizo hacia atrás, con temor.

—¿Está tu hermano?

—Sí, está atendiendo a Elías, él ensució su pañal.

—De acuerdo, déjame pasar.

Inseguro se hizo hacia un lado y el castaño entró a la casa. Pues, se había tomado muy a pecho ser un hermano responsable, todo se veía muy limpio, pulcro, aún sabiendo que allí vivían tres niños pequeños.

—¿Qué quieres aquí, Adrián? —le inquirió serio Derek entrando al living, con Elías en brazos.

—Deben venir conmigo, sé que me odias y detestas, pero sus vidas están en peligro.

—¿Por qué?

—Los están cazando, ya hay una ventena de niños desaparecidos y otros asesinados. Y aunque aún no lo he confirmado, creo que son mis hijos.

—¿Crees? ¿Y encima tienes el descaro de llamarlos "hijos" cuándo claramente no te importan? Eres un cínico de mierda —masculló con rabia.

—Como sea, suban al auto, no tenemos mucho tiempo, no sé tras de quién estarán ahora, y su hermana está sola en este momento.

—Ya veo ¿Ariadna te pidió que vinieras por nosotros?

—Rose me pidió que lo hiciera, y los demás estuvieron de acuerdo. Muévanse y suban al auto.

—No, lárgate de aquí, ya te dije que nosotros no necesitamos tu ayuda, no te debemos nada.

—Qué parte de que si no vienen conmigo se van a morir ¿No entiendes? ¿O te piensas que tú sólo podrás defenderlos? Tobias apenas sabe usar la telepatía, y Elías... Elías jamás habló, creo que es puramente humano.

—No me importa, no vamos a-

"—¡Derek! No pierdas el tiempo y regresen de una vez a la casa."

—Kyle —murmuró confundido.

"—No es el laboratorio los que están cazando a nuestros hermanos, es un tipo como Adrián."

—¿Cómo lo sabes?

"—Cuando vengan te lo explico, no pierdan tiempo y suban ya al auto, no hay tiempo que perder. Ese tipo se encuentra a diez kilómetros más o menos de ustedes... Hasta creo que ya los ha localizado."

—Maldita sea —gruñó Adrián, tomando a Tobias en brazos, para luego ir hasta Derek y quitarle al bebé de los brazos también—. Si tú te quieres quedar aquí, hazlo, yo me llevaré a tus hermanos conmigo.

...

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