XIX

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—¿Cómo qué le teme a Kyle? Deja de decir estupideces sobre el niño, Adrián —pronunció molesta—. ¿No te das cuenta que es irracional los celos que le tienes a un bebé de un año y medio? Se supone que eres un ser superior, evolucionado ¿Dónde mierda queda eso?

—Tú eres una maldita ciega de mierda, pero ya lo te dije, no voy a discutir contigo, no tengo ganas y tengo cosas más importantes que hacer —le dijo indiferente, tomando unas repisas para colocar en la pared.

La verdad, que comenzaba a perder el interés en Rose. Ahora sólo le interesaba su hija, que naciera y poder tenerla con él, nada más.

Ella podía quedarse con su hijo amado.

La rubia negó con la cabeza y salió de la habitación, yendo a la suya que compartía con Kyle. El pequeño ya se había despertado y estaba jugando con un peluche de oso en la cama.

—Hola mi príncipe hermoso —sonrió yendo hasta la cama, tomándolo en brazos para besar su frente—. ¿Pudiste descansar bien en tu siesta?

—Sí —sonrió el pequeño, tomándola del rostro con ambas manitos.

—Kyle, mami quiere hablar contigo de algo importante. Pero antes, te haré un biberón ¿Sí?

Con pasos lentos y cuidadosos, fue con el bebé hasta la cocina. Ya estaba intentando dejar de darle la teta a Kyle, sólo lo hacía cuando el niño quería dormir, o estaba muy fastidioso y no quería su biberón.

Lo sentó en su silla de comer, y le dió un beso en la cabeza, dándole el osito de peluche para que esperara mientras le hacía la merienda.

—¿Quieres una galleta? —le inquirió buscando en la alacena la fórmula para él.

Se giró y Kyle estiró una de sus manitos, en repuesta a la pregunta de su progenitora. Rose sonrió con ternura y le dió una galleta. Era tan bonito su hijo.

"Al final mi padre tenía razón, ella sólo ama a Kyle."

El niño dejó de masticar la galleta y observó la panza de su madre.

"Espero te vayas con él entonces, aquí nadie los quiere."

"Por supuesto, me iré con mi padre."

"Pues que les vaya muy bien a ambos, nadie va a extrañarlos."

Adrián entró a la cocina, observando con el ceño fruncido a Kyle.

—¿Qué demonios te ocurre a tí?

Rose se giró rápidamente en ese momento y miró confundida al castaño, sin entender a quien le hablaba.

—Ya te lo dije antes, deja a mi hija en paz, bastardo imperfecto.

—¡Ey! ¡No le hablas así a mi-!

La miró a los ojos y Rose se detuvo, quedándose sin habla y con la vista perdida. Caminó hasta Kyle y lo tomó de la ropa, poniéndolo a su altura.

—Si tú no quieres que te mate ahora mismo, será mejor que ya no te metas con mi hija ¿Oíste? Porque me di cuenta que la inútil de mierda de tu madre, a mí ya no me sirve. Lo único de ella que me interesa ahora, es mi hija, nada más. Y si no los asesino aún, es solo por eso. Así que más que ser un maldito hijo de puta con ella, deberías agradecerle el seguir vivo.

"Antes de que tú le hagas daño a mi madre, te arruino la libertad."

—¿Ah sí, y como planeas hacerlo?

"Una simple denuncia es más que suficiente para mandarte al diablo. A esta altura, todas las llamadas deben estar siendo oídas y rastreadas."

—Tú también saldrías perjudicado con eso, imbécil.

"No me interesa, mi madre al menos sería libre."

Lo miró a los ojos y luego lo soltó.

—Cuando Ariadna nazca, me iré con ella. Te dejaré vivir como mejor les salga a ustedes dos —le dijo dándose la vuelta para irse.

"Espero lo cumplas, y no sólo sea una estúpida amenaza."

***

Se había metido a bañar, luego de sentirse muy cansada, y con mucho dolor de cabeza. Hacía mucho no se sentía de ese modo, ni tenía jaquecas.

El agua lentamente mojó su vientre y sonrió al ver cómo su piel se hacía traslúcida levemente, y podía visualizar a su hija dentro.

Acarició suavemente su panza, pasando el jabón por su piel.

—Ya te ves muy grande, Ari, apenas y puedo distinguir tu figura, porque ya ocupas toda la placenta. ¿Y sabes que significa eso? Qué falta menos para conocernos, bebé.

Le hacía mucho ilusión conocerla, verla, saber si se parecía a ella, a Adrián, o a Kyle. Si tendría el cabello rubio o castaño, los ojos azules o verdes. Tenía muchas ganas de tener a su bebé en brazos.

La niña se quedó quieta, sin reaccionar a las caricias o palabras de su progenitora... Ella no la quería, ella sólo amaba a su hijo Kyle.

...

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